EL LADRILLAZO
Les paso el ladrillazo... para que dejemos de encerrarnos en nuestras cosas materiales y en la burbuja de nuestro ego...
Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar S Type 2006, sin ningún tipo de precaución.
De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta, se detuvo y, al bajarse, vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.
Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo, dio un brusco giro de180 grados, y regresó a toda velocidad al
lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucia su exótico auto.
Salió del auto de un brinco, y agarro por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia el auto estacionado le gritó a toda voz:
¿Qué rayos fue eso?, ¿Quién eres tu?, ¿Qué crees que haces con mi auto?".
Enfurecido, casi botando humo, continúo gritándole al chiquillo:¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro! Por qué hiciste eso?"
Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho! No sé qué hacer", suplico el chiquillo.
"Le lance el ladrillo porque Nadie se detenía..." Las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado.
Es mi hermano, le dijo. "Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo... Y no puedo levantarlo".
Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo:
"Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla? Está golpeado, y pesa mucho para mi sólito...
Soy muy pequeño."
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó grueso el nudo que se le formó en su garganta.
Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo, lo sentó nuevamente en su silla, y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo tan especial.
El ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo, para recordarle el no ir por la vida tan distraído y tan deprisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.
DIOS normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.
Tu escoges: Escuchar el susurro... o el ladrillazo..
|