LAS DOS MODALIDADES DE BAUTISMO:
1)
Modalidad de Bautismo en agua:
En el Nuevo Pacto que también se puede
expresar como la nueva alianza, y que a la vez vale decir: “el Nuevo
Testamento”, hallamos en analogía a lo que hizo ell levita Moisés, cuando todos los
israelitas en él fueron bautizados en la nube y en el mar, que la primera
Modalidad de Bautismo con agua en los tiempos de IESUE de Nazaret, la practicó
Juan bautista a los hebreos en el río del Jordán. En esta Modalidad de
Bautismo, es que además de los discípulos de Juan bautista, Jesucristo fue
bautizado en las aguas del Río Jordán, momento cuando el bautista se le opuso
diciendo: “¿Yo necesito ser bautizado por ti, y tú
vienes a mí?” (Mt. 3:13-15). Sin embargo en respuesta
a esta actitud del bautista, el mismo Cristo le dijo, que Dejad ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia (Jn. 3:15). Y aún cabe mencionar,
que luego de iniciar Cristo su ministerio, él no bautizaba de manera general
como lo hacía Juan bautista, sino solamente a sus discípulos (Jn. 4.2).
Juan bautista en su manera de bautizar,
bautizó a la verdad en agua para arrepentimiento, diciendo que creyeran en
aquel que venía después de él, esto es El Cristo (Hch. 19:4). Sin embargo, no
solo Juan bautista instó a los hebreos hacia la creencia del Enviado o Mesías
que vendría después de él, sino también les había revelado, que Jesucristo es
el Cordero de Elohim que quita el pecado del mundo (Jn. 1:29,36); y a causa del
cual que al venir en un momento de sombras de muerte y de ceguera espiritual, para
que el único Elohim nuestro Padre hecho carne creciera, al ponerse de
manifiesto a los suyos, Juan menguó para que EL creciera (Is. 9:1-2; Mt. 4:12-17; Jn. 1:11; 1 Tm. 3.16; y 3:30). Y así súbitamente,
subió cual renuevo de tierra seca, a fin de ir allanando el camino para la
predicación de las nuevas buenas de salvación, y tras sí se efectuara su
crucifixión, muerte y resurrección de entre los muertos conforme a la Escritura
(Is. 53:1-2; y Lc. 24:44-47).
Resucitado pues el Cristo, el Hijo del
Elohim Viviente en cuanto a su carne, y quien es el mismo Elohim respecto a su
Divinidad, él dio a sus discípulos los siguientes mandamientos:
“Id por todo el mundo y
predicad el Evangelio a toda criatura, el que creyere y fuera bautizado será
salvo, más el que no creyere será condenado (Jn. 16:15-16).”
“Y que se predicase en
su Nombre, el arrepentimiento y perdón de pecados en todas las naciones del
mundo, comenzando desde Jerusalén (Lc. 24:47).”
“…quedaos en Jesusalén,
hasta que hayan sido investido con poder desde lo alto” (Lc. 24:49).
Así que por ello en la ciudad de
Jerusalén, y día de celebrase el pentecostés (Fiesta de las semanas o fiestas
de las primicias), aconteció que Pedro puesto en pies con los otros once
apóstoles, aclaró el motivo por el cual había sobre ellos descendido poder desde
lo alto, y acabado de aducir su poderoso discurso, les dijo a los compungidos
de corazón: “Arrepentíos y bautizase cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo
para el perdón de los pecados, y recibiréis el Don del Espíritu Santo (Hch.
2:38).”
Después del día de pentecostés, el
bautismo en Nombre de Jesucristo tuvo gran incidencia, porque los gentiles, los
discípulos de Juan bautista y Pablo, así se bautizaron, tal como se puede ver en
la narrativa de los hechos que a continuación, están relacionados a esos
eventos:
“…. ¿Puede acaso alguno
impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu
Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el Nombre del Señor IESUE…
(Hch. 10:47-48).”
“Aconteció que entre
tanto Apolos estaba en Corintio, Pablo, después de recorrer las regiones
superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo:
¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creasteis? Y ellos dijeron: Ni siquiera
hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué pues, fuisteis
bautizados? Ellos dijeron: en el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con
bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en aquel que
vendría después de él, esto es, en IESUE el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron
bautizados en el Nombre del Señor IESUE. Y habiéndoles impuesto Pablo las
manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y
profetizaban. Eran por todo unos doce hombres (Hch. 19:1-7).”
“Entonces uno llamado
Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos
los judíos que allí moraban, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo,
recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré. Y él
dijo: El Dios de nuestros Padres te ha escogido para que conozcas su voluntad,
y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque serás testigo suyo a los
hombres, de lo que has visto y oído. Ahora pues, ¿porque te detienes? Levántate
y bautízate invocando su Nombre (Hch. 22:12-16).
2) Modalidad de
bautismo en Espíritu Santo y Fuego:
Esta modalidad, es la infusión que
Jesucristo da a quien se bautice en su Nombre. Con esto se cumple, lo anunciado
por Juan bautista, cuando dijo: “Él os bautizara en
Espíritu Santo y fuego (Mt. 3:11; y Lc. 3:16)”; y es pues, la promesa que
del Padre Eterno, Cristo le anunció a sus discípulos: “Oísteis de mi (Hch.
1:4-5).” La cual fue profetizada
en Joel 2:28 y en otros textos bíblicos, y tuvo acertado cumplimiento dentro de la ciudad de Jerusalén, cuando se celebraba el día
de pentecostés (fiesta de las semanas o
de las primicias); y cuyo
cumplimiento fue con gran demostración de poder, viento fuerte y lenguas
repartidas, como de fuego, asentadas en cada uno de los que unánimes estaban
reunidos en aposento alto, y fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron
hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen (Hch. 1:12-26;
y 2:1-4).
Al ser bautizados los
creyentes por Jesucristo, en Espíritu Santo y Fuego, obtienen el Don del
Espíritu Santo o Dones Espirituales, que no solo puede consistir el hablar en
lenguas como le ocurrió a los discípulos del Mesías en Aposento Alto, sino
intérpretes de lenguas, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, dones de
sanidades, hacer milagros, profecía y discernimiento de espíritus, para un
total de 9 Dones Espirituales, según lo descrito por Pablo en 1 Co. 12:1-10. Además de estos dones, están los indicados
en Romanos 12:3-8; en Efesios 4:7-12 y en lo vaticinado por el profeta Joel,
que para los jóvenes es ver visiones y para los ancianos es soñar sueños (Joel
2:28).