Hubiese imaginado cualquier cosa. Que arrojara el saco al suelo, que lo maldijera y que arto de su paciencia se hubiese ido por
donde venía. O que simplemente le dijera que no era necesario su cuidado. Los ojos claros del pelinegro lo observaron en cuanto,
dándole la razón y con un tono molesto, se había quedado con la prenda en los hombros. Su perfume caro seguramente se pegaría a
su piel en cuestión de segundos. "¿Qué no sé nada dices~?" - …. – Pudo darse cuenta que el muchacho exageraba bastante las
cosas. "Dame una buena razón por la que alguien como tú este en un lugar como este. La mayoría de ustedes son adictos al
trabajo o no pueden estar lejos del reino.. ¿O me vas a venir con que tú eres diferente? además no pareces tan religioso como
para venir a lugar tan desolado... ¿Quieres sentarte? Me molesta verte de pie".
Entreabrió un poco sus labios, observándolo. Detenido en su acción de secarse. Una sonrisa de medio lado apareció en su boca
al ver lo mucho que podía hablar ese muchacho sin antes haberle dado ni su nombre, pero enseguida fue cubierta por su muñeca,
de forma elegante aunque inconsciente - …me gusta estar solo – murmuró, neutralizando su rostro y apoyando su espalda contra
una de las columnas – ven aquí – le llamó con los dedos de su mano derecha – no pareces peligroso – mintió; y así le invitó a tomar
asiento consigo en el suelo.
Pudo sentir aquel “sonido” que lo interrumpió y de forma inmediata estiró la misma mano con la que llamaba al muchacho, pero
esta vez hacia Nill - …désmi – susurró y un hilo invisible de electricidad se dirigió al greif, convirtiéndose en un campo de energía que
protegía al animal del acercamiento innecesario que podría ocurrir con aquella bestia, suponía sería un dragón así que la técnica
no sería del todo efectiva, por lo menos podría ganar algo de tiempo. Los ojos celestes volvieron al Teufel – es tuyo? – Hablaba del
dragón - …es peligroso traerlo aquí – deslizó su espalda en la columna, hasta encontrarse sentado en el suelo, con una de sus piernas
elevada, colocando su codo en ella. La otra descansando estirada en el suelo – Como te llamas? -.

Comenzó a reírse estruendosamente y había hablado de todo, pero no había dicho su nombre en ningún momento.
Tendría que acostumbrarse a que al muchacho le ignorara de esa manera. “¿Estás loco?” no precisamente, estaba
seguro de no encontrarse demente. Al menos no tanto como el muchacho que estaba frente a él.  – estás queriendo
decir que... debería desconfiar? – murmuró observándolo caminar hasta él, divisó su rostro y por un momento no pudo
evitar mantener sus ojos fijos en él, con esa expresión tan divertida e irónica en su rostro parecía burlarse de la vida,
tomó con su mano el abrigo, atrapándolo en cuanto se lo arrojó, sabía que no duraría su amabilidad en él. Observó
su accionar, como acariciaba el pico de su mascota - …Su nombre es Nill – le corrigió, notando su actitud de reparo.
“Extraño lugar y buen clima para estar solo" pues si, era de su gusto, se puso de pie nuevamente para colocarse el saco,
sin la camisa pues aún no se secaba. "Pero para ser el tipo de personas que le  guste estar solo hablas demasiado ¿no?
Yo diría que eres más contradictorio o que te urge la compañía de alguien..." – y que si es así.. – no le dio importancia,
peinando su cabello hacia atrás con la mano y sacando un cigarro húmedo de su pantalón, aún no se deshacía
completamente así que lo prendió con un encendedor que guardó inmediatamente observando al extraño. "A veces
un animal no basta, solo te escuchan. O se portan algo idiotas y te arrojan en medio vuelo solo porque empieza a
llover y porque a la maldita no le gusta el agua" elevó una de sus cejas – esa es la razón por la que estás aquí – adivinó
sin mucha dificultad. El campo eléctrico que cubría al animal no hizo nada cuando el muchacho se acercó, pero
después, ocasionó una patada eléctrica que empujó la mano del Teufel, marcándolo con una herida superficial en la
palma del mismo. El greif se puso de pie sacudiendo su plumaje, había notado su capacidad de absorber la energía vital
de las cosas al igual que su amo y se había “espantado” pues creyó que su dueño lo entregaba a ese demonio perdido,
no había escuchado una sola orden y sentía la presencia de un dragón en alguna parte. Eyes tomó su bastón y caminó
hasta el Teufel con la tranquilidad que lo caracterizaba, dejando escapar el humo de entre sus labios y pararse detrás de
Damien – Tu también resultas bastante hablador, lo suficientemente confianzudo como para creer que eres conocedor
de todo y será que sabes bien lo que se siente la soledad… por la forma en la que hablas, ¿No será que has estado
hablando de ti todo este tiempo? – preguntó sin esperar una respuesta; observándolo desde donde se encontraba.

Había presionado levemente el bastón con su mano al sentir que ese extraño se daba vuelta, pero no hizo más quedarse observándolo cuando el castaño arrebato de entre sus labios el cigarrillo, pero no uno cualquiera, el último cigarrillo - … - siquiera pudo responder, él ya estaba paseándose muy cómodo por delante de sus ojos – Dar con la verdad no creo que sea algún tipo de ofensa – ignoró la posibilidad del arma que aún sostenía en su mano, se mostraba elegante en la postura y la voz, aunque sus ojos no expresaran más que un oculto egoísmo. “(…) eso déjaselo a los de la alta sociedad para quienes trabajas”… tomó el cigarro sin duda alguna, compartiéndolo, sin dejar de observarlo con atención e irremediable interés por su extremosidad en el habla y forma de actuar. Las cosas que decía eran absolutamente ilícitas y sin fundamentos, mas sin embargo parecía haber una razón disfrazada en él. – Guardas tanto rencor por la alta sociedad? - le devolvió el cigarro a sus manos y le miró a los ojos fijamente cuando se presentó. "Especialmente de ustedes, Reichmaske" - Damien... – admitió elevando una de sus cejas y cruzándose de brazos - …Son Eyes, solo cumplo órdenes – musitó presentandose – no tengo otro modo de vida, tal vez tu tengas demasiados. Tu y yo somos dos extremos completamente diferentes – dio un paso atrás para acariciar a Nill y observarlo con cuidado - …comenzando con que eres un histérico – sonrió por lo bajo, sin permitir que Damien le vea - Así que supongo, que si huyes cuando te persiguen y sobre todo que no toleras a los Reichmaske, que de mi siempre huirás.. - murmuró, el demonio no podría ver su rostro.

Dirigió sus pupilas enseguida y apartó el bastón, mirándole ante su pregunta - No es malo ser Teufel - aclaró en cuanto le vio inclinarse - ..es pesado ordenar su desorden, por eso son perseguidos - le observó viajar a un lado del templo - No - respondió por el cigarro. El rugido del animal solo le hizo perder la mirada en el cielo por un momento, estaba entrenado para evitar a los dragones después de todo se pasaba las tardes vigilando por el Cardinal de Tierra las actividades de las marionetas. "No me tomes a mal, admiro a los Reichmaske, y hasta me gusta el uniforme" Eyes no pudo evitar sonreír ante el pensamiento infantil del demonio  "solo no me gusta su forma de actuar ¿que acaso no tienen voluntad propia? ¿Vas a seguir órdenes aquí? ¿En este lugar olvidado por el mundo? ¿Me vas a perseguir, vas a matarme? ¿y qué vas a ganar con eso? ¿un desfile? ¿un trofeo? ¿un beso de la reina?" - quizás - le miró fijamente acallando su voz y arrimándose a su rostro para ver sus rasgos con detalle - ... - hizo silencio fijándose en las líneas imperceptibles que delineaban los labios de Damien, volviendo a mirar sus ojos mientras el sonido de la lluvia se precipitaba sin piedad - Mi voluntad es seguir órdenes, y según mi lista no eres tu el siguiente - susurró - pero tal vez sí estés entre el papeleo de otro Reichmaske.. - el bastón dorado levantó con la punta el mentón ajeno - ...a menos que me des una buena razón para eliminarte - ni un gramo de simpatía, siquiera una sonrisa irónica. Esos jugueteos eran para el Teufel, no para Eyes. Sin embargo, por demás embelesado en sus ojos celestes, mirando los oscuros del joven pensó por un momento que era realmente... asfixiante estar tan cerca de su boca.