Desde el punto de vista fisiológico, la sensación es el resultado de la excitación nerviosa que se produce frente a un estímulo tanto físico como químico a través de los sentidos.
Desde la Psicología, la sensación es la emoción que se registra en el estado de ánimo frente a un acontecimiento, una experiencia o una novedad o noticia significativa en el ambiente. Es la capacidad de captar las características sensibles de los objetos, como los colores, las formas, etc.; y cuando la sensación es registrada por la conciencia se transforma en percepción.
La Psicología de la Gestalt propone que la conciencia es capaz de percibir el conjunto de sensaciones que le dan forma a una estructura con significado; y que nunca se puede ser afectado en forma aislada.
Algunos consideran que las sensaciones son abstracciones mentales, estructuras que forman percepciones, ya que lo único que se puede analizar es la sensación consciente.
Se distinguen tres características en la sensación: la cualidad, la intensidad y la duración.
La cualidad se refiere a la naturaleza del estímulo, la intensidad es el grado en que afecta la conciencia, y la duración, el tiempo que necesita para ser registrado.
Desde el punto de vista filosófico, la sensación es el conocimiento sensible o percepción externa, incluyendo todos los elementos simples que la componen.
Descartes distingue la sensación de la percepción, considerando a la sensación la señal que proviene de los objetos externos, idea que comparte el empirismo y el sensacionalismo y la percepción un producto del pensamiento.
Kant reacciona ante esta postura y propone que las sensaciones provienen del mundo externo, los sentidos las reciben y las organiza en representaciones objetivas, por las formas “a priori” de la sensibilidad.
Fitche, en su intento por integrar la división que hace Kant, entre sensibilidad, entendimiento y razón, sostiene que la sensación es el principio del conocimiento y que es inconsciente; luego adquiere el contenido mediante un proceso dialéctico para aprehender la realidad.
Las sensaciones son vivencias subjetivas, porque dependen del sujeto y pueden influir significativamente en la sensibilidad al dolor, en los malestares del funcionamiento de los órganos y en la tolerancia a tratamientos y medicamentos; porque es innegable que tanto las sensaciones internas como externas son vividas y percibidas de una manera diferente por cada sujeto.
Una misma enfermedad puede tener distintas formas de manifestación, por esta razón se dice que no hay enfermedades sino enfermos.
Se ve lo que se desea ver y se percibe lo que se quiere percibir. La idea o pensamiento parece adelantarse a los acontecimientos y deforma los hechos; y es frecuente que cuando la realidad objetiva no se ajusta a la idea, ésta no se vea.
Por ejemplo, si buscamos algo en un placard lleno de cosas con cierta características de forma y color que creemos recordar, si esas características han cambiado o bien son diferentes en algún aspecto, aunque el objeto se encuentre frente a nuestros ojos, no lo vemos.
Cada pensamiento es también una molécula y todo lo que pensamos produce cambios en el funcionamiento del cuerpo.
Si cambiamos de pensamientos e intentamos ver la realidad tal cual es, sin asociarla a una situación emocional o afectiva anterior que la distorsiones, podremos evitar alterar el funcionamiento del cuerpo y lograr la salud perfecta.
Podemos decidir controlar nuestras emociones que son producto de nuestras experiencias que aún permanecen en nuestra memoria; y experimentar cada momento como si fuera único, aprendiendo a vivir en el presente y no continuar siendo esclavo de nuestro pasado.