Nunca serán suficientes las gracias,
por en este paraíso de casa estar,
pero no deseo dejar mis pensamientos,
pues con ellos alegría no hay.
Apenas tengo ganas ni de expresar,
que tu luz y tu compañía conmigo van,
que el brillo inmenso de este paraíso,
impiden mis pensamientos dejar.
Apenas sé ya dónde me encuentro,
pues apenas hacia dónde voy sé,
pero tengo muy claro y seguro,
que mi cariño y mi amistad os dejaré.
Ahora, mi querido Juanito,
tan sólo me queda darte un fuerte abrazo,
por el cariño y la estima que me tienes,
y por el calor humano que me estás dando.
Gracias por el paraíso que me has ofrecido,
gracias por tu amistad y por tu cariño,
¡ojalá pudiera ofrecer en igualdad lo mismo,
pero me ofrezco sin saber siquiera si sirvo!.
Muchos besos. Rosa.