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General: LA MISA CATECISMO 666,TU DECIDES A QUIEN Servir. .
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LA MISA EN SI ES LA MARCA DE LA BESTIA PAPADO Y DE SUS HIJAS QUE GUARDAN EL DOMINGO SANTIFICAR LAS FIESTAS CATECISMO PRIMER DIA DE LA SEMANA DOMINGO.666 .APOC CAP13CAP14:8,11CAP16CAP19:20,21 LOS QUE NO TENDRAN LA VIDA ETERNA SON LOS QUE TIENEN LA MARCA DE LA BESTIA QUIENES OBEDECEN AL PAPADO MISA CATECISMO. APOC 15:2
LA MISA EN SI ES LA MARCA DE LA BESTIA PAPADO Y DE SUS HIJAS QUE GUARDAN EL DOMINGO SANTIFICAR LAS FIESTAS CATECISMO PRIMER DIA DE LA SEMANA DOMINGO.666 .APOC CAP13CAP14:8,11CAP16CAP19:20,21 LOS QUE NO TENDRAN LA VIDA ETERNA SON LOS QUE TIENEN LA MARCA DE LA BESTIA QUIENES OBEDECEN AL PAPADO MISA CATECISMO. APOC 15:2 2 Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.(LOS QUE NO TUVIERON LA MARCA DE LA BESTIA ESTAN EN EL CIELO)
LA MISA—Respecto a la doctrina de la misa, véase la obra del cardenal Wiseman, The Real Presence of the Body and Blood of Our Lord Jesús Christ in the Blessed Eucharist [La presencia real del cuerpo y de la sangre de nuestro Señor Jesucristo en la santa eucaristía]; además el Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano, art. “Eucaristía” (último párrafo: “Definiciones del concilio de Trento relativas a la doctrina de la eucaristía”); Cánones y decretos del concilio de Trento, sesión 13, caps. 1-8 (en la edición, Los sacrosantos ecuménicos concilios de Trento y Vaticano, en latín y castellano, por A. M. Díez, Madrid, 1903, pp. 126-137). J. Calvino, Institución religiosa, lib. 4, caps. 17, 18, pp. 925-985 (Obras de los Reformadores Antiguos Españoles no 14, Madrid, 1858); K. R. Hagenbach, Lehrbuch der Dogmengeschichte, tomo 1, pp. 180-188, 331-336, y tomo 2, pp. 161-179 (2a ed., Leipzig, 1827). La misa es el acto más elevado de toda la Iglesia católica y otras denominaciones cristianas,[1] ya que el sacramento de la Eucaristía es el centro y el compendio de todo el cristianismo;[2] todos los demás sacramentos se ordenan para fin de este.[3] Para los ritos latinos de la Iglesia católica, la Comunión anglicana y algunas confesiones protestantes, entre ellas el luteranismo,[4] se denomina santa cena. Para los ritos orientales católicos, la Iglesia ortodoxa y la Iglesia copta se denomina como Divina Liturgia.
Vale la pena notar que seis de las ocho menciones del primer día de la semana domingo en el Nuevo Testamento se refieren al mismo día, el día que nuestro Señor resucitó. Los pasajes que lo mencionan son los siguientes: Mateo 28:1; Marcos 16:2, 9; Lucas 24:1; Juan 20:1, 19. Es extraño que estos pasajes que se refieren al día de la resurrección de nuestro Señor, sean citados en prueba de que se deba descansar el domingo o tenerlo por día del Señor. Las siguientes consideraciones demuestran claramente que dichos textos no suministran prueba alguna de que el primer día tenga un carácter sagrado:
1: Ni en estos pasajes ni en el contexto de cualquiera de ellos se declara, como no se declara tampoco en ninguna otra parte de la Biblia, que el domingo sea día de reposo o día del Señor, ni día sagrado, ni que hubiese de reemplazar al sábado de Jehová. Por cierto que a quien observe el domingo como día santo, o en honor de la resurrección, el Señor podría preguntar, como preguntó antaño: “¿Quién demandó esto de vuestras manos?”
2. Dicen los eruditos bíblicos que Mateo escribió su Evangelio de siete a treinta años después de la resurrección; Marcos escribió su Evangelio treinta años después; Lucas escribió el suyo treinta y dos años después; y Juan unos sesenta años después de la resurrección. Pero ninguno de estos escritores designa el domingo con otra expresión que “primer día de la semana,” mientras que el día anterior es uniformemente llamado por el nombre sagrado de “sábado.” Por cierto que los escritores inspirados no conocieron cambio alguno de día de reposo.
3. Que ese día no se celebraba en honor de Cristo resucitado es evidente por el hecho de que los discípulos “no creían” que hubiese resucitado, ni aun después que se lo dijera María. Marcos 16:11. Tampoco creían los discípulos la historia de los dos que habían visto a Jesús en Emaús. Vers. 12, 13. Y cuando nuestro Señor apareció a los once, “ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu” (Lucas 24:37), y nuestro Señor “censuróles su incredulidad y dureza de corazón, que no hubiesen creído a los que le habían visto resucitado.” Marcos 16:14. La verdad es que los discípulos no se habían reunido para celebrar la resurrección de Aquel en cuya resurrección no creían.
4. Es de notar que ese día no era considerado por los discípulos como día santo. Dos de ellos viajaron a Emaús, aldea que estaba a unos doce kilómetros de Jerusalén, y emplearon en ello una porción considerable del día. Volviendo a Jerusalén al final de ese día, encontraron a los discípulos reunidos, no con el propósito de celebrar una reunión religiosa, sino en una morada común de Jerusalén, con las puertas cerradas “por miedo de los judíos.” Compárese Juan 20:19 con Hechos 1:13.
La “bestia papado ” de Apocalipsis 13:1-10 es un símbolo de este poder a través de los siglos, que ha existido bajo diversas formas, simbolizadas por las siete cabezas. Bajo la cabeza dominante del período presentado en Apocalipsis 13:1-10, la bestia representa el papado. Ejerció el poder perseguidor durante 1.260 años, al fin de los cuales nos es representada como yendo en cautiverio. Lo que hizo de ella un poder perseguidor fué la unión de la iglesia con el estado. La Edad Media atestigua sus funestos efectos tanto sobre la iglesia como sobre el estado. La marca de un poder es lo que se presenta específicamente como señal de su autoridad. La autoridad de Dios y su jurisdicción se concentran en su poder creador de todo sábado séptimo día santo en la creación Génesis o 1:1 Génesis 2:14del Sinaí lo confirmo con su dedo .. La señal o marca de esa autoridad es el sábado. Véase Éxodo 20:8-11; Ezequiel 20:12, 20. La marca de la bestia es aquello que el papado presenta como señal de su autoridad. Como poder perseguidor, el papado debe ser un poder que se opone al verdadero cristianismo. Su marca debe mostrar oposición a la ley de Dios, o un cambio en ella. En la diferencia que hay entre la ley de Dios del Sinaí tal como la da su Palabra y la practicó Jesucristo, y esa misma ley según la interpreta en catecismo , enseña, práctica e impone el papado, debe hallarse la marca de esa potencia.
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Como se ha notado ya, la señal del poder de Dios es su santo sábado del cuarto mandamiento. La interpretación papal de aquella ley discrepa de la Palabra mayormente en lo que respecta a ese mandamiento. La ley de Jehová declara que “el séptimo día será sábado a Jehová.” La iglesia católica romana declara que guardar este mandamiento consiste en “dedicar el domingo [primer día de la semana] a la oración y otros deberes religiosos.”—Catecismo de Butler. Al querer probar que “la iglesia tiene poder para instituir fiestas de precepto,” el Catecismo Doctrinal dice: “Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan con ella todos los religiosos modernos: no podría haber substituído la observancia del domingo, primer día de la semana, en lugar de la observancia del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay autoridad bíblica.” Otra obra católica (Abridgment of Christian Doctrine) prueba la misma autoridad de la iglesia “por el mismo acto de cambiar el sábado en domingo.... Guardando el domingo, ellos [los protestantes] reconocen el poder que tiene la iglesia para ordenar fiestas, y para ordenarlas so pena de pecado.” Muchos otros testimonios respecto.
del mismo hecho podrían presentarse de fuentes católicas y protestantes. La marca de la bestia es, por lo tanto, el domingo impuesto por la ley.
¿Hay pruebas de que el gobierno norteamericano hará esto, y que obligará a todos sus súbditos a recibir esta marca en la diestra, absteniéndose de todo trabajo, o en la frente, es decir libremente y por su profesión de fe? En verdad, las pruebas abundan. Ya varios estados, por separado, han perseguido a los que realizaban trabajos comunes en domingo. Por la multiplicación de las decisiones judiciales, contrarias a la Constitución y al verdadero espíritu americano, y por la enorme presión de los entusiastas religiosos sobre los magistrados, la nación de los Estados Unidos se está dirigiendo hacia el fin lógico de los pasos ya dados, a saber una unión completa de la iglesia y el estado y la elevación del domingo al estado de ley.
¿Qué vendrá luego? Habrá quienes, en conciencia obedientes a Dios y a su Palabra, no podrán observarla. No podrán rendir obediencia al estandarte de otra potencia. Por lo tanto, las leyes se volverán más estrictas; pero serán violadas por razones de conciencia. El gobierno, cegado y lanzado en su carrera fatal, creerá necesario mantener su falsa dignidad. Impondrá multas y penalidades cada vez más severas, hasta la confiscación de los bienes y la privación de la ciudadanía. Los “herejes” no podrán ni comprar ni vender. Serán boicoteados. Y aun más, si persisten en lo que un gobierno cegado llama “obstinación,” serán considerados traidores y el castigo que merece la traición es la muerte.
A principios del siglo IV el emperador Constantino expidió un decreto que hacía del domingo un día de fiesta pública en todo el Imperio Romano . El día del sol fue reverenciado por sus súbditos paganos y honrado por los cristianos; pues era política del emperador conciliar los intereses del paganismo y del cristianismo que se hallaban en pugna. Los obispos de la iglesia, inspirados por su ambición y su sed de dominio, le hicieron obrar así, pues comprendieron que si el mismo día era observado por cristianos y paganos, estos llegarían a aceptar nominalmente el cristianismo y ello redundaría en beneficio del poder y de la gloria de la iglesia. Pero a pesar de que muchos cristianos piadosos fueron poco a poco inducidos a reconocer cierto carácter sagrado al domingo, no dejaron de considerar el verdadero sábado como el día santo del Señor ni de observarlo en cumplimiento del cuarto mandamiento.EXODO 20:8,11ESCRITO CON EL DEDO DE DIOS DEL SINAI.
Éxodo 20-> Ver.
[V.8-> Acuérdate. Esta palabra no hace más importante al cuarto mandamiento que a los otros nueve. Todos lo son igualmente. Quebrantar uno, es quebrantarlos todos (Stg 2:8-11). Pero el mandamiento del día de reposo nos recuerda que el séptimo día, el sábado, es el descanso señalado por Dios para el hombre, y que ese reposo se remonta hasta el mismo comienzo de la historia humana y es una parte inseparable de la semana de la creación (Gen 2:1-3; PP 348). Carece por completo de base el argumento de que el sábado fue dado al hombre por primera vez en el Sinaí. (Mar 2:27; PP 66, 67, 263). En un sentido personal, el sábado se presenta como un recordativo de que en medio de los afanes apremiantes de la vida no debiéramos olvidar a Dios. Entrar plenamente en el espíritu del sábado es hallar una valiosa ayuda para obedecer el resto del Decálogo. La atención especial y la dedicación dadas, en este día de descanso, a Dios y a las cosas de valor eterno, proveen un caudal de poder para obtener la victoria sobre los males contra los cuales se nos advierte en los otros mandamientos. El sábado ha sido bien comparado a un puente tendido a través de las agitadas aguas de la vida sobre el cual podemos pasar para llegar a la orilla opuesta, a un eslabón entre la tierra y el cielo, un símbolo del día eterno cuando los que sean leales a Dios se revestirán para siempre con el manto de la santidad y del gozo inmortales. Debiéramos "recordar" también que el mero descanso del trabajo físico no constituye la observancia del sábado. Nunca fue la intención que el sábado fuera un día de ociosidad e inactividad. La observancia del sábado no consiste tanto en abstenerse de ciertas formas de actividad como en participar deliberadamente en otras. Dejamos la rutina semanal del trabajo sólo como un medio para dedicar el día a otros propósitos. El espíritu de la verdadera observancia del sábado nos inducirá a aprovechar sus horas sagradas procurando comprender más perfectamente el carácter y la voluntad de Dios, a apreciar más plenamente su amor y misericordia y a cooperar más eficazmente con él ayudando a nuestros prójimos en sus necesidades espirituales. Cualquier cosa que contribuya a esos propósitos primordiales es apropiada para el espíritu y la finalidad del sábado. Cualquier cosa que contribuya en primer lugar a la complacencia de los deseos personales de uno o a la prosecución de los intereses propios, es tan ajena a la verdadera observancia del sábado como un trabajo común. Este principio se aplica tanto a los pensamientos y a las palabras como a las acciones. El sábado nos remonta a un mundo perfecto en el remoto pasado (Gen 1:31; Gen 2:1-3), y nos advierte que hay un tiempo cuando el Creador, otra vez, hará "nuevas todas las cosas" (Ap 21:5). También es un recordativo de que Dios está listo para restaurar, dentro de nuestros corazones y de nuestras vidas, su propia imagen tal como era en el principio (Gen 1:26; Gen 1:27). El que entra en el verdadero espíritu de la observancia del sábado se hace así idóneo para recibir el sello de Dios, que es el reconocimiento divino de que el carácter del Eterno está reflejado perfectamente en la vida del hombre (Eze 20:20). Una vez cada semana tenemos el feliz privilegio de olvidar todo lo que nos recuerde este mundo de pecado, y "acordarnos" de las cosas que nos acercan a Dios. El sábado puede llegar a ser para nosotros un pequeño santuario en el desierto de este mundo, donde por un tiempo podemos estar libres de sus cuidados y podemos entrar, por así decirlo, en los gozos del cielo. Si el descanso del sábado fue deseable para los seres sin pecado del paraíso (Gen 2:1-3), ¡cuánto más esencial lo es para los falibles mortales que se preparan para entrar de nuevo en esa bendita morada! ]
Exodo 20-> Ver. 10
[V.10-> El séptimo día. Ningún trabajo secular innecesario ha de realizarse en ese día. El sábado debe emplearse en meditación religiosa, en el culto y servicio para Dios. Además proporciona una oportunidad para el descanso físico. Esta característica del sábado es muy importante para el hombre en su estado pecaminoso, cuando debe ganarse el pan con el sudor de su rostro (Gen 3:17-19). Reposo para Jehová. En hebreo, "reposo" no lleva artículo definido, "el", pero esto no le quita exactitud al mandamiento del sábado. El punto de controversia entre los observadores del domingo y los del sábado no es si un cristiano debe descansar -no hacer "en él obra alguna"- un determinado día de la semana, sino qué día de la semana debe ser: el primero o el séptimo. El mandamiento contesta inequívocamente: "el séptimo día". El mandamiento divide la semana en dos partes: (1) En "seis días... harás toda tu obra". (2) En "el séptimo día... no hagas... obra alguna". Y ¿por qué esta prohibición de trabajar en "el séptimo día"? Porque es "reposo para Jehová". La palabra reposo viene del Heb. shabbáth, que significa "descanso". De modo que el mandamiento prohibe trabajar en "el séptimo día" porque es un día de descanso del Señor. Esto nos hace remontar al origen del sábado, cuando Dios "reposó el día séptimo" (Gen 2:2). Por lo tanto, es claro que el contraste no es entre "el" y "un", sino entre "trabajar" y "descansar". "Seis días", dice el mandamiento, son días de trabajo, pero "el séptimo día" es un día de descanso. Que "el séptimo día" es el único día de descanso de Dios resulta evidente por las palabras con que comienza el mandamiento: "Acuérdate del día de reposo [sábado] para santificarlo". Los ángeles anunciaron a los pastores: "Os ha nacido... un Salvador" (Luc 2:11). No llegamos por ello [el uso del artículo "un"] a la conclusión de que Cristo fue tan sólo uno de muchos salvadores. Captamos el significado de las palabras de los ángeles cuando ponemos el énfasis en la palabra "Salvador". Cristo vino, no como un conquistador militar o un rey terrenal, sino como un Salvador. Otros numerosos pasajes tratan de esa salvación como única en su género y de que no podemos ser salvados por ningún otro. Así es también 617 con el asunto de "el" y "un" en el cuarto mandamiento. No hagas en él obra alguna. Esto no prohibe las obras de misericordia o el trabajo esencial para la preservación de la vida y la salud que no puede realizarse en otros días. Siempre "es lícito hacer bien en sábado" (Mat 12:1-14, BJ; Mar 2:23-28). El descanso de que aquí se habla no ha de ser considerado meramente en términos de la cesación del trabajo ordinario, aunque por supuesto esto está incluido. Debe ser un descanso santo, en el cual haya comunión con Dios. Ni tu bestia. El cuidado de Dios por los animales resalta repetidas veces en los escritores del AT (Exo 23:5; Exo 23:12; Deu 25:4). El los recordó en el arca (Gen 8:1). Estuvieron incluidos en su pacto que siguió al diluvio (Gen 9:9-11). El sostiene que los animales son suyos (Sal 50:10). La presencia de "muchos animales" fue una razón para que Nínive fuera preservada (Jnn 4:11). Tu extranjero. Es decir un extranjero que, por propia voluntad, se unió con los israelitas. Una "grande multitud" salió de Egipto con Israel (Exo 12:38) y lo acompañó en sus peregrinaciones por el desierto. Mientras eligieran permanecer con los israelitas, habían de conformarse con los requisitos que Dios estableció para su propio pueblo. En un sentido, esto restringía su libertad, pero estaban libres para irse si no deseaban obedecer. En compensación, por así decirlo, compartían las bendiciones que Dios prodigaba a Israel (Num 10:29; Zac 8:22; Zac 8:23). ]
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Como se ha notado ya, la señal del poder de Dios es su santo sábado del cuarto mandamiento. La interpretación papal de aquella ley discrepa de la Palabra mayormente en lo que respecta a ese mandamiento. La ley de Jehová declara que “el séptimo día será sábado a Jehová.” La iglesia católica romana declara que guardar este mandamiento consiste en “dedicar el domingo [primer día de la semana] a la oración y otros deberes religiosos.”—Catecismo de Butler. Al querer probar que “la iglesia tiene poder para instituir fiestas de precepto,” el Catecismo Doctrinal dice: “Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan con ella todos los religiosos modernos: no podría haber substituído la observancia del domingo, primer día de la semana, en lugar de la observancia del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay autoridad bíblica.” Otra obra católica (Abridgment of Christian Doctrine) prueba la misma autoridad de la iglesia “por el mismo acto de cambiar el sábado en domingo.... Guardando el domingo, ellos [los protestantes] reconocen el poder que tiene la iglesia para ordenar fiestas, y para ordenarlas so pena de pecado.” Muchos otros testimonios respecto.
del mismo hecho podrían presentarse de fuentes católicas y protestantes. La marca de la bestia es, por lo tanto, el domingo impuesto por la ley.
¿Hay pruebas de que el gobierno norteamericano hará esto, y que obligará a todos sus súbditos a recibir esta marca en la diestra, absteniéndose de todo trabajo, o en la frente, es decir libremente y por su profesión de fe? En verdad, las pruebas abundan. Ya varios estados, por separado, han perseguido a los que realizaban trabajos comunes en domingo. Por la multiplicación de las decisiones judiciales, contrarias a la Constitución y al verdadero espíritu americano, y por la enorme presión de los entusiastas religiosos sobre los magistrados, la nación de los Estados Unidos se está dirigiendo hacia el fin lógico de los pasos ya dados, a saber una unión completa de la iglesia y el estado y la elevación del domingo al estado de ley.
¿Qué vendrá luego? Habrá quienes, en conciencia obedientes a Dios y a su Palabra, no podrán observarla. No podrán rendir obediencia al estandarte de otra potencia. Por lo tanto, las leyes se volverán más estrictas; pero serán violadas por razones de conciencia. El gobierno, cegado y lanzado en su carrera fatal, creerá necesario mantener su falsa dignidad. Impondrá multas y penalidades cada vez más severas, hasta la confiscación de los bienes y la privación de la ciudadanía. Los “herejes” no podrán ni comprar ni vender. Serán boicoteados. Y aun más, si persisten en lo que un gobierno cegado llama “obstinación,” serán considerados traidores y el castigo que merece la traición es la muerte.
A principios del siglo IV el emperador Constantino expidió un decreto que hacía del domingo un día de fiesta pública en todo el Imperio Romano . El día del sol fue reverenciado por sus súbditos paganos y honrado por los cristianos; pues era política del emperador conciliar los intereses del paganismo y del cristianismo que se hallaban en pugna. Los obispos de la iglesia, inspirados por su ambición y su sed de dominio, le hicieron obrar así, pues comprendieron que si el mismo día era observado por cristianos y paganos, estos llegarían a aceptar nominalmente el cristianismo y ello redundaría en beneficio del poder y de la gloria de la iglesia. Pero a pesar de que muchos cristianos piadosos fueron poco a poco inducidos a reconocer cierto carácter sagrado al domingo, no dejaron de considerar el verdadero sábado como el día santo del Señor ni de observarlo en cumplimiento del cuarto mandamiento.EXODO 20:8,11ESCRITO CON EL DEDO DE DIOS DEL SINAI.
Éxodo 20-> Ver.
[V.8-> Acuérdate. Esta palabra no hace más importante al cuarto mandamiento que a los otros nueve. Todos lo son igualmente. Quebrantar uno, es quebrantarlos todos (Stg 2:8-11). Pero el mandamiento del día de reposo nos recuerda que el séptimo día, el sábado, es el descanso señalado por Dios para el hombre, y que ese reposo se remonta hasta el mismo comienzo de la historia humana y es una parte inseparable de la semana de la creación (Gen 2:1-3; PP 348). Carece por completo de base el argumento de que el sábado fue dado al hombre por primera vez en el Sinaí. (Mar 2:27; PP 66, 67, 263). En un sentido personal, el sábado se presenta como un recordativo de que en medio de los afanes apremiantes de la vida no debiéramos olvidar a Dios. Entrar plenamente en el espíritu del sábado es hallar una valiosa ayuda para obedecer el resto del Decálogo. La atención especial y la dedicación dadas, en este día de descanso, a Dios y a las cosas de valor eterno, proveen un caudal de poder para obtener la victoria sobre los males contra los cuales se nos advierte en los otros mandamientos. El sábado ha sido bien comparado a un puente tendido a través de las agitadas aguas de la vida sobre el cual podemos pasar para llegar a la orilla opuesta, a un eslabón entre la tierra y el cielo, un símbolo del día eterno cuando los que sean leales a Dios se revestirán para siempre con el manto de la santidad y del gozo inmortales. Debiéramos "recordar" también que el mero descanso del trabajo físico no constituye la observancia del sábado. Nunca fue la intención que el sábado fuera un día de ociosidad e inactividad. La observancia del sábado no consiste tanto en abstenerse de ciertas formas de actividad como en participar deliberadamente en otras. Dejamos la rutina semanal del trabajo sólo como un medio para dedicar el día a otros propósitos. El espíritu de la verdadera observancia del sábado nos inducirá a aprovechar sus horas sagradas procurando comprender más perfectamente el carácter y la voluntad de Dios, a apreciar más plenamente su amor y misericordia y a cooperar más eficazmente con él ayudando a nuestros prójimos en sus necesidades espirituales. Cualquier cosa que contribuya a esos propósitos primordiales es apropiada para el espíritu y la finalidad del sábado. Cualquier cosa que contribuya en primer lugar a la complacencia de los deseos personales de uno o a la prosecución de los intereses propios, es tan ajena a la verdadera observancia del sábado como un trabajo común. Este principio se aplica tanto a los pensamientos y a las palabras como a las acciones. El sábado nos remonta a un mundo perfecto en el remoto pasado (Gen 1:31; Gen 2:1-3), y nos advierte que hay un tiempo cuando el Creador, otra vez, hará "nuevas todas las cosas" (Ap 21:5). También es un recordativo de que Dios está listo para restaurar, dentro de nuestros corazones y de nuestras vidas, su propia imagen tal como era en el principio (Gen 1:26; Gen 1:27). El que entra en el verdadero espíritu de la observancia del sábado se hace así idóneo para recibir el sello de Dios, que es el reconocimiento divino de que el carácter del Eterno está reflejado perfectamente en la vida del hombre (Eze 20:20). Una vez cada semana tenemos el feliz privilegio de olvidar todo lo que nos recuerde este mundo de pecado, y "acordarnos" de las cosas que nos acercan a Dios. El sábado puede llegar a ser para nosotros un pequeño santuario en el desierto de este mundo, donde por un tiempo podemos estar libres de sus cuidados y podemos entrar, por así decirlo, en los gozos del cielo. Si el descanso del sábado fue deseable para los seres sin pecado del paraíso (Gen 2:1-3), ¡cuánto más esencial lo es para los falibles mortales que se preparan para entrar de nuevo en esa bendita morada! ]
Exodo 20-> Ver. 10
[V.10-> El séptimo día. Ningún trabajo secular innecesario ha de realizarse en ese día. El sábado debe emplearse en meditación religiosa, en el culto y servicio para Dios. Además proporciona una oportunidad para el descanso físico. Esta característica del sábado es muy importante para el hombre en su estado pecaminoso, cuando debe ganarse el pan con el sudor de su rostro (Gen 3:17-19). Reposo para Jehová. En hebreo, "reposo" no lleva artículo definido, "el", pero esto no le quita exactitud al mandamiento del sábado. El punto de controversia entre los observadores del domingo y los del sábado no es si un cristiano debe descansar -no hacer "en él obra alguna"- un determinado día de la semana, sino qué día de la semana debe ser: el primero o el séptimo. El mandamiento contesta inequívocamente: "el séptimo día". El mandamiento divide la semana en dos partes: (1) En "seis días... harás toda tu obra". (2) En "el séptimo día... no hagas... obra alguna". Y ¿por qué esta prohibición de trabajar en "el séptimo día"? Porque es "reposo para Jehová". La palabra reposo viene del Heb. shabbáth, que significa "descanso". De modo que el mandamiento prohibe trabajar en "el séptimo día" porque es un día de descanso del Señor. Esto nos hace remontar al origen del sábado, cuando Dios "reposó el día séptimo" (Gen 2:2). Por lo tanto, es claro que el contraste no es entre "el" y "un", sino entre "trabajar" y "descansar". "Seis días", dice el mandamiento, son días de trabajo, pero "el séptimo día" es un día de descanso. Que "el séptimo día" es el único día de descanso de Dios resulta evidente por las palabras con que comienza el mandamiento: "Acuérdate del día de reposo [sábado] para santificarlo". Los ángeles anunciaron a los pastores: "Os ha nacido... un Salvador" (Luc 2:11). No llegamos por ello [el uso del artículo "un"] a la conclusión de que Cristo fue tan sólo uno de muchos salvadores. Captamos el significado de las palabras de los ángeles cuando ponemos el énfasis en la palabra "Salvador". Cristo vino, no como un conquistador militar o un rey terrenal, sino como un Salvador. Otros numerosos pasajes tratan de esa salvación como única en su género y de que no podemos ser salvados por ningún otro. Así es también 617 con el asunto de "el" y "un" en el cuarto mandamiento. No hagas en él obra alguna. Esto no prohibe las obras de misericordia o el trabajo esencial para la preservación de la vida y la salud que no puede realizarse en otros días. Siempre "es lícito hacer bien en sábado" (Mat 12:1-14, BJ; Mar 2:23-28). El descanso de que aquí se habla no ha de ser considerado meramente en términos de la cesación del trabajo ordinario, aunque por supuesto esto está incluido. Debe ser un descanso santo, en el cual haya comunión con Dios. Ni tu bestia. El cuidado de Dios por los animales resalta repetidas veces en los escritores del AT (Exo 23:5; Exo 23:12; Deu 25:4). El los recordó en el arca (Gen 8:1). Estuvieron incluidos en su pacto que siguió al diluvio (Gen 9:9-11). El sostiene que los animales son suyos (Sal 50:10). La presencia de "muchos animales" fue una razón para que Nínive fuera preservada (Jnn 4:11). Tu extranjero. Es decir un extranjero que, por propia voluntad, se unió con los israelitas. Una "grande multitud" salió de Egipto con Israel (Exo 12:38) y lo acompañó en sus peregrinaciones por el desierto. Mientras eligieran permanecer con los israelitas, habían de conformarse con los requisitos que Dios estableció para su propio pueblo. En un sentido, esto restringía su libertad, pero estaban libres para irse si no deseaban obedecer. En compensación, por así decirlo, compartían las bendiciones que Dios prodigaba a Israel (Num 10:29; Zac 8:22; Zac 8:23). ]
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ESTADOS EN LAS PROFECIAS CUMPLIENDOSE ANTES DEL REGRESO DE CRISTO.
La “bestia” de Apocalipsis 13:1-10 es un símbolo de este poder a través de los siglos, que ha existido bajo diversas formas, simbolizadas por las siete cabezas. Bajo la cabeza dominante del período presentado en Apocalipsis 13:1-10, la bestia representa el papado. Ejerció el poder perseguidor durante 1.260 años, al fin de los cuales nos es representada como yendo en cautiverio. Lo que hizo de ella un poder perseguidor fué la unión de la iglesia con el estado. La Edad Media atestigua sus funestos efectos tanto sobre la iglesia como sobre el estado.
Precisamente cuando este poder perseguidor va en cautiverio (vers. 10), el profeta ve otro poder que se levanta en forma de “otra bestia EEUU PROTESTANTISMO APOSTATA ” que sube “de la tierra,” y que tiene “dos cuernos semejantes a los de un cordero, mas hablaba como un dragón.” Había, entre otras especificaciones dignas de nota, que significaban claramente a qué potencia se aplica este símbolo, las cuatro siguientes: 1. El tiempo de su nacimiento. 2. El territorio en que actúa. 3. El carácter que profesa tener, según lo indican sus cuernos. 4. Su verdadero carácter y obra, según lo revela su voz.
1. Esta potencia, nace más o menos, cuando la bestia anterior, gobernada por la cabeza papal, es llevada en cautiverio o cesa de ser potencia perseguidora. Esto sucedió en 1798, cuando el papa Pío VI fué llevado en cautiverio, y desde esa fecha el papado no ha sido reconocido por el poder civil como defensor de la fe de las naciones y juez de herejes. En esa oportunidad—al fin del siglo XVIII—había tan sólo una nueva potencia notable que hacía su aparición en el horizonte del mundo, a saber, los Estados Unidos de Norteamérica.
2. Las bestias que representaban las naciones del Viejo Mundo aparecen como saliendo del mar (Daniel 7:2, 3, 17; Apocalipsis 13:1); el mar, o las aguas, simboliza los grandes movimientos nacionales de flujo y reflujo, con todos los cambios y fluctuaciones que ocasionan. Apocalipsis 17:15; Isaías 8:7. Pero la bestia de dos cuernos llega al poder, no entre las naciones conocidas del mundo, sino en una parte desconocida hasta entonces. Esta especificación se cumple en los Estados Unidos y su gobierno; porque surgieron, por así decirlo, “entre las soledades de la tierra.”
3. Tenía dos cuernos como los de un cordero, rasgo que no se notó en ningún otro símbolo de la profecía divina. El “cordero” es un símbolo de Cristo, el Cordero muerto desde la fundación del mundo, Cordero que “tenía siete cuernos.” Apocalipsis 5:6. Un cuerno es símbolo de fuerza o exaltación, o de lo que produce eminencia o exaltación. Había dos principios en las doctrinas de Cristo que, adoptados por cualquier gobierno, le darían preeminencia y servirían para elevarlo. Estos dos principios de la religión cristiana han contribuido, aparte de su inherente poder divino, para granjearle favor dondequiera que hayan sido conocidos, y los hombres que no los abrazan los admiran. Estos dos principios de este gobierno han granjeado también la admiración de todos los que aman la justicia en todas las naciones, y han llevado a sus playas desde el Viejo Mundo, multitudes de oprimidos y amantes de la libertad. Estos principios son la absoluta igualdad o fraternidad de los hombres y la perfecta libertad de elección en cuanto a creer o no creer en asuntos religiosos. El primero se expresa en pasajes como éstos: “Dios ... de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” (Hechos 17:26), y “Uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos”. Mateo 23:8. El segundo, por estas palabras: “El que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.” Juan 12:47. “Dios no hace acepción de personas.” Véase también Juan 18:36; Mateo 20:25-28; Lucas 9:51-56; 2 Corintios 1:24; 5:11, 20. La obra de los ministros de Cristo no consiste en obligar, sino en ganar; no en ordenar sino en persuadir y rogar. Únicamente una religión sobre toda la faz de la tierra reconoce los principios de la igualdad de los hombres y la absoluta libertad de la voluntad, sin compulsión. Únicamente una nación importante sobre toda la faz de la tierra ha encarnado alguna vez en la constitución de su existencia y los principios de su gobierno estas dos características, y esta nación es la de los Estados Unidos de Norteamérica.
La igualdad del hombre se presenta así en la declaración de la independencia: “Tenemos por verdades evidentes de por sí: Que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad.” La libertad religiosa se presenta en la primera enmienda de la constitución: “Ninguna ley promulgará el Congreso respecto del establecimiento de la religión, o que prohiba el libre ejercicio de ella; o cercene la libertad de palabra o de prensa; o el derecho de reunión pacífica.” Estos principios cristianos limitan el símbolo de la bestia de dos cuernos a los Estados Unidos.
4. “Hablaba como un dragón.” El “dragón” es satánico, y símbolo de una potencia perseguidora. Apocalipsis 12:9, 13. “De la abundancia del corazón habla la boca.” La manera de hablar revela la verdadera naturaleza y el desarrollo ulterior de la nación que nos ocupa. Un gobierno habla por sus leyes y decretos. El símbolo indica, por lo tanto, que los Estados Unidos llegarán todavía a ser una potencia perseguidora. ¿Hay indicaciones de que tal será el caso?—Hace noventa años, no se podía decir que las hubiese. Ahora son legión.
Por la profecía puede verse que la bestia de dos cuernos levanta una imagen a la bestia e impone la marca de la bestia a aquellos que están dentro de su jurisdicción. Lo que constituía la bestia era una unión de la iglesia y el estado, en la que el estado imponía a todos los dogmas de la iglesia. Una imagen de la bestia sería el establecimiento de un sistema semejante en el gobierno de los Estados Unidos. El espacio limitado de este apéndice no permite citar las pruebas de que esto ya se está haciendo en principio. Notaremos, sin embargo, algunos hechos:
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a) En 1864 se formó la Asociación pro Reforma Nacional con el objeto confesado de “conseguir una enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que declare la fidelidad de la nación a Jesucristo, y su aceptación de las leyes morales de la religión cristiana, que indique que ésta es una nación cristiana, y coloque todas las leyes, instituciones y costumbres cristianas de nuestro gobierno sobre una base legal innegable en la ley fundamental del país.” Por supuesto, el lector inteligente y avizor verá en seguida que este propósito cristalizado en ley no sería sino la interpretación humana de “las leyes morales de la religión cristiana.” Y la Edad Media poseyó en abundancia estas interpretaciones.
b) Aunque la asociación nombrada nunca ha sido numéricamente muy grande, ha difundido sus opiniones erróneas en toda denominación religiosa, en las instituciones del saber y entre los miembros de toda organización que se destaque por sus esfuerzos en realizar reformas. La Unión de Mujeres Cristianas Temperantes, que fomentó la prohibición, y las grandes denominaciones protestantes del país, han favorecido, en una forma u otra, estas opiniones, y han ejercido presión, por la influencia política, sobre los funcionarios Públicos del gobierno nacional y de los estados.
c) El 29 de febrero de 1892, la Suprema Corte de los Estados Unidos declaró, en la decisión respecto de la iglesia Trinity, que “ésta es una nación cristiana,” y el verano siguiente ambas cámaras del Congreso, juntamente con el presidente, cedieron a la presión, y declararon que el día de reposo del cuarto mandamiento era el domingo, primer día de la semana, con lo que los magistrados civiles fallaron con respecto a una cuestión religiosa y así comprometieron el gobierno a este procedimiento.
d) Sucesos ulteriores, notablemente el reconocimiento oficial y la recepción de un representante del Vaticano de parte del gobierno, precisamente antes de la guerra de 1898 con España, revelan el hecho de que los pasos preliminares de una unión de la iglesia y el estado—una imagen de la bestia—han sido dados.
La marca de un poder es lo que se presenta específicamente como señal de su autoridad. La autoridad de Dios y su jurisdicción se concentran en su poder creador de todo. La señal o marca de esa autoridad es el sábado. Véase Éxodo 20:8-11; Ezequiel 20:12, 20. La marca de la bestia es aquello que el papado presenta como señal de su autoridad. Como poder perseguidor, el papado debe ser un poder que se opone al verdadero cristianismo. Su marca debe mostrar oposición a la ley de Dios, o un cambio en ella. En la diferencia que hay entre la ley de Dios tal como la da su Palabra y la practicó Jesucristo, y esa misma ley según la interpreta, enseña, práctica e impone el papado, debe hallarse la marca de esa potencia.
Como se ha notado ya, la señal del poder de Dios es su santo sábado del cuarto mandamiento. La interpretación papal de aquella ley discrepa de la Palabra mayormente en lo que respecta a ese mandamiento. La ley de Jehová declara que “el séptimo día será sábado a Jehová.” La iglesia católica romana declara que guardar este mandamiento consiste en “dedicar el domingo [primer día de la semana] a la oración y otros deberes religiosos.”—Catecismo de Butler. Al querer probar que “la iglesia tiene poder para instituir fiestas de precepto,” el Catecismo Doctrinal dice: “Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan con ella todos los religiosos modernos: no podría haber substituído la observancia del domingo, primer día de la semana, en lugar de la observancia del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay autoridad bíblica.” Otra obra católica (Abridgment of Christian Doctrine) prueba la misma autoridad de la iglesia “por el mismo acto de cambiar el sábado en domingo.... Guardando el domingo, ellos [los protestantes] reconocen el poder que tiene la iglesia para ordenar fiestas, y para ordenarlas so pena de pecado.” Muchos otros testimonios respecto del mismo hecho podrían presentarse de fuentes católicas y protestantes. La marca de la bestia es, por lo tanto, el domingo impuesto por la ley.
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a) En 1864 se formó la Asociación pro Reforma Nacional con el objeto confesado de “conseguir una enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que declare la fidelidad de la nación a Jesucristo, y su aceptación de las leyes morales de la religión cristiana, que indique que ésta es una nación cristiana, y coloque todas las leyes, instituciones y costumbres cristianas de nuestro gobierno sobre una base legal innegable en la ley fundamental del país.” Por supuesto, el lector inteligente y avizor verá en seguida que este propósito cristalizado en ley no sería sino la interpretación humana de “las leyes morales de la religión cristiana.” Y la Edad Media poseyó en abundancia estas interpretaciones.
b) Aunque la asociación nombrada nunca ha sido numéricamente muy grande, ha difundido sus opiniones erróneas en toda denominación religiosa, en las instituciones del saber y entre los miembros de toda organización que se destaque por sus esfuerzos en realizar reformas. La Unión de Mujeres Cristianas Temperantes, que fomentó la prohibición, y las grandes denominaciones protestantes del país, han favorecido, en una forma u otra, estas opiniones, y han ejercido presión, por la influencia política, sobre los funcionarios Públicos del gobierno nacional y de los estados.
c) El 29 de febrero de 1892, la Suprema Corte de los Estados Unidos declaró, en la decisión respecto de la iglesia Trinity, que “ésta es una nación cristiana,” y el verano siguiente ambas cámaras del Congreso, juntamente con el presidente, cedieron a la presión, y declararon que el día de reposo del cuarto mandamiento era el domingo, primer día de la semana, con lo que los magistrados civiles fallaron con respecto a una cuestión religiosa y así comprometieron el gobierno a este procedimiento.
d) Sucesos ulteriores, notablemente el reconocimiento oficial y la recepción de un representante del Vaticano de parte del gobierno, precisamente antes de la guerra de 1898 con España, revelan el hecho de que los pasos preliminares de una unión de la iglesia y el estado—una imagen de la bestia—han sido dados.
La marca de un poder es lo que se presenta específicamente como señal de su autoridad. La autoridad de Dios y su jurisdicción se concentran en su poder creador de todo. La señal o marca de esa autoridad es el sábado. Véase Éxodo 20:8-11; Ezequiel 20:12, 20. La marca de la bestia es aquello que el papado presenta como señal de su autoridad. Como poder perseguidor, el papado debe ser un poder que se opone al verdadero cristianismo. Su marca debe mostrar oposición a la ley de Dios, o un cambio en ella. En la diferencia que hay entre la ley de Dios tal como la da su Palabra y la practicó Jesucristo, y esa misma ley según la interpreta, enseña, práctica e impone el papado, debe hallarse la marca de esa potencia.
Como se ha notado ya, la señal del poder de Dios es su santo sábado del cuarto mandamiento. La interpretación papal de aquella ley discrepa de la Palabra mayormente en lo que respecta a ese mandamiento. La ley de Jehová declara que “el séptimo día será sábado a Jehová.” La iglesia católica romana declara que guardar este mandamiento consiste en “dedicar el domingo [primer día de la semana] a la oración y otros deberes religiosos.”—Catecismo de Butler. Al querer probar que “la iglesia tiene poder para instituir fiestas de precepto,” el Catecismo Doctrinal dice: “Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan con ella todos los religiosos modernos: no podría haber substituído la observancia del domingo, primer día de la semana, en lugar de la observancia del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay autoridad bíblica.” Otra obra católica (Abridgment of Christian Doctrine) prueba la misma autoridad de la iglesia “por el mismo acto de cambiar el sábado en domingo.... Guardando el domingo, ellos [los protestantes] reconocen el poder que tiene la iglesia para ordenar fiestas, y para ordenarlas so pena de pecado.” Muchos otros testimonios respecto del mismo hecho podrían presentarse de fuentes católicas y protestantes. La marca de la bestia es, por lo tanto, el domingo impuesto por la ley.
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Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 9EL CATECISMO EL VINO DE SATANAS EN EL MUNDO APOC 17:2
[V.9-> Fue lanzado fuera. Satanás y sus ángeles fueron expulsados del cielo en las edades pasadas (2Pe 2:4), antes de la creación de este mundo (PP 14-23; cf. PE 145-146; CS 552-554; 3SG 36, 39; 1SP 17-33). Sin embargo, parece que hasta el momento del drama de la cruz podía llegar hasta los seres celestiales, y en un grado limitado, posiblemente como “príncipe de este mundo” (Jn 12:31; Luc 4:6), pero no como habitante del cielo, podía entrar en los recintos celestiales (DTG 709; cf. HR 26-27; ver com. “en tierra”). Esta puede ser, sin embargo, la expulsión definitiva que ocurrió en la cruz, como lo declaró nuestro Señor (Jn 12:31-32; cf. PP 54-57; DTG 455, 633,706). Es evidente por el contexto (Ap 12:10-13) 825 que Juan se está refiriendo más específicamente a los sucesos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz. Pueden notarse los siguientes puntos: 1. La proclamación que hace una “gran voz en el cielo” (Ap 12:10-12) es más o menos un paréntesis, cuyo propósito es explicar el significado de la expulsión de Satanás (Ap 12:9), en primer lugar a los habitantes del cielo, y luego a los de esta tierra. Después de este paréntesis explicatorio, el Ap 12:13 continúa la narración de las actividades de Satanás a partir del lugar donde había quedado en el Ap 12:9. Por consiguiente, los Ap 12:10-12 constituyen, principalmente, una declaración relativa al estado del plan de salvación en el momento en que Satanás fue “arrojado a la tierra”. 2. La primera declaración de la “gran voz” consiste en una serie de hechos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz sobre Satanás: se aseguró el plan de la “salvación”, se dio “poder” para resistir los engaños de Satanás, se aseguró el “reino” de Cristo y fue confirmado su “poder” literalmente “autoridad” de ser el Salvador del hombre, el sumo sacerdote y rey (Mat 28:18; CS 558). 3. La razón que se da en Ap 12:10 para esta cuádruple victoria es muy especifica: que “ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos”, lo cual relaciona claramente lo que se ha hecho con la expulsión del Ap 12:9. 4. En el tiempo de la expulsión de los Ap 12:9-10; Ap 12:13, “el acusador de nuestros hermanos” ya los había estado acusando activamente “delante de nuestro Dios día y noche”. Es obvio que esta caída ocurrió después de que Satanás había estado acusando durante cierto tiempo a “los hermanos”; por lo tanto, según parece ésta no puede ser la expulsión original de Satanás, la cual fue, por supuesto, antes de la creación de la tierra y de Adán y Eva. 5. El Ap 12:11 declara específicamente que fue “la Sangre del Cordero” -la muerte de Cristo en la cruz- la que había hecho posible la victoria sobre “el acusador de nuestros hermanos”. El gran dragón Satanás . Ver com. Ap 12:3. Serpiente. Una referencia a la serpiente que engañó a Eva (Gen 3:1). Antigua. Gr. arjáios, “antiguo”, “viejo”, de arj’, “principio”. “Arcaico” deriva de arjáios. Cf. Jn 8:44. Diablo. Gr.Diábolos, “calumniador” (ver com. Mat 4:1). Satanás. Gr. Satanás, transliteración del Heb. Sátan, que significa “adversario” (ver com. Zac 3:1). Engaña. Gr. Planáō, “hacer errar”, “descarriar”. “engañar” (ver com. Mat 18:12). Mundo. Gr. oikoumén’ “el mundo habitado”, de oikéō, “morar” (ver com. Mat 4:8). A la tierra. El conflicto en el cielo comenzó debido a los planes para la creación del hombre (ver 3SG 36). Cuando la tierra fue creada y entregada a Adán, Satanás se esforzó para hacer que cayera el hombre que acababa de ser creado. Cuando consiguió que Adán y Eva cayeran, reclamó la posesión de la tierra (ver com. Mat 4:8-9); pero lo limitó sus esfuerzos a esta tierra sino que también tentó a los habitantes de otros mundos (ver PE 290). No será sino hasta la segunda venida de Cristo cuando Satanás será completamente confinado a esta tierra durante mil años (ver com. Ap 20:3; cf. PE 290, DTG 455). ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 2
[V.2-> Han fornicado. Gr. pornéuō, verbo afín de pórn’ (ver com. Ap 17:1). Esta expresión equivale a “fornicar” en el AT (cf. Eze 23:30; Ose 4:12). Usada en sentido figurado, como aquí, se refiere a una alianza ilícita de los falsos cristianos con otro señor que no es Cristo. En este caso una unión político- religiosa entre una iglesia apóstata catolicismo papado y aliados (ver com. Ap 17:5) y las naciones de la tierra. Cf. Isa 23:15; Isa 23:17. Reyes de la tierra. Es decir, poderes políticos (ver com. Ap 17:12) que pondrán su autoridad y sus recursos a disposición de la “gran ramera Vaticano ” (Ap 17:1; ver com. Ap 17:13), y por medio de los cuales ella intentará cumplir su propósito de matar a todo el pueblo de Dios del Sinaí del sábado séptimo día de la creación (ver com. Ap 17:6; Ap 17:14) y gobernar a los “moradores de la tierra” (cf. Ap 17:8). Los “reyes de la tierra” serán sus cómplices en ese crimen. Los moradores. Los habitantes de la tierra serán engañados para aceptar la marca de la bestia y su imagen marca de muerte eterna para recibir las plagas del Apocalipsis 16 (cf. com. Ap 17:8) para que cooperen con la política de la gran ramera Vaticano (cf. Ap 13:8). Este engaño se deberá al proceder de los dirigentes religiosos. Embriagado con el catecismo Laudato si cambio climático cop25,26 . Una embriaguez completa. Las facultades normales de la razón y el juicio quedarán embotadas y la percepción espiritual entorpecida. Cf. Jer 51:7; 2Ts 2:9-10; Ap 13:3-4; Ap 13:7; Ap 13:18; Ap 14:8; Ap 18:3; Ap 18:23; Ap 19:20. Nótese que esta embriaguez de los moradores de la tierra se menciona después de referirse a la alianza ilícita entre Babilonia papado y aliados y los reyes de la tierra. Sin duda Babilonia obrará por intermedio de los reyes de la tierra para poder dominar a quienes no se han sometido a ella voluntariamente. Son engañados los gobernantes y los gobernados para que acepten la marca de la bestia y su imagen (CS 682). Con el vino catecismo . O sea al beber el vino aceptar su marca . Este “vino catecismo ” es la política engañosa de Satanás para someter a todo el mundo bajo su dominio, además de las mentiras y las “señales” con las cuales promueve su política con la aparición de Satanás mismo como Cristo regresando a este mundo caminando y sentándose en el Vaticano bendiciendo a los que han aceptado la marca de la bestia (cf. Ap 13:13-14; Ap 18:23; Ap 19:20). De su fornicación. O, es decir, “su prostitución catecismo 666 ”. La alianza entre el cristianismo apóstata papado e hijas domingo la marca de la bestia y los poderes políticos de la tierra, es el medio por el cual Satanás se propone unir al mundo bajo su liderazgo. ]
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La vida devocional del remanente de Cristo de la Santa Biblia y su ley del Sinaí Apoc 14:12 ,CAP 14:7 .
Una vida doble
En esta época, precisamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, debe hacerse una obra como la de Juan [el Bautista]. Dios necesita a hombres que preparen a un pueblo que se mantenga firme en el gran día del Señor a su regreso A fin de dar un mensaje como el que dio Juan, debemos tener una experiencia espiritual como la suya. La misma obra debe efectuarse en nosotros. Debemos contemplar a Dios y, al contemplarlo, perderemos de vista el yo.—
La comunión con Dios ennoblecerá el carácter y la vida. Los hombres verán que hemos estado con Jesús como lo notaron en los primeros discípulos. Esto comunicará al obrero un poder que ninguna otra cosa puede dar. No debe permitir que cosa alguna le prive de este poder. Hemos de vivir una vida doble: una vida de pensamiento y de acción, de silenciosa oración y fervoroso trabajo.—
Oración y esfuerzo, esfuerzo y oración, serán la tarea de vuestra vida. Debéis orar como si la eficiencia y la alabanza se debieran completamente a Dios, y trabajar como si el deber fuera todo vuestro.—
Nadie que no ore puede estar seguro un solo día o una sola hora.—
El que no hace nada más que orar, pronto dejará de hacerlo.
Arraigados firmemente en Cristo pidiendo su espíritu Santo .
Viene la tormenta, la tormenta que probará la fe de todo hombre, no importa de qué clase sea. Los creyentes deben estar ahora firmemente arraigados en Cristo; o de otra manera serán desviados por alguna fase del error.—
Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión a la contemplación de la vida de Cristo. Debiéramos tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales.—
La única defensa contra el mal consiste en que Cristo more en el corazón por la fe en su justicia. A menos que estemos vitalmente relacionados con Dios, no podremos resistir los efectos profanos del amor propio, de la complacencia propia y de la tentación a pecar. Podemos dejar muchas malas costumbres y momentáneamente separarnos de Satanás; pero sin una relación vital con Dios por nuestra entrega a él momento tras momento, seremos vencidos. Sin un conocimiento personal de Cristo y una continua comunión, estamos a la merced del enemigo, y al fin haremos lo que nos ordene.— Cristo, y Cristo crucificado, debe ser el tema de nuestra meditación, conversación y más gozosa emoción.
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