Cálculos renales
Aunque muchas veces los cálculos renales son tan pequeños que se expulsan sin darse cuenta, en otras ocasiones pueden ser de gran tamaño, causando un dolor intenso. En el pasado, cuando la alimentación era más natural, apenas existían casos de cálculos renales. En la actualidad, con las dietas bajas en fibra y altas en grasa, azúcar productos lácteos y comida basura, esta enfermedad se ha vuelto mucho más común. Los cambios en la alimentación y el estilo de vida pueden ayudarte a prevenir la recurrencia de nuevos cálculos. Existen diversos tipos de cálculos renales, según su composición. El 80 % están compuestos de sales de calcio, sobre todo oxalato. Aunque también pueden estar compuestos de otras sustancias, como ácido úrico, por ejemplo. En este artículo, nos centraremos en los cálculos de oxalato de calcio. En casos de cálculos de gran tamaño o dolor intenso, puedes requerir hospitalización, pues los cálculos pueden obstruir el tracto urinario. Si esta obstrucción se prolonga, la orina que no puede pasar y retrocede de nuevo hasta los riñones provocando su distensión (hidronefrosis). También tienes un mayor riesgo de infecciones urinarias durante una crisis aguda. En casos graves, el tratamiento convencional implica el uso de ondas de choque para destruir los cálculos, intervención quirúrgica para extraerlos u otros procedimientos. Los cálculos más pequeños, que no causan síntomas o infecciones pueden ser eliminados sin problemas siguiendo las recomendaciones que damos en las páginas siguientes. Además, estas recomendaciones servirán también para impedir nuevas apariciones de cálculos renales.
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