En el poco tiempo de su existencia nunca conoció el significado de la felicidad. Desde pequeño siempre fue víctima de crueles abusos. Sus padres lo abandonaron a su suerte cuando apenas sabía caminar, y la persona que lo recogió tan caritativamente nunca tuvo buenas intenciones. Todos ahí le trataban como mula de carga, como saco de boxeo, como agujero consolador. Golpes, violaciones, torturas insoportables todos los días. Hasta que un día acabó todo, cuando el pequeño cayó por un barranco, por 'descuido' de sus cuidadores. Pudo escuchar sus ropas rasgándose, sus articulaciones rompiéndose, y todo tornándose oscuro. A lo lejos pudo escuchar las voces de ellos, y quería responderles, pero algo dentro de sí le detuvo. Las voces se alejaron dejando alpequeño solo como una basura más.
Como siempre, nunca se preocuparon por él.
Y llegó a concluir que tal vez así era mejor; así ya no tendrá que seguir sufriendo.

De alguna forma descubrió que aunque ya no estaba vivo, seguía en el mundo; que atravesaba cosas, era transparente, y podía flotar. Se había convertido en un fantasma.
El tiempo le recorría distinto pero siempre mantuvo su apariencia, no la que tuvo justo en el momento de su muerte, sino la usual: ropas algo rasgadas y sucias, pequeños rasponcitos en su piel; su apariencia de infante, inocente.

Pero sólo la imagen de aquello quedó. Ahora toma como víctimas a marionetas de buen corazón que se apiaden de él, o de lo que les muestra: un niño desamparado y perdido que busca su hogar, y no se dan cuenta que en lugar de ser ellos los que le guíen a su hogar, es el pequeño el que los lleva hasta el mismo final que él mismo tuvo. Venganza, rencor no resuelto en vida, al parecer.
Después de todo, le terminaron gustando las alturas.

Ya la inocencia que alguna vez tuvo estaba completamente desvanecida, y solo la apariencia quedó, siempre engañosa.
Así caen más fácil, dice, y literalmente.
Pero siempre voltea a ver hacia donde cayeron, tal vez esperando que en algún momento se levanten y vuelvan a él. Porque en realidad lo que espera es poder obtener lo que nunca recibió mientras vivía: el amor y cariño que nunca tuvo. Aunque lo único que haga sea repeler o torturar a los demás, pero simplemente no sabe como más tratar con las personas.

Tal vez sus 'lágrimas' no sean tan falsas.