Hermanos, tenía pendiente exponer el tercer sello que abrió el Cordero como lo menciona la Escritura en la Revelación de Juan (APO 6:5-6), pero era necesario dedicar tiempo, no solo para para tener la curiosidad de saber que es, sino para confirmar la secuencia del primero al cuarto sello; es decir, la historia de la humanidad debe encajar perfectamente con la Escritura, que en este caso es simbólica.
Debo admitir que al creer descubrir el caballo del primer sello, me sorprendí; más me sorprendí cuando creí descubrir el caballo del segundo sello, pues tanto que se ha hablado de Constantino y Atila en el mundo, que nunca supuse que tenía que ver con la Escritura, y menos con el libro de Apocalipsis de Juan. Pero los siguientes caballos del tercer y cuarto sello me costaron mucho trabajo descifrarlos, me confundía mucho, pero no perdí la esperanza y mantuve la fé. Despues del primero y segundo caballo del sello abierto, creí encontrar el cuarto, confirmé que todo coincidiera, y como pudieron ver, solo se dejó un pequeño espacio de tiempo entre el segundo y cuarto sello, aferrándome que ahí debería estar el tercer caballo del sello, porque al principio no lo pude ver, y buscaba y leía, y ahora que concluyo, me doy cuenta que siempre estuvo ahí, cada vez que leía un poco de historia del Imperio Romano.
Sé que mucho pensarán que "eso es lo que Yo creo", pero bueno, sería válido su comentario, cada uno cree en lo que quiere. Lo que pasa es lo siguiente, uno cree que como todo lo que se habla es simcólico o proviene del Cielo, pues que nada de lo que aconteció después de la revelación de Juan (alrededor del 100 a.C.) no debería suceder pronto despúes de su Revelación, o peor aún, uno cree que Dios solo actua para bien, y que no debería ser el autor de actos mal-vistos por el hombre, pero eso es un error tremendo. Dios corrije porque nos ama, y no solo a su pueblo judío, sino a todos los seres vivientes, por eso oímos y vemos en las noticias y libros sobre guerras, hambres, etc., como lo advirtió Jesús (señales antes del fin). Pues es una manera de Dios para corregir al mundo, digámosle precisa, pues el fin esta muy, pero muy cerca.
Veamos que dice la Escritura y como la interpreto:
5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.
Una balanza es un símbolo de justicia o ley, en todas las civilizaciones así se ha interpretado. Tener algo en la mano sería, tener bajo su control algo. En este caso sería, tener bajo su control la justicia o la ley. Esto representaría a una persona que tenía poder para imponer o cambiar las leyes y hacer justicia.
Ahora bien, la palabra traducida del griego antiguo, que aquí es traducida como balanza, sería Zugon, que traducida al español sería Yugo, significando: Atadura, sujeción, dominio u opresión impuesta por un poder superior o una circunstancia, ejemplos: el yugo de la pobreza; el yugo del matrimonio; vivía bajo el yugo de su padre.
Este Yugo representa el origen del Sistema Feudal Europeo dictaminado o implementado por el emperador romano Mayoriano, pero que se basó de un Código de Leyes llamado: Código de Teodosiano.
El sistema feudal europeo tiene sus antecedentes en el siglo V, al caer el Imperio romano. El colapso del Imperio acaeció básicamente por su extensión y la incapacidad del emperador para controlar todas sus provincias, sumado cada vez más numerosas incursiones de pueblos bárbaros que atacaban y saqueaban las provincias más retiradas del imperio. Esto provocó que los emperadores necesitaran gente para defender sus grandes terrenos y contrataran caballeros o nobles (precursores del modelo de señor feudal), que a su vez contrataran vasallos, villanos, etc. Se llegó incluso a contratar a jefes y tropas mercenarias de los mismos pueblos "bárbaros".
El predominio de la ciudad sobre el campo se invierte cuando el modo de producción esclavista es sustituido por: el modo de producción feudal.
Julio Valerio Mayoriano (noviembre del 420 - 7 de agosto del 461) fue un emperador romano de Occidente entre abril del 457 y el 2 de agosto del 461.
Mayoriano fue el autor de un gran número de leyes, recogidas en el Código Teodosiano.
- Redujo todos los impuestos y su tasación futura fue puesta en las manos de los funcionarios locales.
- Restableció la institución de los defensores, que debían proteger a los pobres e informar al emperador de los abusos cometidos en su nombre.
- La práctica de tirar abajo los monumentos antiguos para utilizarlos como material de construcción fue prohibida terminantemente.
- También aprobó leyes contra la ordenación obligatoria y los votos de celibato prematuros.
El Código Teodosiano (Codex Theodosianus) es una compilación de leyes vigentes, de carácter oficial, cuya elaboración fue iniciativa del Estado en la época del Imperio romano. Fue dictado en 438 por el emperador Teodosio II. Esta obra fue iniciada en 429 por orden de éste,[1] bajo la dirección del Prefecto del Pretorio Antíoco y la obra fue publicada en la parte oriental del imperio en 438.[2] Un año después sería también introducida en occidente por orden del emperador Valentiniano III.
Predominan en el contenido: el Código Hermogeniano, las Constituciones Imperiales, Edictas y Leges Generales. Predominaba el derecho público sobre el privado. El Código estaba escrito en latín, e incorporaba los nombres de Constantinopolitana (Constantinopla) y Roma para hacer referencia a la capital de Constantino y a la capital original de Italia.
Reconocía plena validez a las Constituciones recogidas en el Código Hermogeniano, sino también de aquellas obras de la jurisprudencia que no estuvieran en oposición con las Constitutiones.
El sistema fiscal era, por tanto, menos oneroso que en época romana porque las dos principales partidas de gastos eran el ejército, que ya no se mantendrá con tributación, y la administración, que pasa a ser enormemente rudimentaria. No obstante, la crisis del mundo antiguo se manifiesta en varios aspectos.
Las fuentes literarias testimonian el abandono en los siglos V y VI de las ciudades por parte de las élites locales. La Arqueología muestra el empobrecimiento de los centros urbanos, especialmente tras el año 500. Esta crisis de la ciudad occidental contrasta con la prosperidad de algunas ciudades del imperio romano de oriente, como Constantinopla y ciudades de la provincia de Siria.
Noten que esa crisis económica tributaria concuerda perfectamente en los años o los siglos comprendidos en el período entre el segundo y cuarto sello abierto (Atila y Plaga de Justiniano). De hecho, el profesor de historia medieval de la Universidad de Osford Chris Wickham, en uno de sus Artículos habla de ese acontecimiento, por dos razones, porque se tiene muy poca información al respecto y porque no tienen una fecha precisa del origen. Pero si los historiadores creyeran en la Escritura con la fe puesta en Dios, y se basaran en ella, todo hubiera sido revelado por los historiadores desde hace mucho tiempo.
LA OTRA TRANSICIÓN: DEL MUNDO ANTIGUO AL FEUDALISMO*, por: Chris Wickham
Parece que el modo antiguo fue potente en su forma dioclecianea, pero realmente fue muy frágil en muchos aspectos, y entre los años 400 y 600 aproximadamente, se colapso en las zonas occidentales del Imperio; este colapso es el punto nuclear de mi artículo.
Mayoriano, en 458 admitió la derrota tan completamente que condonó todos los atrasos pendientes en la tributación a las reducidas bases de la pobreza provincial. En los años 470, cada región de Occidente tenía sus propios gobernantes bárbaros; el Estado unitario occidental había dejado de existir.
Los nuevos estados germanos no eran aún feudales. La oligarquía que controlaba cada uno de los Estados sucesores intentaba mantener los mecanismos financieros del Imperio hasta donde podía. Ello, al menos, muestra que ningún aristócrata que aceptara el gobierno germano, más o menos a regañadientes, podía haber actuado con la esperanza de que esto sólo significaría el final de las funciones recaudadoras del Estado.
Casi todos los Estados de Occidente en el 500 d.C. recaudaron impuestos: los vándalos en Africa, los visigodos en Hispania y sur de la Galia, los ostrogodos en Italia, los burgundios y francos en el sudeste y norte de la Galia. (Por ahora no sabemos nada de Bretaña). Tal tributación tuvo éxito en la medida de la fuerza interna de los reinos afectados. Los ostrogodos, cuyos mecanismos de gobierno están bien documentados, fueron aparentemente bastante más afortunados en Italia que cualquier emperador desde el siglo IV. No podemos, sin embargo, esperar la misma efectividad en muchos otros lugares. Había una diferencia crucial: la base financiera del ejército.
La tributación fue aquí inmediatamente sustituida por la renta: la conclusión lógica de las negativas y evasiones del siglo anterior. Los germanos ocuparon de un tercio a dos tercios de las tierras del Imperio, según parece; aunque posiblemente no pudieron ocupar todas las tierras del Imperio (en lugar de eso, en Italia las haciendas no ocupadas pagaban impuestos), no es necesariamente cierto que el establecimiento fuera algo de lo que los aristócratas romanos se beneficiaran grandemente. No obstante, el balance de la economía cambió.
El modo antiguo coexistió con el modo feudal en los años de 300 a 700: esto es, la extracción del excedente se producía en dos procesos separables, en el impuesto y la renta, el uno destinado a un poder público distante mediatizado a través de las ciudades, al menos hasta que el Imperio finalizó), el otro a un señor más inmediato, aunque a menudo ausente.
Las relaciones del campesino con el Estado y el señor eran fundamentalmente diferentes, pudiendo describirse la diferencia en términos de oposición entre lo público y lo privado, en los niveles de la propiedad y las finanzas, y también de lealtad, interés y obligación. Ambos modos, entonces, coexistieron —de modo antagónico— en la misma formación social. Lo que sucedió, como he dicho, fue simplemente que el equilibrio cambió; el modo dominante se trasladó del antiguo al feudal.
Lo que me ha preocupado ha sido centrar el debate en la crucial importancia de la extracción del excedente y en el poder de imposición del Estado, para caracterizar la estructura global socio-económica del período. A este respecto, es literalmente cierto que la crisis del Estado es la crisis del mundo antiguo. Cuando los mecanismos de tributación se rompieron, las columnas cedieron y el frontón se rompió y cayó; apenas podemos ver los siglos V y VI a causa del polvo. Los Estados que siguieron que no estaban basados en la tributación, como el Estado lombardo en Italia y el Estado carolingio en Francia eran totalmente diferentes, esencialmente basados en la propiedad de la tierra en lugar de en la imposición de tributos, con relaciones respecto a su aristocracia y campesinado crucialmente diferentes. La ausencia de tributación rompió la continuidad global de las funciones del Estado desde el período romano; todo lo que permaneció fueron valores e imágenes.
Por otro lado, en los comienzos del período medieval, el trabajo era raro y generalmente insignificante, como han demostrado una serie de recientes estudios sobre el sur de Francia. Por entonces había de nuevo muchos esclavos en la tierra, gracias a las guerras de los siglos V y VI, pero la mayor parte de ellos eran simplemente tenentes y tampoco debían realizar prestaciones de trabajo.
La evasión de impuestos se extendió; la máquina imperial comenzó a verse privada de recursos. También aumentó la propiedad de la tierra a gran escala, en parte mediante la extensión del patrocinio, incrementándose así las posibilidades de evasión de impuestos. Resultó un círculo vicioso, una involución fatal del Estado.
Cuando se dice los siglos V y VI se está refiriendo a finales del siglo V y principios del VI, pues comprendería el período entre que Atila murió (segundo sello, 453 d.C.) y la Plaga de Justiniano comenzó (cuarto sello, 541 d.C), casi un siglo (453-541 d.C.) entre el V y el VI (401-500 d.C y 501-600 d.C.).
Entonces, quedaría de la siguiente manera:
Primer "caballo" que tenía un Arco (primer sello abierto) --> Emperador Constantino I y el Arco (del triunfo) de Constantino. Conocido como Constantino "el Grande" - (272-337 d.C.).
Segundo "caballo" que se le dió una gran espada (segundo sello abierto) --> Atila y su "Espada de Marte". Conocido como "El Azote de Dios" - (395*-453 d.C.).
Tercer "caballo" que tenía una balanza o yugo en la mano (tercer sello abierto) --> Mayoriano y el Código de Teodosiano. Conocido como un "emperador romano de Oriente" - (420-461 d.C.). - Las leyes las dictaminó a partir del 458 d.C.
Cuarto "caballo" que se llama Muerte (cuarto sello abierto) --> Justiniano I y la Plaga que lleva su nombre. Conocido por esa plaga o peste : "Plaga de Justiniano" (541-750* d.C).
Saludos..