"Nadie envejece sólo por vivir un número de años.
La gente envejece únicamente al abandonar sus ideales.
Los años arrugan el rostro, pero perder el entusiasmo arruga el alma.
La preocupación, la duda, el egoísmo, el miedo, la desesperación – éstos son largos, largos años que inclinan la cabeza y llevan el espíritu nuevamente al polvo."
Cicerón, 43 a.C.