“Pensamientos
Cristianos"
El tema de este estudio, está basado en el
discernimiento de la Palabra de Jesús registrada en el Nuevo Testamento, y,
además, una invitación a leerla, estudiarla, analizarla, y mucho más importante
aún, discernirla, para poder actuar en forma adecuada como personas cristianas
que somos, sin menosprecio de cualquier denominación o creencia religiosa.
Es necesario advertir, que estas
consideraciones vertidas en este tema no pretenden ser la verdad absoluta, sino
una humilde forma para ser analizada, meditada y discutida, y acercarnos un
poco más en interesarnos para entender y comprender lo que Jesús nos vino a
transmitir por decisión del Padre para recuperar el verdadero acceso al Reino de
Dios aquí en la tierra.
José
Luis Hernández Cuéllar.
El hombre no ha querido comprender que todo
eso que actualmente le afecta y lo lastima, es la consecuencia de haberse
conducido en su vida como lo ha querido, por lo que, hasta que algo imprevisto
sucede, cae en la cuenta, de que lo que ha conseguido hasta la fecha no es ni
por mucho lo que cree merecer de acuerdo a los esfuerzos realizados, sin
ponerse a reflexionar, que todo lo realizado hasta hoy lo ha hecho con sus
propias fuerzas y conocimientos e imponiendo su forma de pensar de acuerdo a
sus experiencias personales o a las expectativas que se ha formado en la
familia, en el trabajo, profesión, o en su religión, en la que a pesar de creer
que todo lo ha hecho en el Nombre de Dios, la realidad es que a través del
tiempo las cosas no han resultado como lo había esperado y cree que todo se
debe a que esa es la voluntad de Dios.
La realidad, es que no nos hemos permitido
conocer de Dios más allá de lo que nos han marcado las tradiciones religiosas u
otros escritos, es decir, más allá de lo que nos han enseñado o hemos querido
ser enseñados a través de las personas a las que les hemos dejado esa
responsabilidad, lo que a propiciado que no reconozcamos que existen otras
fuerzas de las cuales nos podríamos sujetar para seguir los tiempos y el orden
que Dios manifiesta a través de su Hijo Jesucristo para que todas las cosas
negativas que nos han estado sucediendo vayan desapareciendo y su lugar vaya
siendo ocupado por el amor, la fe, la prosperidad, la salud y la fortaleza que
Dios ofrece si reconocemos ,aceptamos y obedecemos esa suprema voluntad para
que sea cumplido lo que todo padre amoroso quiere para sus hijos: ¡Que seamos
verdaderamente felices!
Para alcanzar esa felicidad que Dios quiere
para el hombre, sólo tiene éste que obedecer su mandato de guardar y enseñar a
cumplir la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo, y para que esto llegue a ser
posible, deberá estudiarla, reflexionarla y meditarla profundamente para
recibir su discernimiento en su esencia espiritual. ¿Por qué? porque la
enseñanza que Jesús quiere compartir al ser humano va mas allá de lo que muchos
conocemos, para dejar a un lado enseñanzas y mandatos de hombre en esta
enseñanza.
Veamos...
Existen en la actualidad, diversas formas y
enseñanzas para tratar de llegar al conocimiento de qué, o quién es Dios, por
lo que a través de los tiempos, la historia nos revela que el hombre siempre ha
estado inquieto en referencia a este asunto, prácticamente desde su creación y
hasta la fecha, tiempos en los que han surgido, crecido y desaparecido
doctrinas que han tratado de aclarar este profundo misterio. Pero también a la
fecha han permanecido doctrinas o dogmas que se han convertido, para quien las
ha adoptado, en la forma verdadera de alcanzar ese conocimiento.
También existen varias asociaciones que han
tratado de llegar a él siguiendo métodos trazados a través del conocimiento de
humana sabiduría, tomando invariablemente, de enseñanzas de doctrinas
existentes y doctrinas que existieron, lo que les ha parecido lo más cercano a
la verdad, interpretada ésta según el libre albedrío humano. Sólo que de todas
esas doctrinas para conocer a Dios, resalta una que fue capaz de dividir en dos
partes los tiempos históricos del mundo, y ésta es: la doctrina de Jesús
llamado el Cristo.
No se pretende juzgar o descalificar de
ninguna manera la veracidad de esas doctrinas o dogmas diferentes a la fe
cristiana, sino más bien hacerlas dignas de respeto porque también buscan el
amor y la misericordia de Dios y el conocimiento para entender el propósito de
la existencia del hombre, es decir: de dónde viene y a dónde va. Pero, de lo
que verdaderamente se trata, es de que si todos los que creemos en Jesús de
cualquier Iglesia o denominación tenemos un fundamento que hemos aceptado a
través del Nuevo Testamento para conocer la voluntad de Dios, entonces
deberíamos interesarnos verdaderamente en estudiar, reflexionar y meditar en su
contenido para llegar a ese conocimiento, para que así nuestro cuerpo, alma,
mente y espíritu se sintonicen y vibren en perfecta armonía en la Trinidad
Santa y Perfecta de Dios.
Desafortunadamente la Palabra de Dios que
Jesucristo nos vino a enseñar, se ha visto envuelta en diversas tradiciones
religiosas que a fuerza de quererla interpretar con razonamientos y
pensamientos de hombre, a sufrido preocupantes cambios en su percepción y
aplicación primitiva, y esto se ha dado, porque el hombre la ha ido adaptando
cada vez que así lo ha creído necesario a los tiempos en que las cosas del
hombre han ido cambiando, pero sobre todo, de acuerdo a ambiciones humanas de
poder y de riqueza, y es por eso que actualmente nos encontramos inmersos en
varias tradiciones religiosas que más que nos acerquen debidamente al Reino de
Dios por el camino a la obediencia fiel de su Palabra dada a Jesús, vamos
siendo desviados por otros senderos más largos para llegar a él.
Esta situación llevó al hombre a dividir la
fe cristiana en dos grandes partes, por un lado, la Iglesia católica,
apostólica y romana, y por el otro, que en razón de no estar de acuerdo con la
Iglesia católica en la forma de hacer las cosas en la doctrina de Jesús, se
denominó Protestante.