Piel con piel encienden nuestros cuerpos,
nos hacen confundir nuestros labios,
somos dos en uno sin hacernos daño,
tan solo la pasión, ternura están dando.
No. Nuestras caricias nos dan sosiego.
Despierta poco a poco la pasión y fuego.
Deseos de invadir cada cual su cuerpo,
y no dejar que se apague la llama y besos.
No. No es amor de una sola noche deseada.
Vamos más allá, entre la sensualidad,
entre sábanas y dejándonos escuchar,
nuestros cuerpos se escuchan, desean,
nada hay que el roce los haga calmar,
nada que invada un sueño sin realidad,
ya estamos juntos, eso importa nada más.
Tu boca y la mía son puro fuego, no paran;
más allá de un ligero deseo de yacer sin más,
la profunda precisión de alcanzar el éxtasis,
para saciar todo aquello que dejamos atrás.
Ahora es el momento que nuestros cuerpos,
sin límites, sin esquemas, sin pensarlo,
entregándose están dejándose llevar,
sin pensar en el mañana ni en qué dirán,
simplemente dejando que la ternura y pasión,
desencadenen hasta llegar a ese profundo relax.
Importa que nuestros cuerpos se desean,
más allá de un simple roce pueril y adolescente,
más allá de una utopía, de un sueño irrealizable,
con deseo, desenfreno, a dejar que ambos hablen.
¡Escuchemos y hagamos del cuerpo deseo,
pues cada parte de él todavía no ha sido dueño!
¡Dejemos que la pasión se desate sin límites,
sin tabús, sin perjuicios, sólos tú y yo,
en el momento y lugar que nuestro cuerpos viven!
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester