LA LÍNEA MESIÁNICA
Por suscitarse la caída del hombre en el Edén, y por consiguiente la
maldición entre la simiente del áspid y la simiente de la mujer, fue que a un
tiempo bastante posterior, debió provenir de los correspondientes descendientes
de ella, la Línea Mesiánica (Gn. 3:1-16). Para que de ellos a un tiempo futuro
eso llegara a ocurrir, entonces se hizo necesario, que primero la Línea Mesiánica
se encauzara mediante uno de los hijos de Adán, que dentro de una buena
vocación de servicio y adoración a Elohim, sus acciones fuesen de agrado
delante de sus ojos, como las que Abél hacía en su buen proceder, de ofrecerle
lo mejor con una gran satisfacción desinteresada y generosa; pero por ocurrir
el vil asesinato contra su joven vida, que habiendo Elohim pronunciado una
maldición sobre el homicida, para que la tierra le negare el fruto de su
trabajo, y sobre ella anduviera errante y extranjero con el temor de que
cualquiera lo matara, ya así la procedencia de la Línea Mesiánica no se podía
encauzar a través de Abél, y mucho menos de Caín, porque fue el que lo mató
(Gn. 4:1-15).
Es por ello que la canalización debía hacerse entonces, mediante otro descendiente
de Adán, que fuese bueno y tuviera libre de la maldición que Elohim pronunció
sobre Caín; y así fue necesario, que la procedencia de la Línea Mesiánica se
encauzara inicialmente mediante Set, el tercer hijo Varón de Adán que le nació
de Eva ( Gn. 4:25; y 5:3).
Más tarde entonces, es que de los descendientes de Set, provino el
séptimo desde Adán que fue Enoc, del cual devino su descendencia, y de esta
Noé, el pregonero de justicia, que vino a ser el padre de Sem, el que tuvo su
linaje, y de donde brotó Taré, del que descendió Abraham, quien engendró a
Isaac, y el que a su vez fue padre de Jacob Gn. 5:4:19-24, 30-32). Y éste el
progenitor de los 12 patriarcas, entre los que estaba Judá, y del que de su
descendencia siglos después existió Isaí, que llegó a engendrar a David, padre
de Natán, de Salomón y de otros (Gn. 11:23-27; 21:1-3; Gn. 25:1-26:31-35;
30:1-24; 35:22-26; 1 Sm. 11-13; 2 Sm. 5:13-16).
De ese Salomón, tampoco pudo provenir la Línea Mesiánica mediante alguno
de sus respectivos descendientes, porque a diferencia de la integridad y la
rectitud que tuvo su progenitor David con su Elohim IEUE de los Ejércitos, se
fue tras mujeres extranjeras, e hizo lo malo ante los ojos de Elohim, tanto que
a causa de ellas que al caer en idolatrías abominables y detectables, hizo
desviar a su pueblo Israel, e incurriendo en la violación del Antiguo Pacto (1
R. 11:1-13, 33); y en lo subsiguiente tuvo una descendencia en su gran mayoría
corrompida e inclinada al mal, de la que vino Conías y sobre quien también cayó
una maldición, para que ninguno se siente en el trono de David (Jr. 22:24-30).
De cuya descendencia vino José, marido de Miriam (María), de la que
nació IESUE de Nazaret. Pero engendrado por el Espíritu de Santidad (Mt. 1:16);
y por esto son las controvertidas genealogías que se observan en Mateo y en
Lucas, para que el discipulado tenga un esclarecimiento distintivo de ello, a
los fines de que se esté bien sabido, de dónde provino en realidad (Mt. 1:1-16;
y Lc. 3:23-38). En Razón de lo cual y por el hecho de esa maldición sobre
Conías y su descendencia, es que de los descendientes de Natán, hijo de David,
debió provenir pues, Miríam "María", de la que nació el Mesías,
engendrado por el Espíritu de Elohim; pero por cuanto era notorio que José vivía
con María, y en compañía de esta presentaron al niño Mesías en el templo de
Jerusalén, muchos creían a excepción de los Apóstoles, que era su padre natural
(Lc. 2:22; y Lc. 3:23).