De espaldas a la recién llegada, valuaba escuchar a Nill roncar dócilmente mientras se encontraba en el suelo, echado como un gato en la falda.. Como un perro en la cucha y él de pie justo a su lado. Entre sus manos desojaba una rama pequeña que había encontrado en el suelo, pues nunca se atrevería a cortar una propia del árbol. La miró, ladeando su rostro solo para ello, sin girar completamente su cuerpo como si estuviera analizándola por el rabillo de su ojo- Bien hecho - musitó, dejando caer de entre sus manos la rama pequeña que sostenía para darse vuelta completamente. El báculo dorado se encontraba apoyado junto al Greif e incluso sus guantes níveos también estaban sobre el animal. Levantó su mano derecha para sacarse la gorra que era parte del uniforme, observo los ojos claros de la chica - ...si quiera pareces un poco fatigada y esta vez no tardaste nada en regresar - su rostro aún permanecía frio a pesar de los elogios, hasta que sonrió levemente – Buen avance – habló con tranquilidad, desapareciendo enseguida su sonrisa y perdiendo sus ojos claros en el azul del cielo. Aún era temprano en la tarde, parecía que el buen clima dudaría mucho - ..no habrá mucho que hacer por hoy -.

Sus ojos no se movieron del cielo aunque la muchacha hubiera comenzado a hablar hasta que le hizo saber que por hoy inspeccionarían los cardinales juntos. En ese momento el ojiceleste sí la observó primero por el rabillo del ojo antes de darse vuelta íntegramente. Tal y como lo había hecho anteriormente - ...el cielo está bien para volar... – musitó y estiró su mano a un lado de su cuerpo para provocar un pequeño voltaje eléctrico que se presentó en forma de chispa que fue del bastón que estaba a metros de él hasta la mano del dueño. Tardó tan solo milisegundos en hacerlo. Con el extremo del báculo tocó el cuerpo de su Grill, moviéndolo con cuidado y haciendo que este se despierte gruñendo por la molestia. Colocó los guantes en su lugar, protegiendo la gorra bajo su brazo y sentándose sobre el animal. Observaba a los ojos de la muchacha, sus cabellos se sacudían de acuerdo al viento que originaba el aleteo de la criatura - vamos, es una buena idea - prefería ello antes de quedarse sin hacer nada. Por lo que emprendió vuelo pretendiendo encontrarse siempre cerca de Brisa y Cler.

Observó el horizonte - ..Está comenzando a oscurecer - habló a Brisa con calma, se regocijaba con el aire frío de la noche. Con la mano derecha acarició el pelo y el plumaje del animal, de forma imperceptible. No querría que dañaran a Nill, después de todo era lo más importante que tenía, ¿Dónde más encontraría a un animal tan leal? debería cuidarlo de los Dragones que acostumbraban a los ataques sorpresivos. Sus pupilas observaron el imperio bajo sus pies. Estaba acostumbrado a esa vista, pero no por ello dejaría de ser una vista asombrosa e indiscutiblemente cautivadora, le llenaba el corazón. Sus ojos se dirigieron al Greif de su compañera, y después a ella, notando que hace tiempo le estaba mirando también - .... – mantuvo su vista fija en ella, con los labios sellados y el viento sobre su rostro. Pero no dio crédito a eso y volvió su vista al imperio - ...desconfío de esta paz tan amable, siempre me desconcierta – habló con claridad. Cada vez que el silencio reinaba alrededor de él y era sorprendido por algún enemigo, cada vez que en ese orden ocurría le era más difícil retomar la lucha. Por ello, ante la calma, siempre se mantiene atento.