He encontrado la ternura de tus besos,

tus manos posándose en mis pechos,

tu miembro viril rozando mi vagina,

y ambos estrechados, sin darnos la mano.

He encontrado la delicadeza de tus brazos,

tocándome suavemente sin hacerme daño,

tus deseos de tenerme dentro de mí,

y yo, quizás loca de pasión, estoy en ti.

He encontrado la belleza de tu cuerpo,

el tuyo y el mío que vibran entusiasmados,

nuestras manos buscando nuestra intimidad,

y los brazos entrelazados, para empezar a amar.

He encontrado la sensualidad de tu miembro,

respetando en todo momento mi ritmo y mi deseo,

he encontrado lo que jamás había hallado,

y por fin, juntos, nos tenemos para apagar nuestro fuego.

Autora: Rosa Mª Villalta Ballester

Necesito de tu compañía,

de tu voz, de tus encantos,

necesito de la noche y del día,

y beber de tu piel, de tu mano.

Necesito besar tu boca,

tu lengua unida a la mía,

haciéndonos un lío entre ambos,

sintiendo intensamente debajo.

Necesito tu lengua en mis pechos,

sabiendo que tú estás disfrutando,

y que yo también te estoy erizando,

y que ambos nos estamos ayudando.

Necesito tus dedos, tu mano,

allí abajo, donde arde inmensamente,

huyendo de miedos y ataduras,

sabiendo el instante que está pasando.

Necesito tus gemidos, tus palpitaciones,

necesito intensamente el fuego de tus labios,

ese instante que corre intensamente,

y que nos hace a los dos vivir plenamente.

Autora: Rosa Mª Villalta Ballester

Entregué a ti todo mi ser,

mas mal hice porque daño sufro,

mas el amor que te entregué fue real,

sin embargo a ti te da lo mismo, te es igual.

Entregué a ti toda mi confianza,

mas no tengo a nadie no, pero engaña,

pues no quise mas que un ser a mi lado,

que me elevara en los tiempos de desgana.

Entregué a ti todo mi cuerpo,

mas veo que sólo he sido objeto y no alma,

pues ahora suspiro y lloro con ganas,

mas que todo anhelo que tenía en la cama.

Entregué a ti todo mi corazón,

mas he perdido sí, pues a nadie tengo,

y el corazón, vago y perdido,

aguarda la llegada de alguien que apague su fuego.

Entregué a ti toda mi ilusión,

mas ya era poca pero ahora es peor,

pues he perdido la esperanza,

de crecer y fortalecer todo mi interior.

Autora: Rosa Mª Villalta Ballester