En el reino de los sueños
habita una princesita de oro
que quiere ser rosa,
de pelo corto y tez blanca.
Con sus pestañas crea el viento
y con sus abrazos el mar.
Con sus pestañas crea el viento
y con sus abrazos el mar.
En la silenciosa noche
cuando las almas descansan
y los suspiros se calman,
se acercan sigilosos
al borde de mi cama
acariciando mi cara.
Me susurran al oído
la clave para poder entrar
a su reino candoroso
donde no cabe la maldad,
arropándome
en su grata locura
de sencillez pura
en su grata locura
de sencillez pura
que un día,
decidí no olvidar.
decidí no olvidar.