Y dijo que me quería,
que estaría a mi lado,
que no se apartaría,
que confiara y amara,
Y dijo que la vida valía,
que hermosos los ojos
que saben apreciarlo,
que hermosos oídos,
que escuchan sin más.
Y dijo que todo valía,
sin pensar en los demás,
sin saber siquiera amar,
sin retener ni humildad.
Y dijo que confiara,
que me fiara y luchara,
que nunca me dejaría,
y horizonte no veo ya.
Y dijo que me ayudaría,
mientras dinero circulaba,
mas dejando éste de lado,
la ayuda se torna oquedad.
Y dijo que nada pasaría,
que cualquier cosa valía,
que lo principal una sonrisa,
Y dijo ... y dijo ... y calló.
Pues ahora en la lejanía,
cuando ya no existe valía,
cuando la sombra es repetida,
no hay luz en quien se confía.
Y ahora, que ya nada dice,
que las palabras mudas son,
que el corazón nada siente,
frío y oscuro dejó el temor.
Y ahora ... ahora... desilusión,
ahora tan solo humillación,
el haber confiado y creído,
que la persona era solución.
No, ya nada se dice, ya no;
ya no existe dinero ni corazón,
tan solo fue un engaño,
enganche de alguien que, solitario,
pensaba que existía el amor;
pero frío, distante y lejano,
se mantiene el interés y el engaño;
mas la vida sigue sí, no cesa,
pero la falsedad y el desinterés,
hacen que muchas personas,
dejen de creer a otras,
que, sin interés lucrativo alguno,
se ofrecen por amistad y ayuno,
pues nada esperan de otra,
mas que una sonrisa y paz sincera.
Y ahora, cuando ya pasado tiempo,
¿para qué tanta mentira y daño?;
¿por qué tanto interés mostrado,
si, cuando no hay por medio lucro,
se deja a la persona como trapo sucio?
Y dijo, y repitió y llegó a convencer;
pero ahora, de lo único verdadero,
es que la amistad es un valor bueno,
que ni lucro ni interés pueden tener.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester