No deseo que el día pase por pasar, que mis horas sean tristes, que el dolor me abata y no camine, que nula sea mi energía y sólo derrotar.
No deseo que cada instante sea perdido, que se llene de alegría o penas, que no fuerce la marcha sino ir al ritmo, pues en lo forzado, no soy dueña.
No deseo estar muerta en vida, acostarme para dejar las horas pasar, no sentir el alivio de un libro, un andar, y sentir la brisa ya que siento su caricia.
Ahora es hora de aprovechar cada segundo, no olvidar el amor con que vine a este mundo, aplacar mis penas con una sonrisa, una salida, y dejar de lado la tristeza que no tiene cabida.
Ahora, me conformo con mi soledad, pues es vida; ahora, ya no lucho por un amor encontrar; ahora, doy si algo tengo para dar; y escucho la vida que tanto y tanto me da.
Ya no me conformo con dejar pasar los segundos, me conformo con encender gotitas de amor, me conformo con lo que soy, con lo que tengo, mientras muestro al mundo, mi mucho amor.
Ya no deseo pensar en tristetas, en penas; deseo que la vida pase con mucho calor, mas ahora, ya en primavera, en todo su esplendor, abro mi corazón al viento, con cuidado pero entera.
Y ahora, tú, día, que comienzas a asomar, te pido una y otra vez de tu mirada, que yo permanceré asomada, para que tú y yo, demos las gracias de estar.
Autora: Rosa Mª |