La primera Catalina que conocemos es de Alejandría, y
vive a finales del siglo III, por lo que es razonable
pensar que este nombre procede de la célebre
Hecateria de los griegos, que a su vez deriva de
Ekath (Hécate), nombre de una divinidad griega
asimilada a menudo a Artemisa, especie de gran
madre universal cuidadora y protectora, que preside
los nacimientos y es guardiana del hogar.
Quizá sea la transferencia de algunos de los
atributos de esta divinidad a través del nombre,
lo que explica el gran predicamento que siempre
ha tenido, prueba de lo cual es la larga lista de
santas y reinas que lo han llevado.
Katherin y Cati son dos formas más de este nombre.
Celebran las Catalinas su onomástica mayormente
el 25 de noviembre, día en que se conmemora
santa Catalina de Alejandría.
Las que tienen como patrona a santa Catalina de Sena,
la celebran el 30 de abril (hasta hace unos años,
el 20). Las que están bajo la protección de
santa Catalina de Bolonia, santa Catalina de Suecia
o santa Catalina de Génova, lo celebran los
días 9 de mayo, 22 de marzo y
14 de septiembre respectivamente.