EL DILEMA DE EMIGRAR
Decenas de miles de venezolanos han emigrado, están partiendo o tienen planteado irse a otro país. Es un éxodo diferente al acostumbrado en otras naciones latinoamericanas o en otras regiones subdesarrolladas del mundo, donde el perfil de quien se va es fundamentalmente un hombre pobre, quien deja a la familia y parte a otros lares a trabajar duro y enviar a su país de origen, las remesas para mantener a los suyos. Un caso emblemático es la migración centroamericana y mexicana a los Estados Unidos, o la de ecuatorianos o marroquíes a España.
En el caso venezolano, quienes alzan el vuelo son generalmente hombres y mujeres jóvenes, muchos de ellos parejas, en cuyo caso emigran con sus pequeños o adolescentes hijos. Son básicamente profesionales universitarios o técnicos superiores, de entre 25 a 40 años que buscan otros horizontes por razones políticas, económicas o sociales.
Es importante si usted es uno de ellos que tome conciencia de que la migración afecta emocionalmente. El convivir con personas diferentes, de distintas culturas, idiomas o formas de pensar, va dejando una profunda huella afectiva. Joseba Achotegui de la Universidad de Barcelona, España plantea que todos establecemos desde pequeños vínculos profundos con los seres queridos, con los paisajes que habitamos, con la cultura y con la lengua materna. Al desplazarse se deja mucho atrás además de sufrir el proceso de adaptación a la nueva realidad. Ambos contextos impulsan un estado de tensión y de estrés que se desarrollará en un ambiente difícil o al menos diferente al acostumbrado. Habrá momentos de angustia, tristeza, añoranza y pena que pueden desarrollar un estado depresivo o un denominado "Síndrome del Emigrante". De acuerdo a Achotegui experimentaremos la pérdida de nuestros seres queridos y amigos lo que originará nostalgia y tristeza así como la pérdida del idioma, que causará inestabilidad. Enfrentaremos cambios culturales que modificarán la manera de ser. Extrañaremos nuestra tierra, la geografía, la ubicación y el medio ambiente. Afectará la pérdida del status social y laboral y la muy posible discriminación. Al disminuir el contacto con los seres queridos se formarán sentimientos de soledad. Otra pérdida es la de la seguridad personal, por desconocer las reglas, leyes y normas de la nueva sociedad y el no saber como reaccionar ante imprevistos.
Lo mejor es que se esté consciente de lo planteado si decide emigrar. Busque ayuda profesional para superar estas contingencias.
"La migración afecta emocionalmente. Habrá momentos de angustia, tristeza, añoranza y pena".
SALUDOS…ADRY