Gracias por su insistencia ha sido muy concurrida.
El ojo de una aguja era un portón que tenían en la parte lateral para entrar a Jerusalén y otras ciudades amuralladas. La puerta principal se cerraba después de cierta hora y los mercaderes tenían que entrar por el “ojo de una aguja”, el cual se le hacia muy difícil entrar a un camello. Había que quitarle su carga, arrodillarlo y hacerlo entrar por ese portón.
El joven rico, pensaba que estaba viviendo una vida consagrada a Dios, pero le faltaba desprenderse de sus pertenencias materiales. La parábola no quiere decir que los ricos no entraran al reino de los cielos. José de Arimatea, era un hombre rico, propietario del sepulcro donde Jesús fue depositado, pero no permitió poner sus riquezas por delante de Dios.
Muchas veces, nosotros actuamos de la misma manera que el joven rico, consideramos que nuestros logros sean materiales, familiares, intelectuales son más importantes que la búsqueda del Señor, sin embargo nada de esto nos da paz, todo esto es efímero. Por eso debemos permitir ser guiado por el Señor y el nos dará paz y vida en abundancia. El conoce nuestro futuro y sabe lo que nos conviene.
16 Dijo también a sus discípulos: "Había cierto hombre rico, el cual tenía un mayordomo; y éste fue acusado delante de él como derrochador de sus bienes. 2 Su señor le llamó y le dijo: ’¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás ser mayordomo.’ 3 Entonces el mayordomo se dijo a sí mismo: ’¿Qué haré? Porque mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. 4 ¡Ya sé lo que haré para que cuando sea destituido de la mayordomía, me reciban en sus casas!’
5 "Entonces llamó a cada uno de los deudores de su señor, y dijo al primero: ’¿Cuánto debes a mi señor?’ 6 El dijo: ’Cien barriles de aceite.’ Y le dijo: ’Toma tu recibo, siéntate y de inmediato escribe: cincuenta.’ 7 Después dijo a otro: ’Y tú, ¿cuánto debes?’ Y él le dijo: ’Cien medidas de trigo.’ El le dijo: ’Toma tu recibo y escribe: ochenta.’
8 "Y el señor elogió al mayordomo injusto porque actuó sagazmente, pues los hijos de este mundo son en su generación más sagaces que los hijos de luz.
9 "Y yo os digo: Con las riquezas injustas ganaos amigos para que cuando éstas lleguen a faltar, ellos os reciban en las moradas eternas.
10 "El que es fiel en lo muy poco también es fiel en lo mucho, y el que en lo muy poco es injusto también es injusto en lo mucho. 11 Así que, si con las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? 13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."
14 Los fariseos, que eran avaros, oían todas estas cosas y se burlaban de él. 15 Y él les dijo: "Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres. Pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es abominación.
37 "El que ama a padre o a madre más que a mí no es digno de mí, y el que ama a hijo o a hija más que a mí no es digno de mí. 38 El que no toma su cruz y sigue en pos de mí no es digno de mí. 39 El que halla su vida la perderá, y el que pierde su vida por mi causa la hallará.
40 "El que os recibe a vosotros a mí me recibe, y el que me recibe a mí recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, recibirá recompensa de justo. 42 Cualquiera que da a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente porque es mi discípulo, de cierto os digo que jamás perderá su recompensa.