Mateo 28:19
Vayan pues y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. (NIV)
1. Eusebio (c. 260—c. 340) fue el Obispo de Cesarea y es conocido como “el Padre de la Historia de la Iglesia.” Aunque él escribió prolíficamente, su más célebre obra es su Historia Eclesiástica, una historia de la Iglesia desde el periodo apostólico hasta su propio tiempo. Hoy día es todavía la obra principal sobre la historia de la Iglesia en ese tiempo. Eusebio cita muchos versículos en sus escritos, y Mateo 28:19 es uno de ellos. El nunca lo cita como aparece hoy día en la Biblias modernas, sino que siempre termina el versículo con las palabras “en mi nombre.” Por ejemplo, en el Libro III de su Historia, Capitulo 5, Sección 2, que trata de la persecución judía de los primeros mesiánicos, leemos:
Pero el resto de los apóstoles, contra quienes se había conspirado incesantemente con miras a su destrucción, y había sido expulsados de la tierra de Judea, fueron a todas las naciones a predicar el Evangelio, confiando en el poder del Mesías, quien les había dicho: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones en mi nombre.”
De nuevo, en su Oratoria en Alabanza del Emperador Constantino, Capítulo 16, Sección 8, leemos:
¿Cuál rey o príncipe en época alguna del mundo, cuál filósofo, legislador o profeta, en tierras civilizadas o bárbaras, ha logrado un grado tan elevado de excelencia, no digo yo después de la muerte, sino mientras vivía, y lleno de un gran poder, como para llenar los oídos y lenguas de toda la humanidad con la alabanza de su nombre? Ciertamente nadie aparte de nuestro Salvador ha hecho esto, cuando, tras su Victoria sobre la muerte, habló la palabra a sus seguidores, y la cumplió por el evento, diciéndoles: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones en mi nombre.”
Eusebio estuvo presente en el concilio de Nicea y estuvo involucrado en los debates acerca de la enseñanza ariana y de si el Mesías era Elohim o una creación de Elohim. Nos sentimos confiados de que si los manuscritos que él tenía frente a él hubieran dicho “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,” él nunca los habría citado como “en mi nombre.” Así que, creemos que los más antiguos manuscritos decían “en mi nombre,” y que la frase fue ampliada para que reflejara la posición ortodoxa cuando la influencia trinitaria se propagó.
2. Si Mateo 28:19 es exacto como está en las versiones modernas, entonces no hay explicación para la aparente desobediencia de los apóstoles, ya que no hay un solo caso en el que ellos bautizaran a alguien según esa fórmula. Todos los registros en el Nuevo Testamento muestran que las personas eran bautizadas en el nombre del Maestro Yahoshúa, tal como decía que se hiciera el texto que citó Eusebio. En otras palabras, el “nombre de Yahoshúa el Mesías”, es decir, todo lo que él representa, es el elemento, o la sustancia, en la cual las personas son figurativamente “bautizadas.” “Pedro respondió: ‘Arrepiéntanse y bautícense, cada uno de ustedes, en el nombre de Yahoshúa el Mesías para el perdón de sus pecados“ (Hechos 2:38). “Ellos solamente habían sido bautizados en el nombre del Maestro Yahoshúa” (hechos 8:16). “Así que él ordenó que se bautizaran en el nombre de Yahoshúa el Mesías” (Hechos 10:48). “Al escuchar esto, ellos se bautizaron en el nombre del Maestro Yahoshúa” (hechos 19:5). No podemos imaginar ninguna razón por la que los Apóstoles y otros en el libro de los Hechos desobedecieran un mandato del Mesías resucitado. Para nosotros, se ve claro que el Mesías dijo que bautizaran en su nombre, y eso fue lo que hizo la Congregación.
3. Aun si el padre y el Hijo y el Espíritu Santo se hubieran mencionado en el texto original de este versículo, eso no probaría la Trinidad. La doctrina de la Trinidad afirma que el Padre, el Hijo y el “Espíritu Santo” juntos componen “un solo Elohim.” Este verso se refiere a tres, pero nunca dice que eran “uno solo.” Las tres cosas a las que se refiere este verso son: Elohim el Padre, el maestro Yahoshúa y el poder del espíritu santo (Nosotros decimos “espíritu santo” en lugar de “Espíritu Santo” porque creemos que este verso se refiere al don de Elohim del espíritu santo que nace dentro de cada creyente. Se escribe con letras minúsculas porque se refiere al don de Elohim y no a Elohim. Los textos griegos originales fueron todos escritos en lo que los eruditos llaman “escritura uncial,” que utiliza todas las letras en mayúsculas. Así que, aunque nosotros hoy día hacemos una distinción entre “Espíritu” y “espíritu,” en los originales en cada caso era solamente “ESPÍRITU.” Si se debe iniciar con mayúscula o no es una decisión del traductor, basada en el contexto del verso. Para algo más sobre la forma de los textos antiguos, véasela nota sobre Hebreos. 1:8).
Debería estar claro que tres cosas separadas no componen “un solo Elohim.” Morgridge escribe:
Ningún pasaje de la Escritura afirma que Elohim es tres. Si se preguntara qué intento yo significar por el numeral tres, respondería, cualquier cosa que el lector quiera. No hay ningún pasaje que afirme que Elohim sea tres personas, tres agentes, tres seres, tres Dioses, tres espíritus, tres substancias, tres modos, tres dioses, tres atributos, tres divinidades, tres mentes infinitas, tres cualesquiera cosas, tres opuestos, o tres en cualquier sentido. La verdad de esto ha sido admitida por todo trinitario que jamás escribió o predicó sobre el tema.”
4. A veces se afirma que para ser bautizado en algo, ese algo tiene que ser Elohim, pero ese razonamiento es falso, porque la Escritura dice que los israelitas fueron bautizados en Moisés” (1 Cor. 10:2).
5. A veces se afirma que el Padre, el Hijo y el espíritu tienen un solo “nombre,” así que tienen que ser uno. Un postulado básico de la doctrina trinitaria es que no se debe “confundir las personas” (Credo de Atanasio), y ciertamente se confunden las personas cuando se dice que los tres tienen un mismo “nombre”, especialmente cuando el tal “nombre” nunca se da en las Escrituras (“Dios” [o Elohim] no es un nombre). Si el verso estuviera enseñando doctrina trinitaria y mencionara a tres “personas,” entonces debería usar la palabra “nombres.” Hay una explicación mucho mejor para la razón por la que se usa “nombre” en singular.
Un estudio de la cultura y el idioma muestra que la palabra “nombre” representa la “autoridad.” Los ejemplos son muy numerosos, pero el espacio nos permite sólo una pequeña selección. Deuteronomio 18:5 y 7 habla de servir en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. Deuteronomio 18:22 habla de profetizar en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. En 1 Samuel 17:45, David atacó a Goliat en el “nombre” (autoridad) de Yahweh, y él bendijo al pueblo en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. En 2 Reyes 2:24, Elishá (Eliseo) maldijo a los burladores en el “nombre” (autoridad) de Yahweh. Estos pasajes son solo una pequeña muestra, pero son muy claros. Si las versiones modernas de Mateo 28:19 son correctas (lo cual dudamos, por lo que ya dijimos), entonces aún así no veríamos que estos versículos prueben la Trinidad. Más bien, estarían mostrando la importancia de los tres: el Padre que es Elohim, el Hijo (a quien Elohim le dio autoridad [Mat. 28:18]) y el espíritu santo, que es el don de Elohim.
6. Al leer el libro de Mateo, notamos que no hay una presentación de la doctrina de la Trinidad. Algunos trinitarios prominentes dudan que los apóstoles tuvieran siquiera conocimiento de esa doctrina hasta después que recibieron el espíritu santo. Sería extraño ciertamente que el Mesías introdujera la doctrina de la Trinidad aquí en el penúltimo versículo del libro sin haberla mencionado antes.