Perdición del mundo antiguo, la construcción del arca y el diluvio universal:
Habíase en tiempos del Patriarca Noé, mujeres bellas nacidas a los hombres. También de los Hijos del Dios Altísimo, estaban los vigilantes, que tuvieron el deseo de a allegarse a ellas, para tomar de entre sí a muchas conyugues (Gn. 6:1-2, Stg. LXX). Naciendo en lo porvenir hombres de alta estatura, potentes y renombrados desde el siglo del mundo antiguo; y entonces Dios determinó de no permanecer su Espíritu en ellos por ser tan sólo carnes, y que el tiempo de sus vidas sería de 120 años (Gn. 6.3-4, Stg. LXX). Era tanta la maldad, que toda carne estaba pervertida, y todo ser humano en su corazón día tras día pensaba empeñosamente en hacerle mal a su prójimo, y por multiplicarse en extremo la malicia de ellos en una tierra cada vez más perdida, Dios se entristeció en su corazón, y al arrepentirse de haber hecho además del hombre que extravió su camino, dijo: “Borraré al hombre, que creé, de faz de la tierra, desde el hombre, al ganado; y desde los reptiles a los volátiles del cielo; que me pesa haberlos creado” (Gn. 6:7,Stg. LXX). Pero Noé halló gracia en los ojos de Dios, y en él se complació por ser justo y perfecto (Gn. 6:8-9, Stg. LXX).
Dios Altísimo revela a Noé la destrucción del Mundo Antiguo, y le ordena construir un arca:
Dijo Dios a Noé: “Fin de toda carne ha llegado a faz mía, que llena está la tierra de iniquidad de ellos; y he aquí yo perderé a ellos y la tierra”. (Gn. 6:13, Stg. LXX). Y Dios ordenó a Noé a construir un arca con maderos pulidos, asfaltada por dentro y por fuera, de varias alcobas dentro de ella. La descripción del arca erase de ser así: trescientos codos el largo; de cincuenta codos el ancho, y de treinta codos el alto. De piso inferior, segundo y tercero. En ella abertura, la puerta a los lados; y en un ángulo su terminación (Gn. 6:14-15, Stg. LXX).
Finalmente, mientras la gente del mundo antiguo estaba comiendo, bebiendo, casándose y por nada llegando a entender al PatriarcaNoé, Dios le dio el anuncio de entrar en el Arca con sus hijos y su mujer. También las mujeres de sus hijos, y las parejas de dos en dos según el género de todo lo puro e impuro, ganado, reptiles, fieras y volátiles entre otros del reino animal (Mt. 24:37 C.D.R 1569; y Gn. 6:19-22, Stg. LXX).
Edad de Noé cuando terminó de hacer el Arca y el día que comenzó el diluvio:
Terminada el Arca conforme se le había mandado a construir al Patriarca Noé, y teniendo 600 años de edad, el día séptimo del segundo mes de la era antigua, comenzó el diluvio. Para lo cual Dios rompió todas las fuentes del hondo abismo; y al abrir las cataratas del cielo, vinieron las lluvias durante cuarenta días y cuarenta noches sobre toda la tierra. Por estas razones murió todo cuanto tenía vida, excepto los entrados en el arca (Gn. 7:1-17, Stg. LXX).
Alianza de Dios con Noé, después de asentarse el arca en los montes de Ararat:
Cesado el gran diluvio sobre el mundo antiguo por el viento fuerte devenido de Dios, comenzaron las aguas a decrecer después de los 150 días. Entonces al descubrirse los erguidos debajo del cielo, el día vigésimo séptimo del mes séptimo, el arca se asentó en los montes de Ararat (Gn. 8:1-5, Stg. LXX). No obstante, la paciencia de los que ocupaban el arca aun no terminaba, pues debieron esperar hasta el segundo mes del año siguiente para de ella poder salir. Salidos todos del arca, Noé en agradecimiento, hizo un altar a Dios, donde le ofreció de los animales puros holocausto; y Diospercibiendo el olor de suavidad y pensando adujo: “No volveré ya a maldecir la tierra por los hombres; que yace el pensamiento solícitamente sobre lo malo desde su adolescencia. No volveré, pues, a percutir a toda carne viviente, tal como lo hice, y que simiente y mies, frío y calor, noche y día no reposarán todos los días de la tierra”.(Gn. 8:13-22, Stg. LXX). Además de haberles dado ordenanzas sobre la comida, la vida de los hombres y la sangre, les dijo que crecieran, se multiplicaran en toda la tierra y hecho alianza con ellos, juró de no destruir más la tierra mediante agua, y la señal sería desde luego para recordarse, el arco iris visto en las nubes de los cielos, en los momentos de hacer nublar la tierra.(Gn. 9.1-17, Stg. LXX).