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♦ 「 cαяdιиαl del ғυeԍσ 」: Homicidal::::[private]::::Remiel
Triar un altre plafó de missatges |
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| De: Shounen Kait (Missatge original) |
Enviat: 09/08/2011 03:41 |
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Caminó con sus zapatos caros por los ladrillos apilados a unos centímetros de suelo, que dividían
el borde entre la carretera y un barranco. La noche era tranquila y fresca en JousanChiku, y el rubio
desarreglaba un poco su corbata antes de sostenerse de un farol negro que marcaba el final del
camino de ladrillos y bajaba sus pies al suelo elegantemente para observar cara a cara a quien
había estado siguiendo durante horas - Oh! … - exclamó con una sonrisa - …el gran Serpentmeister
desciende de las alturas para mezclarte con los demonios… - fingió sacarse un sombrero invisible
de la cabeza y hacer una sutil reverencia con él, agachando también la cabeza para volver a
mirarlo con sus claros, y sonreír un poco más - mi Remiel.. -.
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'Ah, cállate...' gruño por lo bajo, y el demonio sonrió un poco más. Esto definitivamente le gustaba. Le gustaba... y a él también. La punta de su nariz en su cuello le hacia caricias... tan suavemente que le brindaba tranquilidad, pero a la vez deseo. Lo abrazó con un brazo, rodeando su cintura. Era hermoso, el cuerpo del menor era hermoso y lo tenía allí para él una vez más. Dicen que el burro gana por insistido, no por lindo. Su sonrisa se mantenía complaciente en su boca. Su sonrisa se fue ligeramente al sentir los besos en su mandíbula bajándose hasta su cuello. Haciéndolo estremecer. Intentó mirarlo, encontrar sus ojos pero lo que encontró fue su boca y se vio rodeado en su cuello. El cuerpo del menor se acercó más y la manos del demonio se deslizaban lentamente entre sus telas... uno de los dedos de su mano desprendió aquel chaleco de Remiel... haciéndolo lentamente a un lado mientras abría su boca y dejaba salir su lengua para comenzar un beso aún más pasional. Descubriendo poco a poco el pecho ajeno y arrimándose para que pudiera sentir el calor de su tórax en el pecho. Su respiración profunda hacía subir y bajar aquella parte, acariciando a rubio menor casi sin querer. Ambas manos bajaron, mientras no dejaba de besarlo con una leve sonrisa marcada, tomando las ligas en sus piernas, tirando de ellas hacia él... para apretarse más contra su cuerpo. Finalmente guardaba silencio por una vez.
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*sangrado nazal* |
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Pretendía tomar el chaleco y cubrirse con él, porque no sabía que podría hacer si seguía, pero ah, su lengua se volvió a colar entre sus labios con insistencia, haciendolo abandonar la idea, respondiendole con extraña torpeza y nerviosismo, la yema de sus dedos enterrandose en sus hombros, en el comienzo de su amplia espalda; no pudo evitar estremecerse bruscamente al sentir sus manos en su pecho, la camisa deslizarse por los brazos, el cuerpo del mayor, robandole un suspiro ahogado al sentirlo tan cerca, sujetando sus piernas, tan cerca, tan tan cerca... Rompió bruscamente el beso, rodeandolo una vez más con ambos brazos del cuello, escondiendo su cabeza y su boca en su hombro, notando recién que temblaba ligeramente. Suspiro pesadamente, recuperando algo la respiración antes de sujetar los cabellos de su nuca y acomodar el cuello, para volver a besarlo, morderlo ligeramente, disfrutar de ese aroma tan caracteristico de él, volviendo a arrimarse una vez más, aún más, a su cuerpo, su mano disponible bajando por su brazo, bajando suavemente y con suavidad, solo un par de dedos, hasta llegar a su mano. Se alejó de su cuello, sin mirarlo, relajandose y sentandose a cierta distancia de él, llevando su mano a su mejilla, frotandola ligeramente contra su palma, sus dedos rodeando su muñeca con simpleza, llevando la otra a su pecho, dejandola ahí, guardando silencio, la vista abajo, lo suficiente como para que el cabello le cubriera los ojos visto desde Yeremi, simplemente esperando...
uy que se me hiperventila *u*! xDD nee, creo que deberiamos censurarlo desde ahora en adelante, poniendolo todo en blanquito, no cree? hay que proteger la mente de los menores que pasen por aquí o a quienes no les guste, digo yo º_º
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Parecía descansar, tomar aire y volver a empezar. Parecía que la noche sería larga, que no terminaría. Y eso deseaba, "Que esta noche no termine más". Su lengua se deslizó por todo el cuello del rubio antes que retomara la respiración y se volviera a la boca del demonio que lo esperaba ansioso y sin arrepentimiento alguno. Remiel lo mordió... lo mordió. No había nada que disfrutara más que el dolor y el placer juntos, sabía que tan solo había una línea fina y lisa que separaba ambas cosas. Y una aún más fina, más lisa, más invisible que lo separaban a él de no darse esos gustos. - ahh.. - dejó salir un jade inoportuno al sentir los dientes ajenos en su piel. Sus manos subieron para tocar, acariciar hambriento de arriba a abajo el pecho y el vientre desnudo del rubio menor. A los lados de su cuerpo, sus costillas, su espalda, sus brazos.. Quería sentirlo absolutamente todo. Su perfume se estaba pegando al cuerpo caliente de Remiel, lo mismo que el aroma del menor, estaba haciéndose parte del rubio mayor. Se alejó de él, Yeremi tenía el cabello casi sobre el rostro, sus ojos claros fijos en él y sus labios en una línea neutra, sensual a la vista. Su pecho marcado subía y bajaba violentamente, incluso sus músculos se veían hinchados de tanto soportar. Soportar no arrojarlo a la cama ya y hacerlo suyo de la manera más animal que conocía. La única, dirían muchos. Remiel acarició su mejilla, a lo que el demonio respondió con una leve sonrisa... una sonrisa que explicaba lo bien que se sentía la suavidad del ojos carmesí en la piel nívea. Al tacto ajeno su pecho estaba duro... sus tetillas también. Las manos de Yeremi tomaron el comienzo de su propio pantalón... abriéndolo y tirando de la tela hacia abajo con uno de sus dedos... como si quisiera mostrarle a Remiel su ropa interior gris.. Como si quisiera mostrarle lo que había allí. Un bulto, duro y crecido lo esperaba deseoso. El demonio tomó la mano ajena y la arrimó a sus propios labios, lamiendo la punta de ellos. Sus ojos claros no dejaban de mirarlo fijamente.
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*todo blanquito* Si señora, usted tiene razón
lastimas que a mi si me encanta kjashajsakjs |
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Se estremeció bruscamente al sentir como Yeremi acariciaba con tanta confianza su cuerpo, ese, su pequeño y delgado cuerpo, que apenas tenía fuertes brazos y piernas, lo único que siempre le había pertenecido a si, a sus propios ojos, a sus propios deseos, a sus propios antojos... ahora el demonio tocaba su mayor propiedad como se le antojase (y para tragedia, le gustaba). Pero con Yeremi siempre habían sorpresas (sabía que esto pasaría, dice una voz en su cabeza), y el hombre lentamente comenzó a desabrochar y tirar la tela de su pantalon, como invitandole a su cuerpo, a sus deseos. Desvió la vista, completamente rojo, mientras sentía que sujetaba su mano y lamía con delicadeza, un simple roce, la punta de sus dedos. Hasta podía sentir la mirada en su cuerpo, esa mirada penetrante del Teufel tocandole los poros, y se sentía ligeramente intimidado, por primera vez, de sus ojos (usualmente le enfadaba que le mirase). Alzó ligeramente los ojos, mirandole fijamente, el rostro rojo con una expresión neutra parecía verlo enojado, pero la verdad... la verdad es que...
Con cuidado se arrimó a su cuerpo otra vez, sujetando los dedos de Yeremi que sostenían su mano, quedando rostro con rostro, bastante cerca, aún con la expresión de nada en la cara y las mejillas ardiendo, simplemente mirandolo, fijamente. 'Me tienes que jurar que no me vas a lastimar...', susurró despacio. Yeremi lo interpretaría de otra forma, si, de la acción inmediata; pero no, Remiel estaba siendo absolutamente general y a la vez, especifico... 'Porque sino...', susurró, sin esperar respuesta y besandolo, primero con suavidad, luego con demanda, su mano libre aproximándose con timidez a la tela, tironeandola suavemente mientras intentaba con torpeza bajarla, pegando su cuerpo al ajeno como si ahí buscara refugio a sus acciones (pero oh, error...), mordiendo ligeramente su cuello otra vez, a modo de venganza por la lamida que le dio al comienzo.
''Suavemente y con suavidad', LOLOLOL que redundante, eso me pasa por no leer 3 veces los posts antes de enviarlos xD! perdon por demorar!
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Él se arrimó nuevamente y sujetó los dedos del demonio estando cara a cara una vez más. Las agujas del reloj pasaban tan lentamente que resultaban casi imperceptibles darse cuenta del paso del tiempo. Para ambos seguirían siendo las cinco de la madrugada. Madrugada oscura que no dejaba un paso si quiera de luz atreves de las ventanas. Los ojos claros lo miraban, deseándolo, notando esa expresión en el menor.... 'Me tienes que jurar que no me vas a lastimar...', la sonrisa reinó una vez más en el rubio ante el susurro 'Porque sino...' continuó. Aunque sin finalizar pues ahora, boca con boca, compartían la saliva caliente y los antojos. El demonio se dejaba desnudar, sonriendo aún... al tenerlo en su cuello y mordiéndolo, se estremeció violentamente… pero recostó fuertemente a Remiel en la cama, teniendo cuidado de que no piense que vaya a hacerle algo malo, fue directamente al vientre del de ojos carmesí, lamiendo y besando intensamente su hermosa piel. Ambas de sus manos tomaron el comienzo del pantalón de Remiel, bajándolo.. Llevándose consigo la ropa interior... y lamiendo sus caderas desnudas con las mismas ansias que a todo lo demás. ¿Cómo iba a lastimarlo?... siendo tan suave y sumiso no había modo que los lastimara... ¿o sí? Su lengua, perversa hurgaba cada rincón... se acariciaba incluso en los genitales ajenos, como si los devorara. Mientras sus manos se deslizaban en las piernas blancas, subiendo hasta la cintura.... Tan pronto como salió de aquel lugar, su rostro se arrimó nuevamente a la boca de Remiel, mordiendo... mordiendo suavemente sus labios para hacerle notar que no podía soportarlo más. Y su mano bajaba lentamente su propio pantalón, junto con la ropa interior... descubriendo su hombría punzante y dura, mientras ahora la boca del demonio lamia hambriento el cuello del menor. Dejó bajar su cuerpo, rozándose entre las piernas ajenas, acariciándose al mover sus caderas.. Sus brazos sostenían todo su cuerpo, se encontraban, ahora, apoyados en la cama.. Justo a los lados de la cabeza del Serpentmeister.
No pidas perdon, el que siempre tarda soy yo ;w;
pero te prometo que en un tiempo seré mejor y contestaré rápido u_ú
ah! y estaré más en el paint chat, tengo pensado ahorrar para una tabla de dibujo
para poder estar más con ustedes chiquitas mias .w. las extraño! |
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El cuerpo del hombre bajo sus labios se estremeció bruscamente y luego... Luego Yeremi estaba sobre él, atacando con su boca, su lengua, sus labios, la parte inferior de su cuerpo. Vano fue el intento de evitar que se llevara la poca ropa que le quedaba, pues la lengua de Yeremi recorría sus caderas, su entrepierna, haciendolo estremecer y arquear ligeramente la espalda. El calor lo invadía, por más, y un ligero temblor en su cuerpo, muestra de temor; ambas sensaciones contradictorias, ambas placenteras. Las manos de Yeremi, calientes, parecían quemarle la piel que recorría, mientras apretaba firmemente los labios para no dejar escapar los gemidos atorados en su garganta. Yeremi volvió a su boca, mordiendola, a lo que respondió hundiendo su lengua en los labios ajenos, buscando más, los brazos rodeando el cuerpo del mayor intentando acercarlo, los dedos, hundiendose en su espalda. Apenas abrió los ojos para, timidamente, ayudarle a bajar su ropa interior, un ligero suspiro escapandosele. Volvió a besarlo, casi asustado, cuando sintió el cuerpo de Yeremi entre sus piernas, su hombría acariciando entre sus caderas, sin poder evitar un suave gemido entre sus labios, completamente rojo y avergonzado. Otra vez su cuello, y no pudo apretar más los labios, pues el placer era mayor, y los gemidos fueron cayendo por sus labios delicadamente, los dedos enterrandose en su espalda con más fuerza. Quería más, quería más de eso, quería más del demonio, quería más de Yeremi, quería más calor, más, más de eso... Una de sus piernas suavemente rodeó el cuerpo del Teufel, moviendo ligeramente sus caderas: le había invitado, con ese simple movimiento, a más...
Aww pero tiene que responderme con calma! y con inspiración! no ve que celebro cada vez que me responde? es genial, es el momento emocionante del día xD! so, vaya con calma, que no lo presiono, puedo esperar *u*!
me alegra vaya a entrar más en el pchat! sería genial que dibujara con nosotras tambien <3! así que animo en eso. yo también lo extrañooo ;u; *lo apretuja* ♥
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Entreabrió sus labios, exhalando al escucharlo gimotear tan jadeante. Sus ojos fijos lo miraban de vez en cuando en cada movimiento. La noche estaba volviéndose loca, ¿o acaso eran ellos quienes perdían la razón? ese movimiento tan sutil, aquella indirecta tan directa, tan contradictoria había invitado a su cuerpo a meterse, a introducirse, a penetrarlo. Y fue lo que hizo. Mordiendo ligeramente el cuello ajeno, su pelvis buscó el lugar adecuado. Estremeciendo el pequeño cuerpo que se encontraba bajo el propio. Enloqueciéndolo. Trató de que fuera con calma, pero no pudo evitar temblar ante el ENORME esfuerzo que mantenía para no atravesarlo con saña y fuerza. Su miembro, caliente se introdujo entre las piernas de Remiel, abriéndose paso lentamente en su interior. Acariciando su calor intensamente... humedeciéndolo. Una de sus manos sostuvo desde la nuca, al menor... sosteniendo su cabeza así. La otra era para acariciarlo, tomaba sus caderas y las rozaba tan tentadoramente como si siempre hubiese querido hacerlo desde un principio y se hubiese guardado las ansias por mucho tiempo. Su boca salió de su cuello, elevando su rostro para ver las expresiones en el rostro ajeno cuando había terminado de introducirse y Remiel se encontrara completamente poseído por él. Completamente lleno del demonio... Su miembro palpitaba en el interior del cuerpo ajeno y su pelvis comenzó el movimiento. Aquel tan ansiado... tan deseado por los dos. Su miembro comenzó a deslizarse, hacía atrás... y golpeando duro hacia adelante. Hacía atrás, y nuevamente adelante. Manteniendo un ritmo duro, aunque lento al principio... arrimando sus labios al mentón ajeno, escuchándolo gemir boquiabierto. Sus ojos celestes fijos en los carmesí... sus cabellos se movían a cada movimiento hábil y certero que golpeaba justo en el lugar más placentero. A cada embestida un suspiro, un jadeo de Yeremi escapaba…
*0* no me había dado cuenta de tu respuesta, aqui tienes como pago por haber esperado (?)
;w; - la abraza -
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Arqueó su espalda inevitablemente al sentirlo en su interior, al sentir esa mordida, al sentir como perdía la cabeza, un profundo gemido escapandosele sin poder evitarlo. Respiraba agitado, entre gemidos, los ojos ligeramente llorosos; dolía, pero el demonio parecía ser comprensivo con su inexperiencia, haciendo todo lento (la amenaza había servido, al parecer). Entreabrió ligeramente los ojos, la vista nublada por las lágrimas que amenazaban rodar por sus mejillas, enojado de que lo viera, si le había dicho que no lo mirara desde el comienzo... Pero Yeremi nunca le había hecho caso. Ah, sentía tanta verguenza de sus ojos, sentía tanta verguenza de derretirse de esa forma bajo él y no poder hacer nada en aquél instante para evitarlo... El orgullo le hacía apretar los labios para que no le escuchase, aunque se ahogara ligeramente; fue entonces que Yeremi comenzó a moverse, lento pero preciso, y los gemidos fueron escapando con más intensidad, la voz ligeramente más ronca por el placer. Los labios de Yeremi estaban en su mentón, y no pudo evitar mirarlo tan solo una vez, arrepintiendose de aquello luego: tenía la cara roja, y las lágrimas se le habían escapado, y no podía esconder su cara de los ojos de Yeremi, la cara de placer que le provocaba, que no le quería hacer saber que le gustaba, aunque los dedos rasguñando y enterrandose en su espalda lo expresaban por si solos. Apoyó su frente en la de Yeremi, con los ojos firmemente apretados, sin dejar de suspirar y gemir, mirandolo por un segundo, mientras lo estrechaba más a su cuerpo, para no dejarlo ir, para que no se escapase, para que siguiera ahí, para hacerle saber que le gustaba... Sin darse cuentas que ambas piernas rodeaban al demonio ya. Pasaban tantas cosas por su cabeza, tantas cosas que decir, pero que nunca diría... Suavemente sus labios besaron los del Teufel, un mero roce delicado, una de sus manos tomando su mejilla, acariciandola con tanta sutileza como la primera vez, volviendo a su cuello, a su nuca, a acariciar los suaves cabellos de Yeremi... Y abrió sus ojos,observandole fijamente, sin rehuir a su mirada...
AKJSHDAKSJHDAKJSCNIUQWIURDK VJ SDI9BN DIFWNANKSDKJASHDJKASDHAIUHPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII..... *murió* Esa fue una respuesta muy rapida D:! xD ♥
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Movía su espalda, encantado de recibir esas uñas. Disfrutando ese pequeño dolor... le miró intensamente cuando lo tuvo más cerca, frente con frente. Cruzándose con su mirada por un momento... oh, era maravilloso. El rostro placentero del rubio, como le gustaba lo que le estaba haciendo, como se lo demostraba. Incluso con sus piernas. No quería que se alejara, y no pensaba hacerlo de todos modos. No quería escapar, quería que Remiel se devorara todo de él. Se vio siendo besado entre los movimientos. Sostenía las caderas ajenas, fuertemente para, aunque lo sacudía con sus embestidas, no se alejara de él tampoco. Y su pelvis, casi enloquecida de soportar, aumentaba el ritmo lentamente... pero constante. Lo penetraba con fuerza y pausadamente parecía incorporar más velocidad. Los suaves labios de Remiel hacían al demonio visitar otro mundo. Yeremi no quería cerrar sus ojos a pesar de sentirse tan bien, como si se encontrara rogado por algún tipo de droga.... droga. Si eso era, una droga. Ese momento era una droga, el cuerpo ajeno era una droga, su voz, sus ojos, su mirar. La lengua de Yeremi se acarició en los labios del menor, suavemente, con lentitud a pesar de los movimientos que hacían a ambos cuerpos moverse en la cama, sacudir el cabello de ambos. La sutileza de Remiel, contradecía los movimientos ansiosos de Yeremi. El interior del Serpentmeister era tan caliente que sentía quemarse, aún así se mantenía firme dentro de él, penetrándolo con gusto. Un hilo de saliva escapó de la boca de Yeremi y se deslizo hasta los labios de Remiel. "Estas hermoso, te ves hermoso.... tu cuerpo me encanta. Tu interior me vuelve loco...." tanto por decir, ¿por qué demonio no le salía hablar, porque le había dicho que se callara? el rubio de todos modos no podía expresar palabra alguna por los jadeos - ...humg...anh- se quejaba ante el placer, finalmente cerró sus ojos para sentirlo más intensamente - ahm.... ahg... - gruñía en la boca ajena. Su mano detrás de la nuca de Remiel, lo acariciaba con cuidado... con sus dedos, suavemente.
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akjshas : D jajajaja xD *w* me encanta como está quedando, Yeremi está sumiso ante Remiel y viceversa eso es completamente kajshajkshaksj |
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Y eso eran en ese instante, un enredo y aprieto de brazos, de piernas, de cuerpos, de bocas. No podía hacer más que responderle torpemente los besos entre jadeos, completamente entregado a él. Yeremi cerró sus ojos, y besó suavemente sus parpados, entre jadeos, volviendo a apoyar su frente en la de él, rodeando su cuello con ambos brazos, con fuerza, arrullando su cabeza hasta alcanzar su mandibula, morderla, besarla, morder nuevamente, encantado (secretamente) al escucharlo gruñir, al sentir sus dedos en su nuca, al sentirlo a él, al demonio, por completo. Tenía verguenza, si, pero era Yeremi despues de todo... rasguñó con más fuerza, casi con rabia al pensarlo, apretandolo aún más entre sus piernas, su nombre escapandosele en un suspiro, casi aturdido por el placer y la velocidad que adquirian las embestidas en su interior, el revoltijo de emociones que tenía en el estomago. No podía evitar pensar que había algo de ternura en todo eso, algo de amor y no solo los deseos del demonio (y los suyos propios). De seguir así no duraría mucho más, el cuerpo temblandole ligeramente, los jadeos más constantes y profundos. 'Yeremi...'
me muero de ternura *llora* x'D
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El menor besó sus párpados y se sintió relajado con sus brazos alrededor de su cuello, se quejaba ansioso al recibir las mordidas en su mandíbula, gruñendo de placer y exhalando en un estremecimiento cuando rasguñó con más fuerza - ..ahh... remiel.. - susurró arrimándose al oído ajeno, rozando con sus labios la piel de aquella zona - ...remiem..remiel... remiel...ght... - jadeaba a cada embestida. La mano detrás de la cabeza de Serpentmeister se apretó en un puño, acariciando y después tirando un poco de los cabellos de su nuca - aahh... - se quejó, moviéndose más rápido.. tomar sus caderas, sosteniéndose , dándole fervientemente y apretando su cintura con algo más de fuerza, el muchacho de ojos carmesí podía sentir la intensidad en sus agarres -hum... ya.. ah.. - su frente se arrastraba por la piel ajena y sus brazos rozaban una y una vez en cada caricia - yah...estas en el límite? - sonrió y fue entonces cuando sintió las uñas de Remiel - AGGH! - se quejó apretando sus dientes con rabia y aumentando la fuerza en la penetración, golpeando incansablemente el punto de placer en Remiel, con tanta fuerza que parecía no poder detenerse. Y aun peor cuando se sintió apretado debido a las piernas ajenas, enloqueciéndose. 'Yeremi...' su boca se abrió ligeramente, diablos... había dicho su nombre. Hasta sus propios músculos temblaron al sentirlo tan apretado, si el menor se corría, el demonio no podrí evitar dejarse llevar y cometer la misma acción. - remiel... - susurro sexualmente, jadeante ante los movimientos. Lamiendo el cuello ajeno con lentitud, a pesar de la fuerza implementada en su cuerpo para ese sexo que estaba teniendo con el pequeño..
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Jajajaja pequeños incidentes ;) cometiendolos* despues de esto Yeremi se irá para dejarlo dormir quieres?
si Remiel se duerme lo tapará y lo dejará bien bonito uwú así podemos continuar en la fiesta comodamente.
Dime que te parece : D o si quieres se irá mientras él esta despierto, como gustes x) |
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'Remiel...' No podía evitar los escalofríos al escucharlo decir su nombre con esa voz, justo en su oido, entre los jadeos que se habían convertido en un culpable deleite para sus oidos. Se sentía como una muñeca a su completa merced, quejandose y disfrutando de la brusquedad de sus movimientos, de sus manos en sus caderas, los dedos hirvientes fundirse en su piel, la piel rozandose... 'Aah... Ye... remi...', gemía profundamente, apenas mirandolo, casi aturdido, enterrando aún más las uñas en su espalda, los gemidos convirtiendose casi en gritos de placer con cada embestida. Cielos, que le estaba haciendo perder la cabeza con tanto placer, y sus movimientos parecían no querer acabar nunca... No quería que acabara- 'Remiel'. Rodeó su cabeza con fuerza al sentir así sus lamidas, al sentirlo golpearlo tan fuerte y con tantas ganas en su interior, apretandolo, si es que podía más, con sus piernas y sus brazos, tomando su rostro y mirandolo. 'Yeremi... yo... ngh... te...', susurró entre fuertes jadeos y gemidos sobre su boca, arqueando la espalda bruscamente tras una fuerte embestida, sin poder evitar venirse tras un profundo gemido. Su cuerpo se relajó sobre la cama, el rostro completamente rojo, por el calor y la verguenza, sosteniendo aún las mejillas de Yeremi, intentando calmar la respiración. Sólo un poco, sólo un poco más antes de que amanezca... Acercó lentamente su boca a la ajena, rozando simplemente sus labios, para luego intentar acomodarse a los de Yeremi con cuidado, con delicadeza, suavemente, pequeños roces, hasta atraparlos en un beso suave, extremadamente lento, sus dedos acariciando las mejillas tan lentamente como aquel primer roce de la madrugada, separandose con lentitud, menos agitado que antes, entreabriendo los ojos y mirandolo una vez más, casi con tristeza, los labios rigidos.
De pronto lo alejó de su cuerpo, sin brusquedad, pero con rapidez, tomando las sabanas y cubriendose con ellas hasta la nariz, el cabello humedo cubriendole los ojos. '... Vete', susurró con tranquilidad. Limpiando el sudor y las lágrimas bajo sus ojos con las sabanas, mirandolo luego, fijamente, casi con ternura. 'Vete, Yeremi...', volvió a decir, cerrando los ojos, horriblemente cansado, aún con el revoltijo de emociones en el estomago. También había un nudo de pensamientos en su cabeza...
claro, ningún problema! luego de esto, se acabaría este role, verdad? y luego se re-encuentran en la fiesta ovo?
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Sacudía la cabeza hambriento de escucharlo decir su nombre, realmente eso le volvía loco. 'Yeremi... yo... ngh... te...' le observo boquiabierto sin dejar de moverse, estaba sudando.. Ambos estaban mojándose en el sudor, y compartían el aliento al unisono. Sus ojos fijos, brillantes del ojiazul le miraban casi hipnotizado, disfrutando de la sensación, escuchándolo a medias - tu..... meh? - quiso que continuara pero cerró su ojos para concentrarse en el interior de Remiel que lo apretaba con fuerza al correrse, repentinamente su hombría se vio atrapada entre tanta fuerza que imprimía el interior del rubio. El cuerpo del mayor no se pudo resistir y se enterró con él con fuerza, corriéndose en el interior de Remiel... - aahahhgg!! - sacudía su cabello, aún hambriento. Tratando de enfocar su visión para poder verlo, no quería perderse de nada. Había llenado su interior tanto que incluso se rebalsaba... su cuerpo caliente y húmedo hinchaba sus músculos, imprimiendo, conteniendo la fuerza en su interior. Quedándose quieto sobre el cuerpo ajeno.... siendo sostenido por de sus mejillas. "Yeremi.. yo... te" que había querido decir? aún así no podía pensar en nada, su respiración era todavía un incómodo jadeo. Se dejó besar, cerrando sus ojos para entregarse a esa suavidad. Su boca temblaba ligeramente, cuando él se aparto, el demonio le quedó observando... agitado, despeinado, desnudo.. húmedo.. su piel brillaba un poco. Aquella imagen no se veía siempre. '... Vete' sonrió, tan rápidamente le había llegado el arrepentimiento? 'Vete, Yeremi...' mantenía su sonrisa, moviéndose un poco hasta llegar a él nuevamente, iba a besarlo...... pero no. Volvió a su lugar, sentándose en la cama y levantándose, observándolo desde allí. Sin sonreír, sin vergüenza de encontrarse desnudo justo frente a él. No dijo más, no se despediría. Aborrecía el "Adiós". Tomó su ropa, vistiéndose apenas.. los pantalones y la camisa. Dejando su corbata en el piso, y colocándose los zapatos como si nada le importara – No te arrepientas tan rápido – dijo solamente, sonriendo un poco antes de abrir la puerta y mirarlo una vez más, sonreía.. sonreía contento de haberse enterrado en ese cuerpo que ahora estaba sobre la cama esperando que se largara. Había sido sexualmente exquisito y no podía esperar a que se repitiera… simplemente se fue sin cerrar la puerta. Con una sonrisa en el rostro, lamiéndose las manos.. esperando encontrar algo de sudor ajeno en ellas..
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x_x me encanta Remiel, responde tu mary y ya los dejamos en la fiesta : P para que se siente raro estar haciendolos en dos lugares distintos y la misma vez xD (?) seré yo el raro
Luego se reencuentran la fiesta, ejem despues de esto jaja. Quien iba a pensar que se encontrarían de nuevo yesa misma noche se darian todo el amor que se tienen uwu (..se "darian") |
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Dejó su cabeza reposar en la almohada, sin inmutarse ante la repentina proximidad del demonio, con la vista perdida en las sabanas, ignorando que el demonio le estuviese mirando. 'No te arrepientas tan rápido' En su mente rebotaban las palabras del demonio, mientras lo veia retirarse de la habitación con su tipica sonrisa en los labios, con pasos lentos, casi esperando algo, mientras veia la amplia espalda alejarse con pasos calmados.
Agradecia saber cuando guardar silencio, porque caso contrario...
Esperó un buen rato despues que Yeremi se fue, para tener completa certeza que habia abandonado el lugar, tal como le habia pedido (aunque en el fondo de su mente esperaba lo contrario).
Arrepentirse? Pues no tanto, mas bien se sentia melancolico, casi abandonado, y no entendía por qué. Se sentó en la cama, arreglando sus cabellos, tocando sus labios con la yema de sus delgados dedos, bajando por su mandibula, su pecho, para luego suspirar profundamente. Yeremi estaba impregnado en su piel ahora... Qué pensamiento tan estúpido.
Miró toda la habitación, notandola mucho más iluminada; finalmente había amanecido, finalmente era hora de despertar. Al ver el suelo, estaba la corbata de Yeremi olvidada. Se inclinó desde la cama, tomandola entre sus dedos y aspirando su aroma, para luego observarla, cerrar los ojos y evocar el rostro del demonio tras sus parpados. Repentinamente los ojos se le llenaron de lágrimas, sin saber por qué, apretando con firmeza el trozo de tela en sus manos, mientras retiraba con el dorso de su mano las lágrimas. Le parecia tan extraño aun sentir las manos del Teufel quemandole la piel, sin darse cuenta que se estremecia al recordarlo... Se había obligado a no confiar en él, pues sabia que solo eso era: el capricho de un demonio, que lo usaba y luego se largaba. Qué importancia habia en eso? Ninguna; y se negaba a ser la muñeca de nadie.
Se levanto de la cama envuelto en algunas sabanas, rostro sereno, y abrió las cortinas. Algunos pajaros ya cantaban, era de día, era la hora de despertar, de reaccionar, de dejar los sueños de la noche atrás.
... End
a mi no me es raro pero si a usté si ;u;... xD! igual estaba bueno para finalizarlo ya mismo Cx
es que se extrañabaaan.... necesitaban ''darse'' amor eaea 1313 xDD
entonces... FIN *A*! segundo role que termino, pensé que viniendo de nosotros esto iba a durar muchisimo más xD
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Anterior
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Darrer
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