IMPORTANCIA DE ANUNCIAR EL NOMBRE DEL SER DIVINO EN TODA LA TIERRA:
En tiempos remotos, Moisés fue puesto para que no sólo en él fuera mostrado el Poder de Elohei, sino para que el Nombre del ser Divino fuese anunciado en toda la tierra. Mucho tiempo después en los Salmos, en Isaías y en Crónicas, del Eterno además de su mandato de alabarle, se inspira la confianza que da y lo beneficioso que resulta para gentiles y hebreos conocer su Nombre, a fin de que lo teman como su pueblo Israel, sobre quien Él que lo edificó es invocado.
Toda esa sintetizada argumentación, se haya ampliada de manera textual, en los siguientes textos Bíblicos:
“Y a la verdad, yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi Nombre sea anunciado en toda la tierra” (Éx. 9.16; Ro. 9:7).
“En ti confiarán los que conocen tu nombre” (Salmo 9:10).
“Lo libraré, le pondré en alto por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé” (Salmo 91:14-15).
“Alaben tu nombre grande y temible; Él es santo (Salmo 99:3); Por tanto mi pueblo sabrá mi nombre” (Isaías 52:6).
“Tu oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y teman así como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo he edificado (2ª de Crónicas 6:33)”
Pero el problema en que se encuentran muchos gentiles y hebreos, es que no están pronunciando el Nombre Verdadero de Elohei, sino otros denominativos como: “Adonay-Kurius-Señor-Yahvé-Jehová-Dios”. Con lo cual no están dentro del tenor de las Sagradas Escrituras, sino encerrados en las expresiones humanas conceptualizadas ya existentes, y en las que a posterior se ha forjado el hombre, que han suscitado la profanación del Sagrado Nombre (Ez. 36:19-24). Incurriéndose en un desacato del mandamiento de invocarlo y trayendo como resultado que el rescate y demás beneficios indicados en lo antes expuesto de las Sagradas Escrituras, no recaigan sobre ellos; y por esta motivación es necesario invocar el Verdadero Nombre de Elohei, que gracias al análisis y aplicación de abecedarios antiguos diferentes al consonántico alefato hebreo moderno, se ha podido descifrar de las figuras pictográficas arcaicas y paleolíticas, a la traducción de cuatro letras vocales actuales; pese a la mala intensión de algunos, que con el pretexto de no tomarlo en vano, no sea invocado. Una cosa es tomar el Nombre de Elohei en vano y otra cosa es invocarlo y alabarlo, cuando sea un mandato divino o por una necesidad, como es el caso de los textos bíblicos antes indicados, para inspirar confianza y traer beneficios a gentiles y a hebreos. Esto es pues la importancia que tiene el invocar el Nombre del Ser Divino en toda la tierra; y en especial sobre Israel, a quien El edificó.
Por ello su Nombre debe ser anunciado en toda la tierra, y Él lo reveló a su siervo Moisés en el Monte Horeb, momento cuando le habló desde un Zarzal envuelto en fuego y no se consumía, diciéndole: “Ío soy, El que a Ustedes me ha Enviado (Éxodo 3:14, C.T.)”; y del que se puede sustraer cuatro (4) letras iniciales, llamadas Tetragrama o Tetragrámaton, que escribiéndose y leyéndose en conjunto, dan como resultado la abreviada y adecuada equivalencia fonética del Nombre de nuestro Creador: IEUE.