DIOS DERRAMÓ DE SU SANTO ESPÍRITU, ESTANDO EN LA PERSONIFICACIÓN DE JESUCRISTO
Isaías, Ezequiel, Joel y Zacarías, en los términos que de manera correlativa se pasa a expresar:
Isaías 32.15: Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.
Ezequiel 39.29: Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice IEUE el Señor.
Joel 2.27-28: Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy IEUE Vuestro Dios, y no hay otro. Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días, derramaré de mi Espíritu, y profetizarán (Heh. 2.17).
Zacarías 12.10: y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí a quien traspasaron.
Finalmente, ese mismo IEUE, quien vino en la personificación de Cristo, que fue traspasado y derramó su Santo Espíritu, ha de venir otra vez:
"He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Si, amén (Ap. 1.7)."