Juan 1:14a
La palabra se hizo carne y montó su carpa entre nosotros. (NIV)
1. La Palabra, al igual que la “Sabiduría” en Proverbios 8:22-, es una personificación del Hijo celestial de Elohim, y ese Hijo “se hizo carne” como Yahoshúa el Mesías. Así, Yahoshúa el Mesías fue “la palabra en la carne,” que se abrevia como “la Palabra” para facilitar la expresión. La Escritura Sagrada es también la Palabra de Elohim, pero es la palabra en forma escrita. Todo el mundo está de acuerdo en que “la Palabra” en forma escrita tuvo un comienzo. Así también lo tuvo “la Palabra” en la carne. De hecho, el texto griego de Mateo 1:18 lo dice claramente: “Y el principio de Yahoshúa el Mesías fue de esta manera.” Algunos escribas antiguos estaban tan incómodos con la idea de que Yahoshúa tuviera un “principio” que trataron de alterar el texto griego para que dijera “el nacimiento” y no “el principio,” pero no tuvieron éxito. Los textos griegos modernos dicen todos: “El principio” (génesis) en Mateo 1:18. “El nacimiento” se considera una traducción aceptable de “génesis,” por cuanto el comienzo de algo es su nacimiento, y así la mayoría de las traducciones dicen “el nacimiento” en Mateo 1:18. Sin embargo, el entendimiento apropiado de Mateo 1:18 es “el principio” (génesis) de Yahoshúa el Mesías.
El Mesías existió como un Hijo espiritual de Elohim en el cielo antes de “hacerse carne” en Yahoshúa. Pero eso no significa que él fuera el mismo Elohim. Y hay prueba de esa existencia previa en las propias palabras del Mesías. Hay un gran cúmulo de evidencia de que Yahoshúa tenía conciencia de haber estado con el Padre antes de la creación de este mundo, y tenía conciencia de que subiría al cielo a estar con el Padre donde había estado antes.
2. Es razonable preguntarse por qué Juan diría que “la palabra se hizo carne,” afirmación que nos parecería obvia. Por supuesto que Yahoshúa el Mesías fue de carne. Él nació, creció, comió, durmió, y la Escritura lo llama un hombre. Sin embargo, lo que es claro para nosotros hoy día no era tan claro en los primeros siglos de la era mesiánica. En nuestras notas sobre Juan 1:1, explicamos que la Biblia debe entenderse en el contexto de la cultura en la que fue escrita. En el tiempo cuando se escribió el libro de Juan, el movimiento “docetista” estaba ganando discípulos dentro del movimiento nazareno (“Doceta” viene de la palabra griega para “parecer” o “apariencia”). Los cristianos docetistas creían que Yahoshúa era en realidad un ser espíritu, o Elohim, quien solamente “parecía” ser humano. Algunos docetistas no creían que Yahoshúa en realidad comió y bebió, sino solamente que pretendía hacerlo. Además, algunos judíos pensaban que Yahoshúa era un ángel. En la literatura teológica, los teólogos hoy día llaman a eso “cristología angélica.” Juan 1:14 fue escrito para mostrar que, aunque Yahoshúa pre-existió como espíritu en el cielo, luego se hizo un hombre como los demás humanos. Fue para mostrar que aquel Verbo celestial verdaderamente “se hizo carne,” e.d., Yahoshúa no era un espíritu cuando estuvo en la tierra, ni un Elohim ni un ser angélico, sino más bien un hombre de carne y hueso. Algo muy similar se dice en 1 Juan 4:2, que si uno no cree que Yahoshúa ha venido en carne, (es decir, como un ser humano) no es de Elohim.