.{ DATOS Nombre: Hoshi Rango:Ladrón/Asesino Edad: 19 años Cardinal:Cardinal del Fuego
.{ ATAQUES ► Fire Emblem(Fuego): Una katana filosa que se rodea de fuego. ► Fail(Sombras): Sombras con formas variadas que se vuelven tangibles. ► Psychosis(Psíquico): Crea la ilusión de velocidad en la mente del oponente.
.{ HISTORIA Hoshi nació en uno de los rincones del Nijuu-Chiku, en una zona famosa por sus variadas y constantes peleas sin motivo aparente. Oriunda de un hogar humilde, es la única hija de Kiri, una mujer del mismo distrito e Itoshiki, un Feuermaske del lugar que fracasó por una temprana y grave lesión. Empobrecidos, su única opción era intentar vivir, en relativa calma, en el Nijuu-Chiku, valiéndose de un comercio precario que no les generaba muchas ganancias, evitando todo contacto con los cercanos por temor a involucrarse en una pelea, donde la venganza se cobraba luego y para siempre. Desde pequeña, su padre, Itoshiki, la entrenó en el uso de la Katana, habilidad heredada de generación en generación. Su madre, al contrario de la fortaleza de su padre, era una mujer tranquila, delicada y soñadora, inculcándole a su hija los sueños, la valía y decisión al momento de cumplir las metas. Kiri era amante de las estrellas, razón por la que llamó Hoshi (estrella) a su hija, y a la que apodaban con cariño como 'Estelita'. Cada noche su madre le leía alguna historia distinta: 'una estrella me la contó', le decía su madre, y no podía dormir si no la escuchaba, maravillándose cada noche de las historias de las sirenas, los fantasmas, los bufoones, los príncipes y princesas en sus grandes Castillos...
Fue a los 6 años, llena de expectativas sobre los relatos que le contaba su madre y de otros que leía en cuentos, que su padre la llevó a conocer el Castillo Imperial, del que tanto había escuchado hablar. Era el gran día de la Lluvia de Estrellas, donde las puertas se abrían para todos al gran espectáculo. Hoshi quedó maravillada con el Castillo, hermoso y exquisito en colores, con maravillosas vistas del cielo y paisajes, las paredes con fabulosos diseños y ornamentación. Fue en aquél instante en que su sueño nació, y Hoshi creía firmemente en que las estrellas cumplen los deseos; desde aquél instante deseó vivir en aquél hermoso Castillo, pertenecer ella y sus padres a aquella Familia tan noble y asombrosa, vivir en aquél hermoso lugar cercano a las estrellas desde esas altas torres. Era ese su primer sueño y su primer deseo.
'Hoshi significa estrella, hija, ¿lo sabías?' '¿Estrella?' 'Si, tu les pides deseos, y ellas los cumplen si son buenos deseos. Brillan en el cielo, a veces caen, y es tan difícil que una estrella muera, que ella cumple un deseo antes de morir. Aquí las estrellas siempre brillan, Hoshi, siempre brillan y siempre se extinguen...'
Los años pasaron, y las condiciones no mejoraban: no había suficiente dinero para invertir en el negocio, por lo que el dinero alcanzaba de forma precisa; algunas veces simplemente faltaba.Su padre continuaba entrenándola en el uso de la katana, mientras que su madre la educaba tanto como podía, ayudando gran parte del día a ambos en el trabajo. Con el paso de los años, la niñez se fue extinguiendo, y los sueños de infancia pronto se desmoronaron, dejando ver su irrealidad: no tardó en darse cuenta que su sueño, el de ser de la Familia Real del Cardinal, vivir en un gran Castillo, todo aquello... todo eso era imposible, que sobrevivía, con suerte, en uno de los lugares más pobres del Imperio, y que jamás podría ser una princesa o similar. Ni en ese entonces, ni nunca...
Entonces, a los 14 años, llegó aquel día que estuvieron siempre evitando... Al volver a casa con su madre luego del trabajo, fueron involucradas accidentalmente en una pelea; Hoshi intentaba defender a su madre y viceversa, lastimando gravemente a los hombres que no pretendían dejarlas ir. Itoshiki llegó justo a tiempo para sacarlas de ahí y volver a casa tan rápido como fuese posible. Habían salido casi invictos de no ser por algunos golpes que recibieron, pero los tres sabían cómo eran las cosas: ojo por ojo, diente por diente, y la batalla de revancha jamás se acababa... los hombres volverían, con certeza, por venganza. Transcurrió un par de semanas desde aquél incidente, y todo iba en relativa calma y normalidad (dentro de las batallas del día a día) por el sector. La rutina continuaba como siempre: ayudar a sus padres en el negocio, estudiar y entrenar sus habilidad, pues esperaba servir al Cardinal algún día, ser una Feuermaske; decían que se pagaba bien, lo que solucionaría las precarias condiciones de vida de su familia, y los pondría bastante orgullosos, especialmente a su padre, el ver a su hija luchando con la katana, con el estilo agresivo pero elegante con el que le había enseñado. Aquella tarde sus padres estaban tardando en llegar a casa, por lo que decidió, con cautela y cargando su katana, ver qué sucedía con ellos. Al llegar al lugar donde vendían, tuvo una grata sorpresa: su padre negociaba con un hombre robusto y elegante, acompañado de una niña de su misma edad, rubia y hermosa, que escuchaba atenta la negociación. Kiri le pidió que fuera a dejar un encargo a la casa de Iliana, y que la estarían esperando en casa con la cena para cuando volviera. Hoshi se retiró con una extraña inquietud, mirando atrás antes de seguir su camino... La casa del encargo quedaba en el trayecto empinado de una colina, desde la cual se podía ver gran parte del distrito; fue de vuelta que notó una gran columna de humo, por la zona de su hogar. Al llegar presurosa hasta allí, vio a sus padres atados y rodeado por tres hombres robustos, la rubia de hace unos momentos observando con una amplia sonrisa en los labios. Katana en mano, se lanzó en contra de uno de los hombres, aunque este fue mucho más fuerte para patearla en el estomago y dejarla en el suelo. Pronto fue sujetada por la espalda, apretándola para asfixiarla un poco más con el humo, todo para que apreciara lo que sucedería a continuación. Ojo por ojo... Sus padres no la observaron: lágrimas en las mejillas, pena en los ojos de su madre, rabia en los de su padre, quien aún forcejeaba para librarse. Los hombres los hicieron entrar, la casa crujiendo entre llamas, pronta a desmoronarse... Llena de furia, fue aquella la primera vez que su katana se encendió en llamas, liberándose con facilidad del hombre que la apresaba. La rubia estaba indefensa, desprotegida, sólo bastarían algunos pasos para matarla y luego.. El cálido liquido brotando por su orbe, resbalando por su mejilla, el filo helado acariciando los bordes de donde-alguna-vez estuvo su ojo, un grito de dolor en sus labios. El hombre la dejó caer, la mataría si no hacía algo y... por qué no rendirse ante tal oferta?
'Esta arma ha ganado muchas batallas, Hoshi, y también ha salvado muchas vidas. Lleva muchas historias en su cuchilla, pero tú debes grabar la tuya con ella. Después de todo, eres una gran estrella, sé que será la mejor de todas.'
Entre las llamas danzantes, el dolor y la niebla de su visión, vio a su madre y su padre sonreír, abrazarse, volverse a camuflar con el fuego. Nunca sabría si era verdad o una simple ilusión, pero no podía rendirse tan fácil. Con un movimiento torpe pero lo suficientemente rápido, logró esquivar el cuchillo que amenazaba enterrarse en su espalda. El arma ardía incandescente, y cortó todo a su paso, dañando gravemente al hombre; por desgracia, otros dos habían huido con la rubia
'En este caso, ninguna estrella lo hará por ti más que tu misma.'
Gracias a la ayuda de Iliana, una anciana amiga de su madre, logró salvarse, quedando tuerta. Aunque esta insistió en que no se involucrara en más problemas, tardó algunas semanas en investigar sobre la rubia y su familia, su rutina, los momentos que tenía libre. Entonces, con cuidado y sigilo, cobró venganza: la rubia se encontraba sola en su habitación (era de una familia poderosa entre los pobres), frente a su tocador. No tenía cómo huir de ahí, y sin dudarlo, con el arma ardiendo... Ojo por ojo, diente por diente... La había matado, ella la había matado... Pero ella había matado a sus padres- La culpabilidad rápidamente reemplazo la satisfacción: había cobrado justicia para si misma, y podía quedar un poco más tranquila al saber que había hecho algo más que perder un ojo en el vano intento de salvarlos. Pero eso no le devolvería a nadie... Tomó, entonces, a modo de trofeo, la corona roja que la niña usaba, como símbolo de lo que sus padres dejaron en ella: sueños y fortaleza. Trabajó para Iliana los siguientes meses, hasta que esta murió, heredando su hogar y sus pocas pertenencias. Ahora se encontraba por completo sola... No había más opción, entonces, que robar para sobrevivir, matar si fuese necesario. Al comienzo le provocaba vergüenza y tristeza, pero decidió, al año de la muerte de sus padres, que sería fuerte, y que haría lo que fuese para mantenerse con vida.
.{ PERSONALIDAD Tras la muerte de Iliana y al verse completamente sola, se volvió dura y severa consigo misma, evitando cuanto pueda las relaciones cercanas. En el fondo está resentida con todos por lo que le sucedió a sus padres y se siente bastante sola, aunque con el propósito de volverse fuerte aparenta algo completamente distinto: orgullosa, su persona siempre irá por sobre cualquier cosa, y soberbia, para evitar cualquier apoyo, aunque realmente se siente capaz de hacer lo que quiere. Odia cometer errores o que intenten corregirla en sus actitudes, pues cree firmemente en que se necesita conocer una historia para comprender el sentido actual de ella. No espera comprensión de nadie; por lo mismo, valora profundamente (sin demostrarlo) los pequeños gestos que hacen por ella, pues no se considera en absoluto una persona digna de buenos tratos. Se opone a confiar en los demás por temor a perderles, siendo bastante cuidadosa y algo distante en su trato con el resto. Odia que la manipulen y hablar de sus sentimientos, guardándolos en su cabeza o anotándolos en una pequeña libreta.
A pesar de toda su actitud que, a simple vista parece molesta y que suele ser algo agresiva cuando recién se le conoce, en el fondo solo busca ser aceptada y recibida por los demás, aunque siempre con temor al rechazo. Intenta ocultar su preocupación, aunque disfruta ayudar y ser de utilidad, queriendo remediar con eso todos sus robos y malas acciones, pues no quiere justificar sus robos aunque sea para sobrevivencia. De todas formas, cuando se deja conocer por algunas personas, suele ser bastante tímida, casi alegre y llena de esperanzas, ya que aunque deteste admitirlo, aún cree en los deseos, en lo que está escrito en las estrellas; no es tan dura como aparenta ser.
Cuida mucho de su apariencia física, vistiendo siempre ropas de buena calidad, de diseños frescos y cómodos para que no le impidan moverse a libertad para cumplir bien su trabajo; su cabello es preciado para ella: lo cuida, lava y peina como si fueran de oros, disfrutando tomarlo en una cola alta para sentirse más fresca los días soleados. En su mente sueña con que las cosas algún día cambiarán, y que podrá ser alguien 'normal', recorriendo todos los Imperios sin tener que causarle daño a nadie, y quién sabe? Quizás con alguien que la quiera de verdad y la acepte. Pero solo sueña, sueña con días mejores y, sin darse cuenta, no hace mucho por cambiarlo, pues simplemente no cree que algo así realmente suceda algún día... Después de todo, que es una estrella sin un sueño real? Nada, y su sueño de infancia nunca se cumplirá.
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