LA IGLESIA DE CRISTO NO SON LAS EDIFICACIONES DE LAS CONGREGACIONES RELIGIOSAS
Hay personas que al hablar de la iglesia de Dios, piensan que son las edificaciones o locales de las congregaciones religiosas, y esto no es así.
La iglesia de Dios o mejor dicho “la Iglesia de Cristo” son todos y cada uno de los que en verdad creen en Jesucristo y han creído en el Evangelio Santo y Eterno como su doctrina verdadera, y aunque no se congreguen en los locales o edificaciones de las congregaciones religiosas, no quiere decir que la iglesia de Dios no existe o se haya acabado, y menos para que la mayoría de la gente esté creyendo que las Sagradas Escrituras sean tonterías. La iglesia de Dios son todos y cada uno de los creyentes en Jesucristo, y a donde sea que estén congregados dos o tres en el Nombre de Cristo, ahí estará él en medio de ellos (Mt. 18.20).
En ninguna parte del Nuevo Testamento dice que la iglesia de Jesucristo, es tal cual o determinada denominación, sino que todos los elegidos son el cuerpo de Cristo, y Cristo su cabeza, y él mandó a predicar a nivel mundial el Evangelio Santo y Eterno, y no ninguna doctrina inventada por el hombre (1 Co. 12.27, 1 Cols. 1 18; Mc. 16.15). Y a estos efectos, ordenó la predicación del arrepentimiento y el perdón de los pecados en todas la Naciones, comenzando desde Jerusalén (Lc. 24.47); y por ende hay millares de seres humanos que si han creído y se han arrepentido de sus pecados. Los cuales ahora son pecadores arrepentidos y la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. Aunque algunos no crean, los verdaderos cristianos serán perseguidos por el gobernante que a nivel mundial se erigirá ser Dios, y desde luego llegará el rapto de la verdadera iglesia de Cristo. Entonces algunas edificaciones que han venido utilizando los Verdadero Cristianos para congregarse, estarán del todo vacías, y muchas tumbas o sepulcros abiertos sin los cadáveres, porque ya el que prometió la primera resurrección de los muertos, se los ha llevado.
El planeta tierra y toda la humanidad estará en el caos, y muchos comenzarán a decir que la Biblia no era tonterías, que la verdad estaba allí escrita y no la creyeron, porque estaban tan afanados en la cosas mundanales (el sexo, la droga, el licor, la moda, el amor al dinero, las opiniones personalistas, el individualismo, el materialismo, etc.).
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