GUERRA ENTRE EL REY DEL NORTE Y EL REY DEL SUR, LAS CUATRO BESTIAS, EL PRIMER CUERNO PEQUEÑO Y EL OTRO CUERNO:
La guerra entre el rey del Norte y el rey del Sur, se trata de lo declarado al Profeta Daniel, sobre lo que ocurriría después de los imperios medos-persas, grecos-macedonios y Roma imperial, entre quienes se encontraría el pueblo de Israel, como colonia dominada y cruelmente castigada.
No es nada que tenga que ver con mito o leyenda, sino con hechos reales registrados en los libros de historias correspondientes, y en especial la Biblia, que como libro de los libros, ya en forma sintetizada los tenía registrados antes de que llegaran a ocurrir. Son profecías antes anunciadas con un asombroso cumplimiento, que ha dejado perplejo hasta los mismos ateos, mayormente a los que son como Tomás el dídimo: Hay que ver para creer.
Así que sin más preámbulo o rodeos al asunto de la Guerra entre el rey del norte y el rey del sur, las cuatro bestias, el primer cuerno pequeño y el otro cuerno, se comienza con el desarrollo de los acontecimientos:
Norte y Sur en guerra, conforme a la revelación profética dada a Daniel:
La escritura que presenta el profeta Daniel de la guerra entre los reyes del Norte y el Sur, es la aclaratoria que uno semejante a hijo de hombre, le dio para declararle la verdad acerca de los reyes que habría en Persia, y los imperios que sucederían luego. Esta aclaratoria fue dada al profeta Daniel, en el año primero del reinado de Darío el medo, y es importante que para entender mejor este asunto, debemos estar claros acerca del vaticinio de las 4 bestias.
El rey Darío el medo, era el monarca que estaba a cargo del Imperio medo-persa, que sucedió al babilónico por voluntad de IEUÉ Elohei, en cumplimiento a la escritura en la pared: “MENE, TÉKEL, UPARSIN <<MENE: Contó Elohei tú reino, y le ha puesto fin; TÉKEL: Pesado has sido en balanza y fuiste hallado falto; y UPARSIN: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas>> (Dn. 5:26-27 R.V. 1960). De modo que Darío el medo fue el que tomó el reinado a la muerte del rey babilónico Belsasar, cuando tenía 62 años (Dn. 5:30-31), y esto ocurrió en el 539 a.C. Fue en este tiempo que Daniel recibe la revelación dada por Elohei, mediante el ángel Gabriel.
En ese año del reinado de Darío el medo, estaba en su apogeo el imperio medo-persa, y al cual según el Varón que lo fortaleció y le dio la revelación a Daniel, le dijo que aún habrían 3 reyes: “Artajerjes II; Artajerjes III; y Artajerjes IV Arses”. Pero el cuarto (Darío III), quien al hacerse de grandes riquezas, levantaría a todos contra el reino de Grecia” (Dn. 11:1-2).
No obstante, de parte de Grecia se levantaría un rey valiente (Alejandro Magno), el cual dominaría con gran poder y haría su voluntad, pero cuando estuviera en su mayor fuerza, su reino sería quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que el dominó; porque su reino cuando fuera arrancado, sería para otros fuera de ellos (Dn. 11: 3-4). Aquí claramente el reino no sería para los descendientes (hijos) de Alejandro Magno, y por tanto sería para otros, pero fuera de ellos. Estos otros fueron cuatro generales de Alejandro Magno, quienes a su muerte se disputaron y se dividieron el reino: 1. Ptolomeo (Sóter); 2. Seleuco (Nicátor); 3. Lisímaco; y 4. Casandro.-
1. Al sur: Ptolomeo (Sóter), quien gobernó a Egipto, parte de Siria y Judea.
2. Norte: Seleuco (Nicátor), quien gobernó a Siria, Babilonia y el territorio al este de la India.
3. Lisímaco, quien gobernó el Asia Menor.
4. Casandro, quien gobernó a Grecia y Macedonia.
Así se cumplió al pie de la letra la profecía del versículo 4, siendo el reino de Alejandro Magno, repartido hacia los cuatro vientos del cielo.
Antes de que Alejandro se hiciera de un vasto dominio, tuvo que derrotar al rey Darío III en tres oportunidades en las batallas: Gránico; Issos; y Gaugamela (334-333-331 a.C.); y de esta manera se suscitaría la caída del imperio medo-persa, la cual ocurrió en el 330 a.C., con la muerte de Darío III. Así Alejandro Magno, hace ejecutar a Besos, porque siendo Sátrapa (gobernador) de Bactria, traiciona a Darío III, lo atrapa en su huida y con sus hombres entre ellos Barsaentes y Nabarzanes lo asesinan, antes de que cayera en manos de los griegos. La intención de Besos al principio, fue de entregarlo vivo para congraciarse con Alejandro magno, y así obtener la liberación de las satrapías, pero decidiendo que para él mejor sería erigirse rey, retarda el avance de los griegos con el cadáver de Darío, se pone a salvo y luego su objetivo sería lanzar una campaña de guerrillas contra Alejandro magno, y por esto antes de retirarse a Asia Central, se declaró a sí mismo, sucesor de Darío III, como Artajerjes V. Lo cual no le valió de nada, porque los griegos por orden de Alejandro lo ejecutaron.
Lo acaecido en detrimento de Darío III, es lo declarado en Dn. 11:2, como resultado de la guerra que hizo contra Grecia; y que en cumplimiento de Dn. 2:39, los griegos junto a los macedonios, serían desde luego el reino de bronce, que se hizo poderoso con Carlos Magno. Del cual conforme a la revelación profética que se percibe en los capítulos subsiguientes de Daniel, sobrevendría la guerra entre el reino del sur y el reino del Norte.
En esos capítulos es bastante claro, que el imperio greco-macedonio, tendría fuerte arraigo, pero que al ser quebrantado con la muerte de Alejandro Magno con apenas 33 años de edad, y específicamente cuando estaba en su mayor fuerza, sobrevendría su repartición entre sus generales, hacia los cuatros vientos del cielo. Ocurrido esto, hay que precisar de entre ellos, quiénes serían el rey del sur y el rey del Norte, y por lo antes visto de los 4 generales, así tenemos:
1. Al sur: Ptolomeo (Sóter), quien gobernó a Egipto, parte de Siria y Judea. De Ptolomeo, descendió una dinastía, que a saber:
2. Norte: Seleuco (Nicátor), quien gobernó a Siria, Babilonia y el territorio al este de la India.
Seleuco I Nicátor c. 358–281 a. C.
Antíoco I Sóter ? – 261 a. C.
Antíoco II Theos 286–246 a. C.
Seleuco II Calinico ? – 225 a. C.
Seleuco III Ceraunoc. 243–223 a. C.
Antíoco III Megas c. 241–187 a.C.
Seleuco IV Filopátor ? – 175 a.C.
Antíoco IV Epífanes c. 215–163 a.C.
Antíoco V Eupátor c. 172–161 a.C.
Demetrio I Sóter 185–150 a.C.
Alejandro Balas ? – 146 a.C.
Demetrio II Nicátor ? – 139 a.C.
Antíoco VI Dioniso ca. 148–138 a.C.
Diodoto Trifón
Cleopatra Thea ca. 164–121 a.C.
Seleuco V Filométor
Antíoco VIII Grifo
Antíoco IX Eusebio
Seleuco VI Epífanes
Antíoco XI Epífanes
Demetrio III Eucarios ? - 88 a.C.
Antíoco X Eusebio Philopator
Filipo I Filadelfo
Antíoco XII Dioniso
Antíoco XIII Asiático
Seleuco VII Cibiosactes o Philometor
Filipo II Filorromano
Desde luego que en la óptica de los versículos subsiguientes de Daniel 11, que van desde el 5 al 45, con la mención de acontecimientos que están reseñados en la historia, en resumen descriptivo de ello tenemos:
- 11.5 Sur: Alusión a Egipto
- 11.6 Norte: Siria
- 11.7 Un renuevo: El faraón egipcio, Tolomeo III, quien reinó del 246 al 221 a.C.
- 11.16 La tierra gloriosa: Israel, conquistada por Antíoco el Grande en el 199 a.C.
- 11.21 Un hombre despreciable: Antíoco IV Epífanes, el monarca sirio que gobernó del 175 al 163 a.C. Este se dio a sí mismo el nombre Epífanes (El ilustre), pero que se le llamó Epímanes (el “orate”) por sus enemigos, que significa el loco. No se conoce con exactitud cómo pudo apoderarse del reino con halagos.
- 11.22 El príncipe del pacto: Se trata del sumo sacerdote judío Onías III.
- 11.29-39 La ocupación de Antíoco IV Epífanes a Jerusalén, incluyó el establecimiento de regulaciones contra, la observancia del día de reposo y las prácticas dietéticas judías.
- 11.30 Naves de Quitim: En las que Roma enviaba una delegación.
- 11.31 La abominación desoladora: Estuvo constituida por la erección del altar de Zeus sobre el altar de los holocaustos, en el Templo.
- 11.36-45 Y el rey hará su voluntad: En la interpretación dispensacionalista el rey es el pequeño cuerno del capítulo 7 (el anticristo). Este pasaje predice su fin, cuando nadie salga en su auxilio y sea destruido por Cristo. Así se describe el fin de los regímenes y gobernantes de este mundo. INTERPRETACIÓN CLÁSICA: Dentro de este contexto, la interpretación clásica considera el pasaje como una referencia a Antíoco IV Epífanes, arquetipo del anticristo, a quien se cree expresamente descrito e los versículos 40-45.
EL PRIMER CUERNO PEQUEÑO Y EL OTRO QUE SURGE DESPUÉS:
El reinado del sur, el reinado del norte y los otros dos que surgieron de Grecia, llegarían a su fin con sus transgresiones hasta el colmo, y así se levantaría de uno de ellos o de los citados cuatro vientos, un rey que creció mucho al sur, al oriente y hacia la tierra gloriosa, que era altivo de rostro y entendido en enigmas, tal como el profeta Daniel lo relata y el ángel Gabriel, lo declara que ocurriría (Dn. 8.9, 22-23).
El primer cuerno pequeño que existió, devino de uno de los cuatro reinos que surgieron del imperio griego-macedonio, a la muerte de Alejandro magno, quien era el cuerno notable y grande que el macho cabrío tenía entre sus ojos, que cuando tenía la edad de 33 años murió, y así se quebró su imperio, para que en su lugar salieran otros cuernos notables hacia los 4 vientos del cielo, que vendrían a ser cuatro de sus más grandes generales (Dn. 8.5, 8). De manera que por estos surgen 4 reinos, y de uno de estos salió un cuerno pequeño, que siendo Antíoco IV Epífanes cómo un prototipo del Anticristo, rey del Norte y séptimo descendiente de Seléuco I Nicátor, creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa, y desde Siria salió para engañar a los judíos, entablarles una guerra en contra, profanar el santuario, quitar el continuo sacrificio y perseguirlos entre el 171 y el 164 a.C. (Dn. 8:9-14).
A futuro, lo que Daniel vio surgir entre 10 cuernos de la cabeza de la cuarta bestia terrible y espantosa o el imperio romano, es el otro cuerno pequeño delante del cual fueron arrancados tres cuernos de los primeros (Dn. 7:7-8. Estos 10 cuernos eran 10 reyes respecto a las 10 provincias romanas: “1.- Hispania; 2.- Italia; 3.- Galia; 4.- Britania; 5.- El Magreb; 6.- Libia; 7.- Los Balcanes; 8.- Anatolia; 9.- Oriente Próximo; y 10.- Egipto”, entre los que al hacer una alianza, saldrá el otro cuerno pequeño con ojos de hombre, quien es el Anticristo, y cuando hable grandes cosas, se sentará un Anciano de días en su trono, para darle a uno cómo Hijo de hombre que vendrá de las nubes del cielo, dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas, le sirvan; su dominio es eterno, que nunca pasará y su reino uno que no será destruido (Dn. 7:7-14).
La cuarta bestia o cuarto reino que era el imperio romano, en efecto tenía esas 10 provincias; y por lo tanto se levantarán a futuro 10 reyes, que vendrán a ser los 10 cuernos; pero de tras de estos se levantará el otro cuerno pequeño, que será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará (Dn. 7:24). Este cuerno pequeño que es el Anticristo, hablará palabras contra El Altísimo, y a los santos de este quebrantará, y a la manera como hizo Antíoco IV Epífanes, pensará en cambiar los tiempos y la ley, y serán entregados en su mano durante tres años y medio (Dn. 7:25; y Ap.13:5-7); pero al sentarse el Juez, le quitará el dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos de El Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán (Dn. 7:26-27).
El reino romano vendría a desplazar al imperio griego, como la cuarta bestia terrible y espantosa, que en el libro del profeta Daniel de las Sagradas Escrituras, por revelación Divina fue prevista. Esta bestia tendría un poderío militar inigualable, por las tácticas de combate y las armas de acero que emplearía en todas su incursiones guerreristas. Este es considerado las dos piernas de hierro de la imagen soñada por el rey babilónico Nabucodonosor: “Oriente y Occidente”, que tuvieron en su tiempo una enorme repercusión sobre las 10 provincias (1.- Hispania; 2.- Italia; 3.- Galia; 4.- Britania; 5.- El Magreb; 6.- Libia; 7.- Los Balcanes; 8.- Anatolia; 9.- Oriente Próximo; y 10.- Egipto). De estas 10 provincias serán los 10 cuernos o reyes, que en visiones de la noche avizoró el profeta Daniel, y en las que se sostenía el antiguo imperio romano. En las cuales que ahora representan a los 10 dedos de los pies del séptimo imperio o reinado de barro y hierro, recae el cumplimiento de resurgir o revivir a la bestia, mediante los 10 reyes que encarnarán a los 10 cuernos, para dar paso al octavo que es el segundo cuerno pequeño: “el Anticristo”, como producto de una alianza para gobernar al mundo, desde la gran ciudad: “Babilonia la grande” o a lo mejor Jerusalén desde el Monte Moriah, luego de terminarse de construir el tercer templo en sustitución de la mezquita de Omar.
La primera gran Ciudad conocida en la antigüedad, fue Babilonia y luego Roma; y si no es en una de las dos aquí mencionadas, desde donde tendrá su gobierno mundial el segundo cuerno pequeño: “el anticristo”, entonces ultimadamente será en Jerusalén. Hay que destacar, que en una plaza de la gran ciudad, estarán los cadáveres de los dos olivos a la vista pública, y ella que en sentido figurado es Sodoma y Egipto, el Señor también fue crucificado. Desde esta gran ciudad, saldrá un enorme ejército para hacerle la guerra al Cordero en la llanura de Meguido; pero el Cordero los vencerá porque es Rey de reyes y Señor de señores.