El dolor es el esfuerzo necesario para mantener un pensamiento negativo.
Todo individuo que disfruta de la vida, que quiere vivir y ser feliz, tiene que purificar su mente de la negación de las cualidades sustantivas de la vida. Es imposible tener paz y dicha permanentes, sin borrar de la mente las instrucciones negativas que se han programado.
Una de las cualidades sustantivas es el poder. Desde el momento en que estás vivo, tu tienes ese poder. Si dices “yo soy débil” te estás resistiendo a la verdad y eso te causará dolor. Cuanto más dolor experimentes más débil te sentirás, y si continúas identificándote con la debilidad, finalmente ésta te llevará a la no existencia. El poder seguirá pero tú no, porque lo habrás usado para autodestrucción.
Otro ejemplo: el miedo es solo una forma leve del dolor.
El peor de los miedos es el miedo de “que el dolor se vaya”. Mientras tengas esa idea, el esfuerzo requerido en mantenerla te causará más dolor, y entonces, verdaderamente estarás convencido que jamás se irá. El principio de la auto-sugestión utiliza varias técnicas para despensar y reprogramar los pensamientos negativos y estas son:
1) La reflexión (analizar cada pensamiento)
2) Verbalización (una catarsis, cuanto más precisamente verbalices tus pensamientos negativos, más fácilmente desaparecerán)
3) Lectura (literatura selecta y positiva)
4) Escribir afirmaciones positivas (muy eficaz porque involucra todos los sentidos)
5) Audición (tomar buenas ideas de seminarios y cassettes).
Ve por la vida coleccionando buenas ideas y pensando en ellas tanto como puedas. Entonces, cuando escribas, escribirás pensamientos positivos y cuando hables expresarás pensamientos positivos. De hecho cuando tú hablas lo haces con afirmaciones positivas o negativas. Las afirmaciones son ejemplos de buenos pensamientos. Puedes juntarlos y trabajar con ellos, repitiéndolos para obtener resultados positivos.
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