Su sonrisa se mantuvo intacta en su rostro incluso levantó la mirada para dirigirla a la ventana mientras masticaba tranquilamente. Que día loco había sido ése, había trasladado un dragón de un Cardinal a Otro, había invitado a comer a su Sub Capitan, había descubierto en él el color de ojos más hermoso que haya visto jamas, le había besado, él la habia besado, y ahora iría a una fiesta de baile con él. Suspiró mirando la ventana. De pronto, comenzó pensar cuando se lo diría a sus padres, que vestido se pondría, que zapatos, que peinado se haría en el cabello, como se  vestiría Eyes, estarían del mismo color? Que mascara se pondría? Una que tape todo su rostro o solo un parte? Estará presente todo el escuadron? Que opinarían si la viera con Eyes bailando? Sonrió más de pensar en éso. Que pensarán? . . . 

De nuevo oyó la voz del mayor y lo miró atentamente, y al oir la pregunta sonrió- Me gusta bailar - Aseguró asintiendo con la cabeza mirandole, normalmente- Con mi papá solíamos bailar de vez en cuando, asíque podría decir que aprendí un poco, pero no suelo bailar porque no tengo con quien y por lo general cuando mi papá viene a casa, no lo hacemos.....-miró a un lado algo pensativa- No sé porque no bailamos ahora....-Dijo para mirar de nuevo a Eyes con una sonrisa, de nuevo... podía mantenerse callada por horas, pero cuando comenzaba a hablar, nadie podia deternerla-  Pero ahora tengo con quien, asique voy a esperar la fiesta con ansiedad -sirvió en su tenedor comida y se la llevó a la boca- De pronto me empezó a importar más que vestido llevar...- Sonrió despues de tragar mirandolo con una especie de ternura- Seguramente te verás hermoso esa noche - Desde ya,  éso estaba pensando en ese momento y no pudo evitar comentarselo- Bueno, más que ahora -Agregó como si nada, como si fuera normal y volvió sus ojos al plato para comer con tranquilidad. Casi terminando su plato.

El morocho se levantó de la silla dispuesto a irse, tomando las cosas y llevarlas a la mesada. En su casa estaba estrictamente limpiar los platos y eso era una obligación del invitado: No atreverse a tocar nada que tenga que ver con la limpieza. Agradeció que Eyes no se pusiera a hacer nada indebido – (…) tal vez podamos compartirlo en otro momento- Brisa sonrió –Estaría loca si no aprovecho a comerme todo este chocolatote apenas te vayas…-rió levemente haciendo entender que estaba bromeando. Bueno no tanto, quizás si le diera algunos mordiscos después de prepararse un té.

-…deben estar preocupados en mi casa, no avisé que no llegaría a la hora de la cena-  El fukutaicho se acercó a ella haciendo que la chica retrocediera levemente hacia atrás sintiendo la mesa detrás suyo. Sonrió abiertamente, consciente de su conducta extraña y apta para cualquier clase de comentarios, cuando lo vio solo tomar sus cosas y colocárselas para marcharse- …nos veremos en el baile –

Brisa asintió, sonriendo levemente. Elevó una mano para acomodar el cabello oscuro del ojiazul, debajo de la gorra, apenas su flequillo – Está bien, así será... Gracias por cenar conmigo, de enserio…-Miraba sus ojos, sumergiéndose en ellos, como siempre- Me hizo muy feliz, aunque no tuvimos más tiempo para hablar- Posó una mano en el hombro ajeno, apretándolo levemente y se acercó con lentitud a su mejilla para depositar allí un beso sutil- Ah! – se alejó sonriendo mostrando sus dientes mirándolo a los ojos. Continuando con la mano en el hombro de Eyes- Espero que en tu casa no te reten por llegar tarde~…Jajaja –Rió entrecerrando los ojos.

Podía decirse que estaba feliz. Muy feliz.

Y soltó el hombro ajeno para encaminarse hacia la puerta, acariciándose un poco detrás del cuello. El día había sido muy largo, no específicamente cansador pero muy largo. La puerta estaba abierta de par en par. Claro, que clase de peligros podía sucederle? Ademas le era casi imposible cerrar la puerta con semejante noche, cálida y acogedora. Y una vez que salió afuera de la casa y miró hacia atrás- Espero que tengas un muy buen viaje a tu casa y que a Nill le haya gustado conocer la mía. Como la pasaste? – Se apoyó levemente en el marco de la puerta mirando el rostro de Eyes, esperando con atención lo que vaya a responder. 

Lo miraba como se colocaba su ropa, como se vestía con el uniforme que por un momento (largo y grato) se había olvidado su significado. Se había olvidado que quien estaba frente a ella, ahora con guantes y bastón, y ya montado arriba del grief, era su subcapitan. El que la entrenó, le enseñó las principales armas y herramientas de un Reichmaske, quien presenció su condecoración. Y ahora podria decirse que era su amigo, que habían comido juntos, que se habían besado, y que ahora tendrían una fiesta de baile juntos por delante. 
-… hasta dentro de poco tiempo señorita – Él se despidió y ella solo elevó un poco su mano para moverla de un lado a otro – Nos vemos pronto caballero – Flexionó apenas sus piernas y simuló estirar su vestido invisible, como si fuera una autentica dama en un saludo. Se quedó mirando como el ojiazul se fue, desapareciendo en el cielo. 

Miró a su derecha y Cler estaba allí, mirándola. Con un pedazo de animal muerto en el pico haciendo sonreir a Brisa –Que has estado haciendo tontona? – La grief se paró en las dos patas traseras y pegó un leve aullido, para salir corriendo enseguida al bosque nuevamente. Estaba increíblemente más feliz cuando la soltaba en el bosque que cuando volaba por el cielo. A Cler le gustaba mucho más la tierra que el aire, y eso tenía sentido, porque ella era una autentica hija de los granos de arena. No había nada más especial que sentir el suelo debajo de sus patas. Brisa lo sabía. Y por eso trataba de darle el permiso para desaparecer entre los arboles y que sea libre por todo el tiempo posible antes que el deber las llamara. Aprovechando la capacidad del grifo de volar a la velocidad de la luz, era claro que cuando necesitara a su mascota, Brisa podía tenerla en el segundo que lo quisiera. 

Rió levemente mirando a su animal desaparecer también, y entró a la casa. Limpió las cosas, se bañó, y sin cerrar ninguna puerta ni ventana, decidió acostarse. Mañana sería un nuevo día, se reportaría ante el Taicho, le encomendaría una misión o quizás solo estar a la disposición del FukuTaicho. De eso se trataba todas las noches, dormir pensando en que el deber mañana llamaría a la puerta apenas el primer rayo de sol toque el horizonte.

Cerró los ojos y solo se quedó esperando  poder dormirse. Sin estar segura de cómo seguirían las cosas. De cómo seguirían con Eyes, de cómo iría vestida a la fiesta, de que forma lo miraría cuando el Capitan este presente.  Esos pensamientos cruzaban por la cabeza una y otra vez mientras se dejaba llevar por el sueño. Sin sospechar que se sorprendería de sí misma, cuando se diera cuenta que las actitudes para con Eyes, iban a seguir siendo de la misma exacta manera. Pudiendo llegar a pasar desapercibida la situación frente a cualquiera. Porque Eyes era su SubCapitan. Se besaban, se reian, se trataban como amigos, pero era su SubCapitan. Por ahora.