¿Qué es la artrosis de la cadera?
La articulación de la cadera es el encaje que forma la cabeza del hueso del fémur, de forma semiesférica, con el cotilo de la pelvis, que es una cavidad del hueso de la cadera en forma también de semiesfera.
La zona de contacto entre los dos huesos de esta especie de "bisagra" está recubierta por una capa llamada cartílago, que permite distribuir las cargas y disminuir el rozamiento entre los huesos con los movimientos de la articulación.
La artrosis supone una destrucción progresiva del cartílago, por envejecimiento o bien por rozamiento cuando su superficie se hace irregular por golpes, infecciones, etc. El hueso que antes se recubría del cartílago comienza a sufrir cambios, espesándose y produciendo salientes llamados osteofitos. La artrosis de cadera supone entonces la pérdida del cartílago en la articulación de la cadera, llamada coxa en latín.
Esta enfermedad afecta algo más a las mujeres que a los hombres, y es la segunda localización en frecuencia de la artrosis tras la rodilla.
¿Qué causa la artrosis de cadera?
Aproximadamente en la mitad de los casos es primaria, es decir, no se encuentra una causa. No obstante, hay unos factores de riesgo:
- La edad
- La obesidad
- La artrosis generalizada
- Los deportes de contacto como fútbol, baloncesto, etc. Su práctica durante años puede, en algunos casos, sobrecargar la articulación llevándola a la artrosis.
- Lo mismo se puede decir de los trabajadores que hacen uso de la fuerza física: empleados de la construcción, estibadores, etc.
¿Qué síntomas produce?
El dolor
Es el síntoma básico, que lleva al paciente a la consulta médica. El dolor es de tipo mecánico, y aumenta cuando comienza a moverse o caminar. Si continúa moviendo la articulación, el dolor cederá para al cabo de un tiempo volver a incrementarse. Con reposo, cede.
El paciente nota el dolor en el pliegue de la ingle, en la zona glútea, y a veces exclusivamente en la cara de dentro de la rodilla.
Cuando evoluciona se notan crujidos al mover la articulación.
Limitación progresiva de la movilidad de la articulación
Es la otra alteración fundamental de la artrosis. Los movimientos que más se limitan son la rotación hacia afuera y luego la separación y la extensión de la extremidad. Con el tiempo aparece la contractura o rigidez: el muslo está flexionado y rotado hacia adentro, y no podemos separarlo del cuerpo. De tal modo que los gestos de la vida cotidiana como atarse un zapato, entrar en la bañera o subir a un autobús, se vuelven muy difíciles o imposibles.
Puede haber fases de aumento de dolor, llamadas crisis o brotes. El dolor se hace inflamatorio cuando se incrementa por la noche y el reposo no lo elimina.
¿Cómo se diagnostica?
Se diagnostica mediante la exploración que realiza el médico tanto del dolor como de la movilidad, unido al aspecto de la articulación en las radiografías.
El aspecto de las radiografías puede no corresponderse con el sufrimiento del paciente; un paciente casi sin molestias puede tener imágenes radiográficas muy alteradas y viceversa.
Las radiografías pueden descubrir las causas de la artrosis. Las displasias, Perthes, epifisiolisis y las osteonecrosis cuando están muy avanzadas muestran imágenes radiográficas características, aparte de la artrosis secundaria.
¿Cómo evoluciona la artrosis de cadera?
Habitualmente es una enfermedad de curso muy lento, y es más frecuente que se vea interrumpida por crisis dolorosas que corresponden a pérdidas localizadas del cartílago. Una vez concluida la crisis, el dolor mecánico residual es algo mayor que previamente y la movilidad más reducida.
En otros casos no hay crisis, pero el dolor y la pérdida de movilidad se hacen progresivas, además de reducirse la distancia que puede recorrer sin dolor.
Las artrosis secundarias a irregularidades del cartílago (fracturas, infecciones, etc.) evolucionan con más rapidez porque ya desde el principio hay un rozamiento articular aumentado que desgasta más el cartílago.
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