Y por sobre todo, no olvides el dar gracias
a Dios por todo lo que en este día te suceda,
lo bueno y lo malo, y ofréceselo todo:
lo bueno para que lo tome como una ofrenda
agradable y lo malo para que te ayude
a transformarlo y ser también así, una ofrenda
de tu amor a Él.
Miguel A. Osimani
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