HISTORIA REAL

 

Se llamaba Fleming, y era un pobre granjero en el condado de Ayrshire en Escocia  

Un día, mientras trabajaba para mantener a su familia, oyó gritos de socorro procedentes de un pantano cercano.

Dejó sus herramientas y corrió al pantano, donde encontró a un muchacho hundido en el pantano hasta la cintura, asustado, gritando y tratando de librarse del fango.

El granjero salvó al muchacho de lo que hubiera sido una muerte lenta y cruel.

Al día siguiente, un elegante carruaje se presentó en la granja. De él bajó un noble, elegantemente vestido, que se presentó como padre del muchacho salvado por el granjero.

Quiero recompensaros, dijo el noble, pues habeis salvado la vida de mi hijo.

No puedo aceptar dinero por lo que hice,  respondió el granjero escocés

En ese momento, el hijo del granjero, de unos 10 años de edad, salió por la puerta de la cabaña.

¿Es vuestro hijo? preguntó el noble  Si, respondió orgulloso el granjero

Entonces le propongo un trato. Permítame ofrecer a su hijo la misma educación que al mío. Si el hijo se parece al padre, estoy seguro de que será un hombre del que ambos estarán orgullosos. Y el granjero aceptó.

El hijo del granjero Fleming estudió en las mejores escuelas y se diplomó en la Escuela del St Mary’s Hospital de Londres

Siguiendo su gran aspiración, continuó estudiando hasta ser conocido en el mundo entero. En efecto, en 1927, el Doctor ALEXANDER FLEMING había descubierto la penicilina.

Años después, el hijo del mismo noble, que había sido salvado del pantano, enfermó gravemente de pulmonía.

¿Quien le salvó la vida, esta vez? …La penicilina.

¿Como se llamaba este noble?

Sir Randolph Henry Spencer CHURCHILL y su hijo, Sir Winston Churchill

Sir Winston CHURCHILL y Sir Alexander FLEMING fueron amigos toda su vida.

 Sir Alexander FLEMING falleció en 1955 a la edad de 74 años en Londres.

Sir Winston CHURCHILL falleció en 1965 a la edad de 91 años en Londres.

Están enterrados en el mismo cementerio.

Alguien dijo un día: « Todo lo que se va, vuelve. »

Vive como si el Cielo estuviese en la Tierra.