¿Qué quieres que te diga Juanito?
Que nada merezco ni nada valgo,
y tú haces que sea lo contrario.
Que nada soy y nada doy a cambio.
No tengo hoy sonrisa para ofrecer,
mas mi cansancio es mi gran dominio,
pues apenas puedo ni hablar ni ser.
Esta casita no deja de ser un paraíso,
al que cuesta no entrar para entender,
cuyas personas sois alguien adorables,
y tú Juanito, un sol que alumbra mi camino.
Sí, es cierto, sobrepasa lo normal lo que recibo,
pues yo a cambio, nada puedo decirsos,
mas agradecer vuestra inmejorable ayuda,
pero no sé si ahora entraré mucho.
Muchas gracias Juanito por tus palabras,
pero lejanas están de ser realidad,
pues aunque me proponga ser mejor,
aunque me proponga tener mejor dicha,
cada día, la realidad, es que es peor.
Desde aquí, Juanito, te mando besos,
mi cariño y mi gran amistad,
mas no sé si te servirán de algo,
pues demasiado triste estoy para dar.
Cuídate mucho Juanito, que te quiero;
y que tu día esté lleno de dicha y paz.
Con todo cariño, Rosa.