Vaginitis
La vaginitis es una inflación de la vagina que produce enrojecimiento, hinchazón, irritación y picor en el tejido vaginal. Prácticamente la mayoría de las mujeres la experimentan al menos una vez en la vida.
Descripción
Se entiende por vaginitis la afectación inflamatoria de la vagina y de la porción vaginal del cuello del útero (parte del útero que se encuentra dentro de la vagina).
Consideraciones
La frecuencia de la vaginitis depende del criterio seguido para clasificarlas: clínico, colposcópico (visión directa de la vagina y cuello del útero mediante el colposcopio), citológico (mediante el estudio de las células), etc.
En algunas ocasiones, se transforma en un problema recurrente y constante.
Muchas veces una mujer piensa que tiene vaginitis, pero en realidad está sintiendo los efectos de un flujo normal. En la vaginitis, el flujo puede cambiar de color, consistencia y olor y a menudo está acompañado por picores, ardor y otros síntomas.
Causas
Dentro de las vaginitis se diferencian las infecciosas de las no infecciosas.
1.- No Infecciosas: producidas por agentes no infecciosos, pero capaces de producir inflamación de la vagina, siendo susceptibles de infectarse posteriormente. En éstas existen unos factores predisponentes y unos desencadenantes.
Factores Predisponentes:
Descensos de los estrógenos, ejemplo el periodo pre y post menopáusico.
Tratamiento prolongado con antibióticos y corticoides.
Toma de anticonceptivos hormonales.
Exposición a radiaciones.
Mala higiene perineal
Factores Desencadenantes:
Diafragma cervical (método anticonceptivo).
Dispositivo intrauterino (DIU)
Cuerpos extraños en la vagina.
Sustancias irritantes. Anticonceptivos: espermicidas, y antisépticos concentrados, y abortivos.
2.- Infecciosas: Se incluyen dentro de este grupo las vaginitis producidas por algún agente infeccioso. Éstos pueden ser divididos en cuatro grandes grupos: bacterias, hongos, protozoos y virus.
Las más típicas son:
Candidiasis, también llamada moniliasis o, en otros términos, una infección por hongos. Una de las características de esta enfermedad puede ser un flujo blanco, "pastoso" y sin olor que causa picor, ardor y enrojecimiento intensos.
Vaginitis bacteriana, también llamada vaginitis inespecífica. El síntoma más claro es un abundante flujo vaginal que tiene, a menudo, un olor desagradable.
Tricomoniasis, que se caracteriza por un flujo espumoso e irritante, de color amarillo verdoso y con mal olor. El organismo que lo provoca pueden ser transmitidos al compañero sexual.
Clamidia, que presenta un flujo vaginal que arde e inflama. Es transmitido sexualmente y puede infectar otros órganos reproductores como también el tracto urinario.
Signos y Síntomas
Los síntomas que pueden referir las enfermas son:
Leucorrea (incremento del flujo vaginal, que puede ser de carácter purulento)
Escozor
Picor
Irritación
Dolor
Polaquiuria (orinar poco y muchas veces, proceso similar a la cistitis)
Llamando al Médico
Un flujo anormal, con sangre u otros síntomas, es motivo para consultar al doctor. A veces una vaginitis persistente es señal de diabetes. Si el flujo está teñido de sangre, puede indicar cáncer u otro problema más serio.
El médico preguntará sobre su salud, actividad sexual y ciclos menstruales. Hará un examen pélvico y tomará muestras del flujo vaginal y de las células del cuello del útero para hacer un cultivo y una citología. Cuando haya determinado la causa de la vaginitis, recetará el tratamiento más indicado.
Tratamiento
Éste dependerá del agente causante de la vaginitis. Utilizándose antifúngicos, imidazólicos, antivíricos y otros antibióticos. Siempre bajo prescripción facultativa.
Cuidados
En un principio la vaginitis no presenta mayores problemas de salud, pero puede causar incomodidad y disminuir el placer sexual. También puede ser inicio de una enfermedad grave como la diabetes.
Los cuidados que deben tenerse van dirigidos a prevenir su aparición:
Evite lavados y baños de espuma, desodorantes vaginales y todo producto que pueda irritar el tejido vaginal.
Vista ropa interior de algodón y evite pantalones ajustados, medias y otras prendas que puedan irritar o mantener la humedad.
Cuide su higiene personal pero no se obsesione con ello; los lavados excesivos pueden irritar el tejido causando vaginitis.
Cámbiese con frecuencia tampones y toallas femeninas; mantenga limpios los diafragmas y aplicadores de espermicidas.
Asegúrese de la higiene de su pareja; el uso de condones provee mayor protección.