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♛ 「 ραlαcισ ιмρeяιαl 」: [ Is Just Fun ] // Free
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De: •– Crιѕтy •– (Mensaje original) |
Enviado: 18/04/2013 05:34 |
Trucos, ilusiones, magia esa es mi vida, la vida la cual amo y la que no cambiaría por nada en este mundo. Por fin estaba logrando algo por mi mismo sin necesidad de recurrir al brazo protector de mi padre, aunque de protector no tenía nada, sólo porque antiguamente él era un bofoon como yo se creía con derecho de despreciar a las personas y entre ellas a sus propios hijos. A pesar de que había crecido con ese mal ejemplo de “siempre ser más que los de mas” yo no soy así o al menos trato de no serlo aunque es me es muy difícil puesto que es una idea que está grabada en lo más profundo de mi mente que por más que trato no puedo borrar.
Ese día era tranquilo; no hacía calor ni tampoco frio era perfecto – Creo que saldré un rato – murmure para mí mismo, echando en una mochila algunas cosas, no se quizá podría hacer un pequeño acto en mi antiguo lugar de trabajo o en su defecto apostar, un poco de dinero nunca le ha hecho daño a nadie.
Salí del palacio con la mochila en mano avanzando a paso tranquilo disfrutando del bello día, silbando una canción que había aprendido cuando niño, ya no recordaba la letra pero la melodía siempre sonaba en mi cabeza.
Y así fue como emprendí mi camino hacia tierras bajas como las solía llamar, sin pensar en lo después pasaría...
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Probando suerte >u<
- Pueden unirse todos los que quieran por mi no hay problema :) |
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Y finalmente, después de días de viaje incansable, había llegado al gran Palacio Imperial.
Era fascinante ver aquel esplendor, tan distinto de su hogar; desde el pétalo de loto que la transportó hacia el interior de la ciudad, todo centelleaba y refulgía de luz bajo el sol de la tarde.
Sus instintos Adhara casi no puede controlar, y una rosa de cristal intentó robar, mas los cielos cubiertos de guardianes alados le impidieron realizar aquél mal.
Continuó su camino hacia el sur, en donde según le habían dicho se encontraba el área de los Bufoons, con quienes se sentía íntimamente conectada a pesar de no ser una de ellos, aunque sí le hubiera gustado algún día convertirse en uno, solo podía jactarse de tener aptitudes para el baile; el entretenimiento era otra cosa.
La ciudadela fue abriendose a su paso mientras caminaba sin prestar practicamente atención, cuando repentinamente algo se topo en su caminar, haciendo que cayeran ambos cuerpos al suelo.
-¡Cielos! -Exclamó, acariciandose la cabeza en donde sentía que había recibido el golpe, levantando su mirada a la persona frente a ella.
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Holisss ^-^ Por fin puedo integrarme a un roll que este comenzando.
Espero que esté bien, no supe bien cómo conectar,
mi entrada triunfal fue muy a lo msng xD Lo sé, ni lo digan u//u |
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No había tardado casi nada en llegar a Läufer, una sonrisa se dibujo poco a poco en mi rostro al escuchar el bullicio de los comerciantes, los gritos de los apostadores pero sobre todo el gentío que iba y venía. El recuerdo cuando fui llevado al palacio para presentar mi acto acudió a mi mente al ver todo ese agradable desastre, hacia ya tres años de eso pero un recordaba ese día como si hubiera ocurrido ayer. Me detuve un momento alzando las manos al cielo para estirarme, dando un gran suspiro cerrando los ojos... cuando de la nada alguien me aventó por el pecho dándome un cabezazo en éste cayendo hacia atrás donde mi maleta a causa del impacto salió volando donde no pude ver donde había aterrizado. Me lleve la mano al pecho haciendo una mueca de dolor, no estaba acostumbrado a los golpes viendo a una chica quejarse frente a mí.
¿Estas ciega o que te pasa? – le pregunte un tanto molesto aun manteniendo esa expresión de dolor en mi rostro, poniéndome de pie lentamente eso sí, sin perder de vista a la cabeza dura que me había lastimado mi talentoso y muy poco musculoso pecho – Pero que mujer tan torpe... – murmure para mi mismo mientras sacudía mis ropas quitándome el polvo que se me había pegado, cuando recordé mi maleta buscándola por todos lados - ¿¡Donde esta...?! – pero no la veía por ninguna parte ¡Maldición, sólo espero que no me la hayan robado!
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Claro que no me molesta yo encantada de rolear con ustedes :) - Si gustas que sea Wika quien haya encontrado la maleta asi interactuamos los 3 :P
- >> El rol sigue abierto para que se unan mas personitas n.n << -
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De: AsCa13 |
Enviado: 19/04/2013 18:10 |
Creo que me encontraba en ese lugarcillo que mi hermana me prohibia, ciertamente porqué no lo sé, pero el monto de personas, caminando y parecian divertirse me llamaba la atención. ¡Comerciantes, apuestas!
¡Claro! Me encontraba en Läufer. Ahora un paso menos, ya sabia donde me encontraba, no es tan dificil salir sola, me imagino, imagino que acá abundan los colores. ¿Colores? ¡Bufoons!
Me levanté de inmediato, tenía que ver un espectaculo de esos, amaba a esos sujetos exóticos y saltarines, tenía que disfrutar ya, a primera fila. Me puse de pie, totalmente dispuesta a adentrarme a aquel lugar llamativo de movimiento, cuando fue amedentrada por un objeto contundente. ¡PAAFF! Jutos en medio de mi cabeza, caí al suelo de inmediato, algo mareada.
- ¿Mika?...- Alcé mi mano .- Bufoon no te vayas...
Fueron mis ultimas palabras hasta quedar inconciente..
zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
Gracias por la entrada Cristy aunque la pobre mika fue abatida jajaja
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Estaba a punto de disculparse con la persona a la que había chocado cuando le oyó decir: ¿Estas ciega o qué te pasa?. Y susurrar algo más que no alcanzó a oir.
Al alzar su vista mientras fruncía lentamente el ceño, como haciendose a la idea de un próximo enojo, se topó con un muchacho y tuvo que alzar su cabeza para llegar a alcanzar su mirada. Los rojizos ojos de Adhara parecían refulgir en llamas.
Al parecer lo había golpeado en el pecho, sin embargo, su cabeza aún seguía doliendo y no le pareció que él estuviera por pedirle disculpas.
- Eres tu el inapropiado, para bostezar te hubieras quedado en tu cuarto, aquí apenas se puede caminar como para frenarse de golpe en el camino de la gente. -Las manos en la cadera y su ceño fruncido anunciaban su pésimo humor.
Sin embargo, él pareció no darle importancia y comenzo a girar su mirada al tiempo que decía "¿Dónde está?!". Al parecer había perdido algo. Ella alzo la cabeza con arrogancia y bufó. Te lo mereces por cabrón.
Se proponía a seguir su camino cuando no muy lejos de ambos, vió cómo una muchacha caía desmayada al suelo tras ser golpeada por una maleta. El chico pareció reconocer el objeto de inmediato, pero Adhara solo se fijo en la niña. -¡Le has matado! -Le recriminó y ambos se acercaron a la peliazul para socorrerla. Cuando llegó hasta ella, ésta ya se encontraba inconsciente. Acercó su oído al pecho de la muchacha con la intención de oir el palpitar de su corazón y susurró aliviada. -Para tu suerte, aun respira, pero debes encargarte de ella. -Le comunicó al joven. |
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El Palacio Imperial, jamás se aburriría de estar en ese lugar, en parte porque le ayudaba a recordar cómo era posible que la ambición cegase a las personas a tal punto de taparse los ojos para no ver las necesidades del prójimo. Si cada noble diera aunque sea un décimo de su riqueza al distrito más pobre, ya no tendría por qué existir la distinción entre plebe y monarquía. ¿Pero quién cojones se fija en esas cosas? El joven O’Hara se despide de unos amigos suyos, mejor dicho: amigos de sus fallecidos padres; nobles que se alegraban por tener visitas del hijo de quienes se decían “amigos”, pero jamás le buscaron. Sam odiaba ir, a Ripper tampoco le hacía gracia, pero las buenas relaciones iban de la mano con las mentiras. El pelinegro se rasca la nuca, antes de ponerse sus características gafas y soltar un suspiro, acariciando con su mano libre la oreja de su felino amigo. Por lo menos el calvario había terminado, y con ello la farsa, el resto del día podía hacer cuanto quisiera antes de regresar a sus labores en el Cardinal del Agua. El wassermaske llevaba sus mejores ropas, unos pantalones de cuero cuyos tonos se asemejaban al carbón, una camisa de seda blanca de hilos y bordados dorados y una gabardina ajustada de material ligero y exquisito cuya cola le llegaba hasta las rodillas y que combinaba con el color carmesí oscuro de sus botas. Sin proponérselo el pelinegro llegó hasta el distrito de comercio, sonriendo para sus adentros ante lo animado que se encontraba ese lugar. Justo en ese momento una pelirroja casi le chocó si es que no hubiera tenido la precaución de hacerse a un lado, claro que el pobre desdichado de más adelante no tuvo la misma suerte. Había que ser valiente para caminar de esa forma en este sitio… o muy ingenuo. Una auténtica sonrisa se posa en las facciones de Sam, mientras Ripper a su lado rueda los ojos con cierta exasperación. El gatito quería irse, no le gustaba la gente y menos que ésta cada dos por tres le intentase pisar la cola. O’Hara no le prestó atención a su felpudo amigo, en cambio sus grises orbes se posaron en la niña que recibió el golpe de la maleta que salió volando de manos del chico que se encontraba en el piso. Eso no pintaba muy bien. Dispuesto a ayudar Sam se acercó al grupito de críos, haciendo una mueca mientras fruncía el ceño - ¿Qué hacéis? - les preguntó con su voz grave y cierta antipatía, mirando a la joven que había resultado herida por “imprudencia” ajena. Luego desvió su mirada primero a la pelirroja, para luego observar al de los ojos escarlata - ¿Quién de vosotros es el ladrón y por qué queréis robarle a la niña? - A los ojos del wassermaske ése no había sido más que un truco de un par de ladrones para robar a los pobres que caían inconscientes debido a la maleta. Seguro siempre lo hacían así: se chocaban, el otro mandaba a volar la maleta y quién la recibía luego se quedaba sin una moneda cuando ellos intentaban “socorrerla”. Ripper gruñó al lado de Sam, como si ya el propio O’Hara no se valiera para verse imponente alzando la barbilla y mirándolos con la desconfianza que lo haría un experimentado oficial, para luego alzar entre sus brazos a la pequeña herida, sin pedir permiso alguno. |
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Se encontraba tratando de librarse de aquel malentendido cuando, de repente, un hombre más alto que ella se acercó al pequeño grupo que se había formado por casualidad (o quizás causalidad), acompañado de un gran felino.
Creyó ingenuamente que quizás venía a serle de ayuda, cuando le oyó hablar. ¿Qué hacéis? ¿Quién de vosotros es el ladrón y por qué queréis robarle a la niña?
Adhara alzó una de sus cejas, con lentitud, como había hecho con anterioridad, sin poder creer realmente lo que la mente de ese joven había ideado. Me pregunto en cuál de todos los Cardinales de este maravilloso mundo estará oculta la caballerosidad. Mh...
Le tomó un minuto salir de sus pensamientos para responderle con un tono para nada cortez, la palabra "ladrón" se le antojaba de pésimo gusto, sobre todo porque coincidía mucho con ella. Pero no en esa situación, allí no había tenido ninguna mala intención más que asombrarse de la maravilla de esa ciudad. Resultaba desalentador ser tratada de aquella manera en su primera visita al Palacio Imperial.
-No es educado meterse en donde no lo llaman a uno, y mucho menos tratar de ladrona a una señorita que no se conoce. Lo que debemos hacer es llevarla a un médico. -Respondió a Sam, aun con su ceño fruncido, mientras la gente a su alrededor seguía pasando como si allí no estuviera sucediendo nada. Cuando de repente fue abatida por unos hombros que pasaron a toda velocidad, agregó. - O mínimamente llevemosla a un lugar en donde pueda estar más tranquila, no podemos quedarnos aquí parados.
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Lo que me decia la chica pelirroja me tenia sin cuidado, lo que ahora realmente me importaba era encontrar mi maleta puesto que ahi habia cosas que necesitaba para realizar mi espectaculo ademas de que nadie podia verlas o podrian describir los trucos que estos hacian... - ¡Donde esta! - grite un poco molesto cuando a unos pocos metros de mi se encontraba una chica peliazul desmayada con mi maleta por ensima de su cabeza - ¡Ha ya te encontre! - me acerque a la chica viendola con una ceja elevada y una exprecion de extrañesa en mi rostro al parecer habia personas que con un simple golpecito en la cabeza perdian el conocimiento, pero no me habia dado cuenta que la chica con quien habia chocado tambien se habia acercado a la peliazul asegurandose de que aun estuviera viva "Obvio que esta viva, un golpe de esos no mata a nadie" mas una risa burlona salio de mis labios al escuchar que me dijo que yo debia encargarme de ela - Si claro lo que tu dijas...- le respondi con ironia.
no soy un guerrero pero aun asi se cuando alguien se acerca o cuando me observan, mire con el rabillo del ojo a un chico pelinegro acompañado de un felino acercarse a nosotros, meti la mano en la bolsa de mi pantalon sientiendo una pequeña esfera... era una esfera la humo la cual utilizaba para desaparecer cuando mi acto terminaba, no confio en las personas y muchos menos en las que van acompañados de esos animales tan desagradables.
Me quede en silencio ante las acusaciones del joven, o valia la pena responder por falsas acusaciones pero al parecer a la peliroja si le importaba lo que pensaran de ella a lo contesto de inmediato a lo que una pequeña sonrisa se dibujo en mis labios - Tranquilos.. - les dije ambos alzando las manos frente a ellos como si quiciera separarlos, para despues dirigir mi atencion hacia el pelinegro - Yo no conosco a esta mujer... - le aclare, ya queria irme de ese lugar para darle un show gratis a los transeuntes y si eso significaba darle explicaciones a éste pues lo haria - La maleta es mia soy un Bofoon del palacio... - me incline tomando mi maleta abriendola para segurarme que todo estuviera ahi y en orden - No se rompio nada - dije con alivio para despues arrogandosela al chico para que la tomara para alzar en brazos a la peliazul.
Ésta -refiriendome a la peliroja- tiene razon hay que llevar a la señorita a algun lado donde pueda descanzar - baje la mirda un poco viendo a la chica aun con esa exprecion de extrañesa - supongo que cabeza es muy suave... - las cosas que llevaba en la maleta no eran gran cosa en su mayoria eran pañuelos, pelotas especiales y un baul pequeñito, pero creo que fue el baul quien la golpeo si no que otra explicacion habia como para que se encontrara en ese estado.
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Wiiii ya somos mas >u<
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De: AsCa13 |
Enviado: 21/04/2013 19:49 |
Escuchaba voces a mi alrededor, como si estuvieran a metros y metros de mi, más un bullicio de fondo. Comencé a quejarme, mientras abría uno de mis ojos, notaba el ambiente distorcionado y en movimiento. No distinguia quienes eran, o que hacían, el dolor en mi cabeza era tenaz, tanto que hasta sueño me provocaba.
Abrí muy bien mis ojos, al notar a tres personas extrañas cerca de mi, dandome cuenta que me encontraba sobre uno de ellos, un hombre de cabellos negros.
- ¿Qué cojo,...
Me levanté de insofacto, saltando hacia el suelo.
- Digan sus nombres, edad y que pretendían conmigo....- Ordené mientras me paraba en posición de ataque frente a ellos. Sin embargo note un pequeño felino, lo que me obligo a detallar a los dos hombres y a la chica, de inmediato deduje que no eran del Palacio, me giré al ver al que vestía estrafalario. Ropa desordenada, atuendo bastante inusual, sin duda, sin duda era un
-¡Bufoon!.-
Disculpne a Mika, su inocencia a veces desespera.... y más que no está con Wika, su hermana, quién la controla
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De la nada la chica se empezo a mover - Creo que esta despertando... - Musite sin dejar de verla, mas sus ojos se abrieron de golpe como si estuviera teniendo una pesadilla y con una habilidad soprendente dejo mis brazos poniendose en una posicion ridula de combate(?) exigiendo nuestros nombre y edades "¿a caso pretende atacarnos?" pense mientras la miraba entrecerrando un ojo (o sea asi O.o"). supongo que por estar tanto tiempo dentro del palacio las cosas mas sencillas me sorprendian o me resultaban extrañas.
Su mirada paso por los tres pero por alguna razon fue a mi a quien le presto mas atencion, casi me sentia avergonzado por la forma en que me miraba a lo que estuve a punto de cubrir mis partes con las manos pero por suerte no lo hice si no hubiera quedado en riduculo.
La escuche excalamar Bufoon con entusiasmo y una pequeña pero visible sonrisa estaba en mi rostro - ¿Que nunca habias visto uno? -le pregunte bromeando, ignorando su peticion anterior, pero aun estabamos en media calle y no podiamos evitar llamar la atencion de todo aquel que pasaba - ¿Y si nos movemos de aqui? - les seguri ahora a los tres, con cierta apatia en mi tono de voz - asi podemos aclarar este "problema" con tranquilidad...
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Había una serie de cosas a las que se debía prestar atención luego de que se hacía una acusación como la que el wassermaske había soltado. Número uno: ¿quién es el primero en responder? Número dos: Tomar nota del tono de voz empleado y la dirección en la que dirige su mirada. Número tres: ¿quién habla segundo? Número cuatro: ¿corrobora la historia del primero? Número cinco: ¿quién está más calmado? Número seis: ¿su lenguaje corporal demuestra que están ofendidos? Y número siete: Duda de todo. El pelinegro prestaba atención a cada detalle , formando una sonrisa de medio lado como única respuesta a lo que le había espetado la pelirroja. ¿De qué iba ella? ¿Cuál era su papel? No parecía muy inocente, y mucho menos una “señorita”, que si bien es mujer, y joven, no tiene la ropa para tomar prestado tal connotación. Cosas de sociedad, claro. Aunque pronto su atención fue robada por el de los ojos escarlata. Ese chico parecía demasiado seguro y tranquilo para la situación en la que estaba. Vamos, tenía toda la pinta de ser un capullo que sólo le importaba una cosa en la faz del planeta: él mismo. ¿Cómo es posible que le interesase algo material más que la salud de otra persona? Todo el mundo iba camino a la decadencia y al parecer a nadie le importaba. Pero eso no fue lo que hizo que Samuel frunciera aún más el ceño. Aquel muchacho… ese maldito crío le había arrojado la maleta para arrebatarle de sus propios brazos a la pequeña inconsciente. - Escúchame bien, mocoso… - comenzó a decir aireado, pero en ese preciso instante la joven peliazul abría sus ojos. Preocupado Sam desvió su mirada hacia ella, haciendo un mohín de disgusto cuando una exclamación vulgar brotó de aquellos labios que parecían tan castos. Duda de todo. O’Hara se inclinó lo suficiente cuando reconoció las intenciones de la niña de querer bajar al piso y la ayudó en lo que estuvo a su mano para que no trastabillase en el proceso. Lo que le sorprendió sin lugar a dudas fue el hecho de que no demostrase demasiado mareo, aunque las interrogantes que soltó eran más que naturales, es más, le gustaba que se pusiera a la defensiva, ¿quién no lo haría en su posición? Lo que no entró en el patrón conductivo fue la reacción que tuvo cuando vio al de los ojos escarlatas. Con que bufoon, ¿eh?, pensó el pelinegro rascando con cierta ternura las orejas de Ripper. El guepardo se estaba cabreando y ésa era la única forma que Sam conocía para impedir que su felino amigo prendiese fuego a todo su pelaje. - Tranquila, niña. Te has dado un golpe duro contra el piso, ¿puedo echarle una ojeada a tu nuca? - le preguntó con tonos de terciopelo, acercándose un paso a ella - Soy Samuel O’Hara - se presentó haciendo una leve inclinación de cabeza como su deber lo demandaba ante cualquier tipo de presentación. - Ella es la “torpe”, y él, el “mocoso” - los presentó a los otros dos, tirando al piso la maleta del bufoon - No vuelvas a arrojarme tus porquerías, mocoso - le soltó con una clara amenaza en la voz, haciéndole un movimiento de cabeza a Ripper para que éste se prendiera fuego. Y así fue, el peligroso felino ardió en llamas, todo su cuerpo envuelto en brasas; se escucharon algunos gritos sorprendidos de los transeúntes que pasaban cerca de ellos, mientras el guepardo ponía sus garras ardientes sobre la maleta logrando prenderle fuego a ésta. |
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-"Ésta" tiene razón... -Oyó que al hablar el joven con el que se había chocado en primer lugar se refería a ella. ¿Ésta? Llegamos a los límites de la mala educación.
-Lo que "ésta" tiene es un nombre. -Se defendió. Al notar la mala energía en el ambiente, Litze, su fiel compañera, hizo su gran aparición aumentando su tamaño hasta ser visible por los demás mientras se desplazaba por uno de los brazos de Adhara con una completa intención de ataque.
Pero entonces, la peliazul abrió los ojos y dió un salto alejandose de ellos, que la miraron con sorpresa. Pidio sus nombres y datos, mientras se ponía en una ridícula posición defensiva. Adhara giró apenas su cabeza para mirarla con simpatía, hasta que el próximo comentario de la niña la desestabilizo: ¡Bufoon!, exclamó emocionada mientras miraba casi con admiración al muchacho de la maleta. Fue entonces cuando Adhara le prestó real atención: Claro, con esa vestimenta y esa pintura en la cara, no podía ser más que un bufoon. Se decepcionó de que el primero que conociera fuera ese joven tan maleducado y engreído, con un poco de suerte no dañaría la imagen de complicidad que mantenía con los bufoons.
-¿Y si nos movemos de aquí? Así podemos aclarar este problema con tranquilidad. -Dijo entonces éste. Adhara solo asintió, esperando marcharse lo antes posible, pero entonces el pelinegro comenzó a agredirlos gratuitamente; al parecer solo le interesaba la niña. Se presentó ante ésta, incluso inclinandose, como si el movimiento a su alrededor no fuera un inconveniente y se dió el lujo de presentarlos a ella y al bufoon con apodos que el mismo les atribuyó, aun siendo completos desconocidos.
-Ella es la torpe, y el es el mocoso .-Dijo, "presentandolos".
-¿Y quién eres tú, el sabelotodo? -Preguntó ella, sin entender con qué desparpajo aquel se sentía con poder de juzgarlos y maltratarlos gratuitamente. Litze volvió a revolverse en su brazo, haciendo sonidos hacia los masculinos parados frente a ella, pero Adhara levanto su otra mano enseñandole la palma para que se calmara. -Lit, tranquila. -Susurró.
El mundo esta repleto de inútiles engreídos. Negó con la cabeza para sí misma, con decepción, y se giró a la niña de pelo azul. -Mi nombre es Adhara. El bufoon dejó caer sobre ti su maleta, ¿te encuentras bien o estás perdida? -Si bien la gran serpiente que se enredaba en su brazo resultaba algo impactante, el tono de voz de Adhara cambio completamente al dirigirse a la muchachita, tratando de que no se sobresaltara ante lo descabellado de la situación.
Fue entonces cuando el hombre del felino le arrojo al bufoon su maleta al suelo, y haciendo que su gatito salvaje se prendiera fuego, le indicó quemarla. Adhara se había cansado de defenderse a si misma ante las agresiones de personas que acababa de ver por primera vez en su vida y según lo creía del bufoon hasta el momento, si algo le importaba eran sus porquerías, y eso lo había dejado bastante claro. Litze se impacientó ante la transformación del animal, aumentando aun más su tamaño, pero Adhara volvió a susurrarle; y aventurando que la reacción del bufoon sería más bien violenta, con su brazo libre tapo a la peliazul de las llamas que se extendían por el fuego del felino. -¿Estas desquiciado? Eso fue totalmente innecesario, ¿acaso eres una princesa que todo te molesta? El solo te arrojo su maleta, hombre. -Suspiró, tratando de minimizar el asunto, y luego se giró hasta la joven a su lado. -¿Estás bien? Faltaría que te quemaran y tendrías el día completo, ¿eh? -Sonrió.
Acto seguido, la multitud que antes caminaba entre y sobre ellos ahora se amontonaba a su alrededor, buscando allí un espectáculo de pelea. -Mejor vámonos .-Indicó con su cabeza, mientras comenzaba a abrir la masa para crear un camino por el cual pudieran pasar. -Sigan con sus vidas, no hay nada que ver aquí. -Iba diciendo.
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De: AsCa13 |
Enviado: 23/04/2013 22:16 |
Lo que buscaba lo había encontrado, emoción, gente nueva, hasta podría haber un espectaculo. Frente a mi estaba uno de esos famosos Bufoon's, seguro estaba por hacer su acto. Sin embargo por un segundo senté cabeza, había sido golpeada, por lo que coloque mi mano sobre aquel golpe.
-No debes andar sola, siempre estás en problemas, para no decir que tu msima los ocasiona.
Típicas, típicas palabras de Wika, una y otra vez, era tan sobre protectora que hasta mis pensamientos sus frase se llegaban sola, de la nada, como si me estuvieses espiando.
Tranquila, niña. Te has dado un golpe duro contra el piso, ¿puedo echarle una ojeada a tu nuca? -
La voz de un hombre me sacó de mis tormentosos pensamientos, lo miré un poco confundida, ¿a caso no querían atacarme?.- No ha pasado nada...- Le dije interponiendo mi mano entre su cuerpo y el mío para que no diera otro paso más.
Soy Samuel O’Hara
Cortezmente se presento, me recordo a Wika, con sus modales de porquería, siempre con aquella cortesía, pero no la culpaba era ella. Incliné un poco mi cabeza, recordando que cuando alguien da su nombre, es porque no oculta nada, entonces debía dar el mío
- Wika Jingulina, Windsohn en entrenamiento.- Dije con firmeza
Y de inmediato presento a los otros sujetos, al parecer se referian a ellos por sobre nombres, deduje eso al escuchar a la chica llamarle "Sabelotodo".
- Me encuentro bien, perdida no estoy, no sé donde me encuentro, pero eso no es un problema para mi.- Le explique tras escuchar sus palabras
Una serpiente que cambiaba de tamaño y una felino que se encendía en llamas ¿qué más podía pedir? Bufoon, serpiente, felino llamarado.
- Uds si que son un trío inusual.- Dije colocando mis dedos sobre mi barbilla.- ¿A caso son una compañia? Si es así no me molestaría presenciar sus actos.
Pero algo no marchaba bien, parecía como si disputaran entre ellos, a lo que la pregunta preocupada de la peliroja me confundió.
-¿A caso intenta quemarme?.- pregunté frunciendo en ceño.
Prácticamente fui ignorada por las palabra de la chica que apartaba a toda la multitud, ¿acaso no necesitaban ese público para su acto?
- A parte de golpearme con la maleta, ¿qué más sucedió?.- Pregunté mientras la seguía.- ¿Uds no son una compañía? ¿Si quiera son amigos? ¿Cuando harás tu acto Bufoon?
Lo siento Javito, pero Wika es muy descortez, y poco educada... jajaja la pobre está confundida ella solo quiere divertirse Cuando hablo de compañía me refiero a un circo o algo así, con payasos y esas cosas...
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Una sonrisa apareció en mis labios al escuchar como nos presentaba el joven "Mocoso..." pensé asintiendo lentamente con la cabeza debo admitir que era gracioso. Pero al ver mis cosas caer al suelo le preste la poca atención que podía al pelinegro escuchando sin mucho interés lo que éste me decía, fue entonces que su mascota se empezó a quemar o eso parecía pero solo estaba quemando mi maleta a lo que no le tome importancia, si me había preocupado al principio porque no me gustaba que robaran mis cosas y a quien le gusta pero que la quemaran es otra cosa ya que así nadie podría usar mis accesorios mágicos además de tenía muchas más maletas y mejores cosas en el palacio solamente la mire fijamente sin ninguna expresión en mi rostro, escuchando a la pelirroja de nombre raro reclamarle a Samuel por lo que estaba haciendo Ah mis cosas... dije sin entusiasmo en mi voz rascándome detras de la nuca para después encogerme de hombros en actitud despreocupada nimodo... creo que samuel queria intimidarme o asustarme con lo que hizo, pero buena parte de mi acto se compone del fuego así que ver a su felino no me causo ningún impacto ademas de que los bofoones no nos sorprendemos tan facil.
Después de que mi maleta fuera consumida le di una patada levantando las cenizas Vuelen pequeñas dije con cierta alegría/burla pero la peliazul la cual ahora sabia que se llama Wika empezó a preguntarnos cosas a lo que simplemente me empezó a reír entrelazando mis manos detrás de la nuca sonriendo no somos amigos, ni siquiera nos caemos bien me incline un poco hacia adelante como si le fuera a decir un secreto creo que hasta nos odiamos regrese a mi lugar sonriendo ampliamente bueno, yo no los odio pero creo que ellos a mi si dije con sinceridad ladeando levemente el rostro y lamento decirte pequeña Wika que ya no podre hacer mi acto, mis cosas se han convertido en cenizas para unirse con el universo dije fingiendo estar triste aunque no sentía nada de eso, me sentía muy tranquilo.
Di un respingo al recordar que solamente faltaba yo en presentarme Y como el joven Samuel dijo me llamo Mocoso pero mis amigos me llaman Moco Pequeña broma pero tú y todos los demas pueden llamarme Frederick... es mi nombre artístico les dije haciendo un puchero con los labios, en eso sentí un empujón al parecer si estábamos llamando mucho la atención ¡Hay que movernos de aquí! Dije con entusiasmo viendo a los tres chicos de forma alternada que grupo tan simpático éramos Vamos siganme, yo me se mover por aqui agrege con confianza comenzando a caminar hacia un local el cual estaba abandonado, era perfecto ahi podiamos reunirnos y aclarar todo este ridiculame-divertido asunto cuando estemos solitos arreglaremos este mal entendido asentí con la cabeza caminando como saldadito, moviendo los brazos de atras hacia adelante.
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El clima para ella estaba triste.
Aunque no era común verla con esos ánimos bajos, sí tenía sus días azules. Más que días, momentos azules, donde las cosas no se veían de color de rosa, donde la suerte no era buena. Momentos en los que pensaba, y pensaba, y solo podía pensar, y suspirar.
Pero ahora se habían vuelto más frecuentes y duraderos, tal y como las partes faltantes en su memoria, tal y como los huecos profundos donde estaba segura que no era ella.
La voz se había vuelto clara en ocasiones, mucho más que antes, y estaba llegando al punto en el que ya no podía distinguir si lo que decía era bueno o malo, momentos en los que ya no podía distinguirla de su propia voz.
No era que se sentía mal, que su vida no tuviera solución; aún conservaba su puesto como bufoon imperial, tenía casa, comida, vestido, su suerte estaba bien. Era solo que no podía evitar sentirse alienada, como si quien mantuviese su trabajo no fuera ella, como si quien estuviese haciendo sus actos no fuese ella. Como si quien estuviese viviendo su vida no fuese ella. Los borrachos lo comentan en su momento filosófico, y algunos cuantos libros de eruditos tratan de explicarlo, ese sentimiento claro y palpable de las cuerdas siendo movidas por algo más grande.
Pero era distinto, estaba segura. Era distinto; no era como si la estuvieran moviendo paso a paso. Se sentía... desplazada.
Quería alguna respuesta, pidiéndosela a la voz que provenía de su media máscara, pero sus respuestas se habían vuelto crípticas y escogía hablar cuando le plazca...
Y sus amigos, pues... el hecho de que toda la gente guarde distancia con ella era una especie de respuesta...
Suspiró, volteando hacia el ventanal de un local sin abrir, abandonado tal vez. Quedó mirando su reflejo, tratando de buscar alguna respuesta, tratando de no buscar alguna respuesta y animarse, olvidar todo...
Lentamente fue acercando su mano al cristal para tocar la mejilla de su reflejo, para sentir el cristal frío en sus dedos, pero cuando apenas lo tocó su reflejo se deformó, el ventanal explotó y los cristales salieron disparados por todos lados. Había alcanzado a cubrirse el rostro, y cuando finalmente se descubrió se dio cuenta que ninguno de los cristales siquiera había cruzado por ella, por suerte.
Pero, ¿y el resto? Tembló de miedo, tratando de enmudecer los gritos que escuchaba, congelándose en su lugar aún mirando hacia el ventanal. El resto... no quería ni saber.
------------------- tal vez si posteo aquí vuelvan ºuº |
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Era la primera vez que Yugito visitaba el Palacio Imperial, aun que no fuera por placer.
La wassermaske habia acampañado a Sam ver a sus "amigos", pero ante las constantes burlas e incinuaciones, la joven mujer salio molesta de la casa de las amistades del wassermaske. Camino por los alrededores del Palacio, tratando de olvidar el mal rato que paso; sin darce cuenta llego a la zona comarcial, tantas marionetas en un solo lugar, le parecia abrumador y decidio meterse a una calle un poco mas tranquila.
En eso vio a una boofon cerca de un local cerrado, y la miro hacercarse a una ventana; y esta se rompio. Yugito intuyo que la pelimorada robaría el local; sin saber quel lugar hacia mucho que estaba vacio.
Yugito: Oye, tu. Alto allí, que crees que haces!--grito sacando su tanto*.
*Tanto: katana del tamañó de una daga
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