Imagínese que va conduciendo su coche cuando otro vehículo choca por detrás con el suyo. El impacto empuja su coche hacia delante. Su cuerpo tarda 100 milisegundos en advertir el movimiento hacia delante, mientras sus hombros se desplazan hacia delante y su cuello se flexiona bruscamente para hacer que su cabeza casi choque contra el volante.  Usted frena de golpe, lo que hace que su coche se pare bruscamente. Este frenazo brusco desplaza la cabeza y el cuello hacia atrás, que chocan contra el reposacabezas del coche. En cuestión de segundos, usted acaba de experimentar el mecanismo clásico de lesión por latigazo cervical.

Alrededor del 20% de las personas implicadas en una colisión de este tipo experimentarán más tarde unos síntomas centrados en la región cervical. Aunque la mayoría de estas personas, alrededor de dos de cada tres, se recuperarán rápidamente de este traumatismo, un pequeño número, entre un 5% y un 10%, desarrollarán manifestaciones crónicas que producirán dolor intenso y en ocasiones discapacidad.

Signos y síntomas

Las personas que experimentan un latigazo cervical pueden desarrollar uno o más de los siguientes signos y síntomas, generalmente dentro de los dos primeros días tras el accidente:

Dolor y rigidez cervical Dolor de cabeza Dolor en los hombros Dolor de espalda y lumbar Dolor e insensibilidad en brazo y mano Mareos Zumbidos en los oídos o visión borrosa Dificultades de concentración y de memoria Irritabilidad, alteraciones del sueño, fatiga Diagnóstico

Se conoce muy bien la forma en que se producen las lesiones por latigazo cervical, pero su gravedad y el tipo varían mucho. El diagnóstico de latigazo cervical se realiza por el antecedente de traumatismo y la aparición de los síntomas. La mayor parte de las lesiones tienen lugar en tejidos blandos como los discos intervertebrales, los músculos y los ligamentos, de manera que no se verán con las radiografías estándar. Puede ser necesarias exploraciones más especializadas como una resonancia magnética o una tomografía computarizada.