LAS LIBERACIONES DE LA DESCENDENCIA DE ABRAHAM:

En varias ocasiones le ha venido de parte de IEUE Elohim, la liberación a la descendencia de Abraham, que comenzó desde Egipto, y terminará en los últimos tiempos.

De esas varias ocasiones, tan sólo dos (2) son las más impactantes dentro del tiempo que el pueblo tiene demarcado por parte de IEUE Elohim, y dentro las que nuestro patriarca Abraham tuvo conocimiento, fue de la que primeramente tendría su descendencia, porque el Omnipotente haciéndoselo saber, dijo: "Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y allí será esclava y oprimirán 400 años; y aún juzgaré la nación a que servirán. Luego saldrán con riqueza grande, y a la cuarta generación volverán acá, porque aún hasta aquí, no ha llegado la maldad del amorreo a su colmo" (Gn. 15:13--16).

Cumplido ahora el tiempo para que la descendencia de Abraham fuese liberada por primera vez de la esclavitud, IEUE Elohim se lo hizo saber a su siervo Moisés, a quien designó libertador de su pueblo, para que en Nombre del Gran YO SOY, a ellos dijera: "Ío soy, El que a Ustedes me ha Enviado" (Éx. 3:14).

Para esa liberación no fue nada fácil, porque Moisés se tuvo que enfrentar al faraón de Egipto en varias ocasiones con demostración de poder y las plagas pertinentes, en cumplido del juicio que IEUE Elohim le dijo al patriarca Abraham, que haría en contra de la nación a la que serviría su descendencia (Ex. 7:8-25; Cáp. 8-12; y Gn. 15:14); y aun con un gran prodigio en el mar rojo, en medio del cual se abrió camino y pasó el pueblo de Israel, y en donde IEUE Elohim hizo fenecer al ejército de Faraón (Ex. 14:1-21; y 15:1-11).

A la postre de las liberaciones, otra es la que sobrevino en los tiempos del emperador romano, Tiberius César, ya que luego de decir el Mesías que serán verdaderamente libres si los libertare el Hijo, en este el Espíritu de vida los libertó de la ley del pecado y de la muerte (Jn. 8:34-36; y Ro. 8:2). Para así destruir por medio de la muerte, al que tenía el imperio de la muerte, esto es al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte, estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre; porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino socorrió a la descendencia de Abraham (Hb, 2:14-16); y aún de esto que librarlos pues de Satanás y de la ley del pecado y de la muerte, en la cual estaban bajo esclavitud, consumir a futuro a la manera como destruyó al ejército del faraón de Egipto en el mar rojo, la destrucción en Armag-Edom, de los ejércitos de la tierra y sus reyes que en pos del anticristo, con este se encuentren reunidos para pelear en contra del Cordero de Elohim, quien en compañía de decenas de millares de las huestes del cielo, los ha de vencer, porque es Rey de reyes y Señor de señores (Dt. 33:2; y Ap. 19:1-16; y 17:14).

Y es por ello, que antes y durante la última liberación de la descendencia de Abraham, habrán de suceder cosas impresionantes, porque además de la destrucción de los ejércitos y sus reyes que estén con el Anticristo en Armag-Edom, se han de derramar las últimas plagas postreras para la consumación de la ira de Elohim, a manera semejante como aconteció en Mitzraim "Egipto", ya que a sumada cuenta, en algunas se observan cosas similares:

1) Úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tengan la marca de la bestia, y que adoren su imagen (Ap. 15:2). Esta plaga se asemeja un poco a la sexta plaga que hubo en Egipto, porque siendo de sarpullidos, produjo úlceras en los hombres egipcios (Ex. 9:8-11).

2) El mar se convirtió en sangre como de muerto y murió todo ser vivo que había en el mar (Ap. 16:3). De la misma manera ocurrió con el río Nilo, que a convertirse en sangre, murieron todo lo que tenía vida, que en particular los peces (Ex. 7:20-21).

3) Los ríos y las fuentes de las aguas se convierten en sangre, y ha de ser semejante con la plaga inmediatamente anterior (Ap. 16:7).

4) La intensidad del sol en la tierra, que cual si fuese un intenso fuego, quemará a los hombres con gran calor, y ellos blasfemarán el nombre de Elohim, que tiene poder sobre esta plaga, y no se arrepentirán para darle gloria (Ap. 16:8-9).

5) El reino de la bestia se cubrirá de tinieblas y morderán de dolor sus lenguas; y por sus ulceras blasfemarán contra el Elohim del cielo, y no se arrepentirán de sus obras (Ap. 16:10-11). Esta quinta plaga de tinieblas sobre el reino de la bestia, es equiparable a la novena plaga de tinieblas que afectó a los egipcios tres días sin poder ver nada (Ex. 10:21-23).

6) Las aguas del gran Río Éufrates se secarán, para que habiendo camino, pasen los reyes del oriente; y aún de cada uno de los que conforman la trilogía diabólica (el Dragón Rojo; la Bestia y el falso Profeta), ha de surgir un espíritu inmundo, que a sumada cuenta que siendo tres espíritus de demonios a manera de ranas, harán señales, e irán a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Elohim Todopoderoso (Ap. 16:12-14). A esta sexta plaga en lo que respecta a las aguas del gran Río Éufrates para que como camino pasen los reyes del oriente, se asemeja a lo acontecido en el mar rojo, para que en medio de este pudieran pasar  los israelitas y luego destruir al ejército de Faraón (Ex. 14:1-21; y 15:1-11); y además en lo que tiene que ver con los tres espíritus inmundos a manera de ranas que harán señales y prodigios e irán a todos los reyes de la tierra para prepararlo a la batalla en mención, es algo parecido a lo que ocurrió en Egipto, porque aquí hubieron ranas que le cayeron a todos los egipcios; y que aún el Faraón se endureció, como a lo mejor le acontecerá al Anticristo para tal batalla (Ex. 8:6-15).

7) Además de un terremoto tan grande nunca visto durante que los hombres han estado en la tierra, la gran ciudad fue dividida en tres y cayeron las ciudades en todas las naciones; y también que aún de venir Babilonia a memoria delante de Elohim para darle el cáliz del ardor de su ira, e huir toda isla y no hallarse los montes, cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Elohim por el granizo; porque su plaga fue sobremanera grande. Esta última parte de la séptima plaga indicada en Apocalipsis, es similar a la que cayó en Egipto, porque aquí fue un granizo pesado nunca antes visto (Ex. 9:1-35).

Al enfocarse pues en la penúltima y última liberación, que a posterior de esas siete plagas habrán de sobrevenir a los descendientes del patriarca Abraham, es que se ha de pelear en contra del Anticristo, para librarlos de su dominio diabólico. El cual haciéndose pasar por Elohim, se sentará en el templo que harán en Jerusalén, en cumplido de lo que a los tesalonicenses vaticinó el Apóstol Pablo (2 Ts. 2:3-4); y de cuya Jerusalén que será la gran ciudad y capital del mundo, se comandará a los ejércitos de la tierra y sus reyes que estén con el Anticristo, para pelear en contra del Cordero de Elohim (JESUCRISTO), quien en compañía de decenas de millares de las huestes del cielo, los vencerá en Armag-Edom, porque es Rey de reyes y Señor de señores; y que luego de ser derrotada a muerte la rebelión satánica acampada en el Monte de Meguido, las aves que vuelan en medio del cielo, se darán un gran festín con la carne de los cadáveres que estén en Armag-Edom. A la bestia en cambio la apresarán juntamente con el falso profeta, y serán lanzados vivos en el lago que arde con fuego y azufre; y acto seguido, Satanás será capturado por un ángel que le pondrá una gran cadena para atarlo, y lo encerrará en la prisión del gran abismo durante mil años. Cumplidos estos mil años, será suelto, e irá a engañar de nuevo a las naciones, y organizará un ejército tan grande como la arena del mar, e invadirán a Israel, y sitiarán a la santa ciudad del Elohim amado, y rodearán el campamento de los santos; pero al venir la última liberación de parte de IEUE Elohim, del cielo caerá fuego mezclado con azufre y los consumirá. Tras de lo cual, Satanás será de nuevo apresado, y lanzado en el lago que arde con fuego y azufre por toda la eternidad, donde yacerán además de sus ángeles que se rebelaron contra Elohim, el Anticristo, el falso profeta, y todo aquel que del género humano, no se halle inscrito en el Libro de la vida del Cordero.