La Rubéola, ¿qué podemos hacer?
Hay enfermedades, como la Rubéola, que son poco conocidas pero a todos nos conviene saber sus síntomas así como los remedios naturales adecuados
¿Qué es la Rubéola?
La Rubéola es una enfermedad infecto-contagiosa, parecida al sarampión, pero de síntomas leves. A menudo, las personas presentan la enfermedad de forma tan leve, que pasa desapercibida.
Causas
La Rubéola está causada por un virus que se transmite de persona a persona, propagándose a través de las mucosas cuando la persona infectada tose o estornuda, y por contacto directo con las secreciones respiratorias (moco) de la persona contagiada.
La persona infectada puede contagiar desde unos 10 días antes de la erupción hasta 1 ó 2 semanas después de que los síntomas desaparecen.
Esta enfermedad es más habitual en primavera y registra mayor incidencia en edades comprendidas entre 3 y 19 años.
Síntomas de la Rubéola
Pasados unos 15 días de período de incubación, se presenta junto a una ligera fiebre, una erupción cutánea en forma de pequeñas manchas rosadas, con ligeros síntomas catarrales de las vías aéreas superiores e hinchazón de los ganglios cervicales.
La erupción, normalmente, comienza en la cara y se extiende rápidamente al tronco, brazos y piernas, para después desaparecer en la misma secuencia.
El estado general de la persona apenas resulta afectado, salvo por la inflamación amigdalina y la ulterior descamación.
Una vez pasada la enfermedad, la persona tiene una larga protección inmunitaria.
Rubéola y embarazo
La Rubéola puede presentar un gran problema para las mujeres embarazadas. Si la mujer gestante no ha pasado la enfermedad o no presenta anticuerpos de la misma, y contrae la enfermedad en el primer trimestre del embarazo, el virus pasa a través del torrente sanguíneo al embrión, pudiéndole causar anomalías congénitas al feto.
Fitoterapia
Existen varias plantas medicinales que pueden apoyar el tratamiento en caso de enfermar de Rubéola.
La corteza de Sauce ayudará a reducir la fiebre.
Las bayas de Saúco tienen propiedades antivirales.
La Equinácea fortalecerá el sistema inmunitario.
La flor de Caléndula en infusión aliviará el sarpullido.
La leche de Caléndula (si cortamos el tallo de la planta fresca sale una especie de “leche”) con aceite esencial de lavanda, aplicada tópicamente, calmará la erupción y posterior descamación.
Suplementación - Vitaminas
Dependiendo de la intensidad de los síntomas y del estado del enfermo se recomendará la suplementación con Vitamina A, C y E, así como con oligoelementos, Selenio y Zinc para apoyar el sistema inmunitario.
El Manganeso-Cobre (Mn-Cu) actuará como regulador del sistema inmunológico.
Dietética y nutrición
El ayuno es el mejor remedio para que la fiebre curativa siga su curso normal. Es conveniente aprovechar este régimen instintivo (el paciente normalmente pierde el apetito), para hacer una dieta rica en zumos de frutas jugosas, puros o diluidos, que pueden tomarse en las cantidades deseadas.
Ayunar unos días no ofrece complicaciones si alimentamos al enfermo con zumos de frutas o caldos vegetales con zumo de limón. En el caso de que el enfermo insistiera en la necesidad de tomar un alimento sólido, lo que es poco probable, se le puede dar fruta o verdura.
Contra la sed se recomienda tomar una infusión neutra, agua en abundancia con zumo de limón y miel o zumos.
Hidroterapia
En cuanto aparece la primera molestia de la Rubéola, es conveniente aplicar lavados frio-calientes al enfermo, para provocar la sudoración y así debilitar la virulencia de los gérmenes patógenos y despertar las fuerzas defensivas del cuerpo.
Homeopatía para la Rubéola
La prescripción del remedio dependerá del tipo constitucional de la persona y de su estado físico, emocional e intelectual. El trabajo personal con el homeópata aumentará las probabilidades de éxito del tratamiento.
Algunos de los remedios adecuados serían: Lachesis (para favorecer el curso normal de la enfermedad y ayudar a que la erupción aflore), Ferrum Phosphoricum (cuando los síntomas aún no son específicos) y Aconitum, Belladona o Pulsatilla dependiendo de los síntomas que se han declarado.
Reposo
Es imprescindible que el enfermo de Rubéola guarde reposo absoluto en una habitación bien ventilada.
Una vez hayan desaparecido los síntomas, el enfermo deberá seguir guardando reposo hasta haber recuperado totalmente su fuerza vital.