Las personas tienden a sentirse tristes y desanimadas de vez en cuando; no obstante, cuando estos sentimientos pasan a ser cada vez más constantes e intensos es que se habla de una enfermedad: la depresión. Durante el último tiempo, este padecimiento pareciera haberse convertido en un problema cada vez más común y preocupante.

La depresión interrumpe nuestra vida con un estado anímico dominado por sentimientos negativos: las personas que padecen esta enfermedad generalmente están dominadas por sentimientos de persistente tristeza, ansiedad, pesimismo, culpa y desesperanza, además de estar irritables e inquietas, y haber perdido el interés en actividades que antes las motivaban.

La fatiga y falta de energía es pan de cada día en estos pacientes, quienes sufren de dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones. Muchas personas también experimentan insomnio o, por el contrario, duermen gran parte del día. Se puede experimentar un aumento o pérdida total del apetito. En algunos casos también se tienen pensamientos suicidas y de autodestrucción, además de dolencias físicas.

La depresión es más común en mujeres que en hombres: estadísticamente una de cada cuatro mujeres sufriría depresión durante su vida, mientras que uno de cada nueve hombres desarrollaría esta patología.  Según estudios realizados por la Universidad de Chile esto estaría dado por factores hormonales que no afectan al género masculino, como el ciclo menstrual y embarazo.


¿Depresión hormonal?

En el último tiempo la depresión ha sido ligada a procesos y cambios en las hormonas presentes en el organismo, razón por la cual este padecimiento sería más común en mujeres que hombres por periodos como la menstruación y el embarazo. La disfornia premenstrual y la depresión postparto son fenómenos que evidencian que esta enfermedad sicológica guardaría relación con los cambios hormonales.

Sin embargo, el papel  que juegan las hormonas en la depresión aún no está claro. “Las evidencias más contundentes son aquellas relacionadas con periodos específicos de la mujer tales como la pre-adolescencia (entre los 9 y 11 años de edad), la pre-menopausia (entre los 25 y 45 años), después del parto sobre todas en aquellas mujeres que son primerizas, en abortos y en la etapa de post-menopausia”.

Sin embargo, de igual modo es bastante usual que se diagnostique depresión durante la el periodo de menopausia, en donde ya no sólo entrarían en juego los cambios hormonales, sino también las presiones culturales dadas por la sobrevaloración de la juventud y la belleza.

Por este motivo, no se puede afirmar que la depresión sólo esté ligada a factores hormonales. “La depresión se ve influida por múltiples factores, siendo el aspecto biológico y genético algunos de ellos. Pero claramente uno de los factores más preponderantes en el desarrollo de las depresiones es el ambiental”.


La depresión posparto

La depresión ligera después del parto es un proceso normal, por el cual muchas madres atraviesan. Sin embargo, cuando esta se prolonga por un periodo de más de dos semanas es posible que se trate de depresión posparto y se necesite de ayuda profesional.

Este tipo de depresión se debe principalmente a que la mujer se siente incapaz de asumir su rol de madre, por lo cual experimenta bajos anímicos y ansiedad. Madres primerizas, mujeres que no cuentan con apoyo familiar al dar a luz o que han experimentado un aborto previo conforman el grupo de riesgo para desarrollar esta patología.

“El tratamiento es fundamentalmente medicamentoso, por lo que la mujer debe estar en tratamiento con un profesional médico psiquiatra. Los fármacos utilizados en el tratamiento de la depresión posparto deben ser los adecuados, puesto que si la mujer está amamantando, hay que asegurarse que el fármaco o sus metabolitos no pasen a la leche, o si lo hace, éste no debe tener efectos adversos para el lactante”,.

Además, según el especialista el apoyo psicológico tiene un rol fundamental para “potenciar las mejorías anímicas que se empiezan a observar a partir del tratamiento farmacológico, asegurar el establecimiento de una relación de apego seguro con el neonato y un manejo de la dinámica familiar de manera que lo miembros de la familia apoyen a la madre en lo que está viviendo”.

Si tienes pensamientos constantes de tristeza, ansiedad, baja autoestima o pensamientos autodestructivos, te recomendamos pedir ayuda y asistir a un profesional. La detección temprana de esta enfermedad disminuye la posibilidad de desarrollar una depresión severa. Mientras antes se detecte la depresión, la recuperación y el tratamiento son más favorables.