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General: Un 24 de Junio pero del año 1717
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De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 24/06/2011 19:41

Un 24 de Junio pero del año 1717

http://groups.google.com/group/secreto-masonico

Al ocuparnos del origen histórico de nuestra institución nos hemos
encontrado con un intrincado laberinto, por el cual no se puede
asegurar radicalmente, cuál haya sido el verdadero nacimiento, ni de
dónde vinieron sus sistemas orgánicos; no obstante que para el efecto
ya se han consultado las opiniones más eruditas; las leyendas, los
mitos y las narraciones más remotas; pero siempre resulta que en
concreto nada absolutamente puede afirmarse como su verdadero origen,
sin embargo, parece que a pesar de tantas versiones, sí podemos
asegurar que con anterioridad a la evolución y las transformaciones
que sufrió la masonería que ahora conocemos desde el 24 de Junio de 1717; y que es la universalmente admitida y aceptada
por el mundo, como verdadera y única, es efectivamente a la que se le
reconoce en la actualidad.

Sin embargo, existe ahora el empeño a forjar quimeras y alentar
suposiciones o delirios fantásticos acerca de los anales masónicos,
porque los muchos soñadores, tratan de fijar la cuna de nuestra
institución en el paraíso terrenal, sin comprender que también puede
ser admisible, el hecho de que nuestra orden haya existido desde que
la humanidad vio la luz del mundo.

Pero al mismo tiempo es muy justo conocer también la opinión
compendiada de algunos de los principales historiadores masónicos; con
la salvedad de que a ninguno de ellos se le puede hacer solidario de
ser el verdadero o el más exacto descubridor del origen de nuestra
institución; no obstante que cada uno aporta sus conceptos más o menos
admisibles acerca de la comprobación y demás demostraciones
históricas, que pueden estar apoyadas en determinados razonamientos.

Una vez hechas estas advertencias, veamos las opiniones que han sido
autorizadas y aceptadas sobre el verdadero origen de nuestra orden.

No nos queda más que aclarar que la historia de nuestra antigua
masonería, se encuentra cubierta por un espeso velo que no nos permite
penetrar hasta los más recónditos lugares de su nacimiento; por lo
mismo no es imposible definir su verdadero origen de una manera real y
comprensiva que no deje lugar a dudas.

Principiaremos por exponer una relación de los principales orígenes
que hasta la fecha se han descubierto, como los más aceptables, de
donde puede ser que venga nuestra institución; éstas se basan en las
investigaciones hechas por los autores más eruditos sobre los estudios
históricos de la masonería, y cuyas opiniones llevan como base los
siguientes hechos:

1.- Los antiguos misterios paganos.

2.- El templo de Salomón.

3.- Las cruzadas y los Templarios.

4.- La religión Judía patriarcal.

5.- Los colegios romanos de artífices.

6.- Los masones operativos de la Edad Media.

7.- Los caballeros templarios.

8.- La Rosa Cruz del siglo diecisiete.

9.- Oliverio Cromwell, para la realización de sus planes políticos.

10.- El pretendiente para la restauración de la dinastía de los
Estuardo, al trono británico.

11.- Sir Cristóbal Whren, durante la construcción de la catedral de
San Pablo.

12.- El doctor Juan Teófilo Desagullieres y su asociación en mil
setecientos diecisiete.

13.- Una Transmisión proveniente del Sufismo Islámico.

14.-  En algunos rituales prehispánicos descubiertos por exploradores europeos, en México, como afirma en su libro La Masonería y los Misterios  sagrados  entre los Mayas y Quichés, o en el Perú como la afirma Sir Francis Bacon.

15.- Que Masonería surge de la Necesidad apremiante de la Época, y que la Masonería esta incrustada desde siempre en la psique profunda del ser humano, y que con diferentes nombres ha aparecido y seguirá apareciendo.  

Como se ven son 15 las versiones más o menos admisibles en que se
fundan los autores para resolver el problema de origen de la masonería
universal, desde luego, suponemos que cada uno de ellos aporta sus
razonamientos, que pueden ser muy poderosos y convincentes; aun cuando
debemos admitir que existen algunas salvedades, porque de entre esos
argumentos muchos ya han sido aceptados por diversas potencias
masónicas en la actualidad; pero han sido rechazados por otras, en
consecuencia, ¿cuál de todos esos orígenes probables, puede ser el
verdadero e irrefutable?

Desde luego que no lo sabemos, por tal motivo, resulta que el
principio básico en que se fundó la masonería, así como posteriormente
la adopción de sus doctrinas, y además el encadenamiento de su
existencia hasta nuestros días, han suscitado un verdadero cúmulo de
discusiones, opiniones y polémicas entre la mayoría de los autores
masónicos, que puede afirmarse, que han despertado tal interés, como
ningún otro tema de nuestra orden.

Es de lamentarse también, que hemos llegado a aplicar a esos
razonamientos muchos y muy variados criterios, sobre el justo y
verdadero origen de nuestra masonería, y esto se debe a los mismos
historiadores; aun los más experimentados e ilustrados en la materia;
no obstante que han hecho las más concienzudas investigaciones durante
sus estudios históricos y místicos, muchas veces han vacilado al
tratar de manifestar el verdadero nacimiento de lo que ahora
constituye a la masonería como la más poderosa de las sociedades
especulativas y de enseñanzas mutuas; por lo cual han tenido que ser
abandonadas por inaceptables o inaplicables algunas de las 15
teorías anteriormente enumeradas.

Entrando en materia, se entiende que buscando el más remoto origen de
nuestra orden, puede ser que haya antecedentes de que, como ya se dijo
anteriormente, exista desde que la Humanidad vio la luz del mundo, por
la sencilla razón que desde tiempo inmemorial hemos venido conociendo
en términos ascendentes y a través de las edades, la evolución
democrática, que radicalmente se ha venido implantando como
los sistemas de vida y gobierno de los pueblos; con más razón si
tomamos en cuenta que dentro de sus preceptos, sus principios y
enseñanzas la principal de sus finalidades ha consistido en implantar
sistemáticamente ese sentimiento democrático.

Para demostrar lo anteriormente expresado, diremos que antes de la
construcción del Gran Templo de Salomón, existía en el Asia Menor una
sociedad gremial compuesta de obreros, artesanos y arquitectos, a la
cual se le había conocido el privilegio exclusivo de llevar a cabo la
construcción de todas las obras públicas; se sabe que a este
conglomerado de trabajadores se le denominaba “Fraternidad de
Artesanos Dionicianos”; se les distinguía porque su organización y
muchos de sus ceremoniales y costumbres, eran similares a las que se
celebran hoy día dentro de nuestros talleres masónicos.

Aquella agrupación, para facilitar su administración, controlar sus
trabajos y de esa manera obtener el mejor rendimiento, así como el más
eficaz éxito en sus empresas, se subdividió en pequeños organismos,
tal y como los tenemos establecidos en la masonería, y a los que
llamamos logias; pero aquellos cuerpos eran dirigidos y administrados
por un maestro y varios vigilantes, además de que en las mismas
circunstancias durante sus ceremonias usaban símbolos, emblemas y
alegorías; a la vez que sus instrumentos de trabajo eran como los que
ahora conocemos en nuestros talleres; por último, para distinguirse
particular y oficialmente, adoptaron un lenguaje universal que les
permitía identificarse entre sus agremiados, aun entre los que se
encontraban diseminados por Persia, Siria, Caldea, Judea, Nínive,
Babilonia, Egipto y en general por todo el mundo conocido en aquella
época.

La mayoría de los historiadores están de acuerdo en admitir que el rey
Salomón, contrató en la ciudad de Tiro, por recomendaciones de su
monarca, a Hiram el arquitecto dioniciano (que según se cuenta era
hijo de la viuda de un hábil artesano y forjador) para que dirigiera
los trabajos de construcción del templo más grandioso y sublime que
haya sido erigido en honor de Jehová.

Una vez que se logró terminar aquella maravillosa construcción los
obreros dionicianos, entre cuya agrupación se habían afiliado
artesanos persas, judíos, asirios, caldeos, babilonios y otros,
necesariamente se dispersaron para reanudar nuevas construcciones, e
impartir sus conocimientos en otros lugares en donde podrían hacer ver
las ventajas que en materia de trabajos materiales proporcionaba su
agrupación, por medio de esos procedimientos lograban conseguir más
adeptos, a los que hacían participar de todos sus beneficios y
privilegios; puede ser que en esa forma se haya conseguido continuar
la propaganda de las ideas que ahora se imparten en nuestros templos;
también puede ser que no se han perdido del todo aquellos hechos o
narraciones históricos por haber pasado de generación en generación
hasta nuestros días.

Posteriormente, en Asia Menor, apareció otra sociedad secreta similar
a la de los dionisiacos; a la que se le dio la denominación de
Fraternidad Esenia, que para efectuar sus actividades o trabajos
materiales, se dividía en dos clases: la primera estaba integrada por
un conglomerado de obreros, forjadores, artesanos y constructores, que
se dedicaban a preparar e instruir a sus agremiados, en todo aquello
que correspondía a las artes, los oficios y las profesiones; por lo
que puede decirse también que adoptaron el sistema orgánico de lo que
hoy llamamos masonería simbólica.

La segunda clasificación se componía más bien de un conjunto de
hombres letrados, entre los que se contaban los científicos, los
artistas y los sabios en general, cuya misión consistía en dedicarse a
toda clase de inventos y de investigar los fenómenos naturales, así
como a practicar la astronomía y las enseñanzas esotéricas y
exotéricas; es decir, que podrían clasificarse entre esos grupos a los
que hoy les damos la denominación de cuerpos filosóficos, lo que nos
indica claramente, que no se ha perdido el encadenamiento histórico de
nuestra orden, puesto que cuando menos notamos que persiste el sistema
y la finalidad que hasta la fecha es peculiar de la masonería
moderna.

Sin embargo, parece que aquellas asociaciones fraternales y gremiales
por excelencia; durante sus ceremonias de iniciación, según cuenta el
historiador Escaligero, proporcionaban el neófito una túnica blanca
como símbolo de la pureza de sus sentimientos, de sus doctrinas y de
sus enseñanzas, esa prenda constituía la primera divisa que el
postulante recibía como un recuerdo imperecedero de su juramento de
discreción, para sus actividades; puede ser también que aquella
túnica, constituya en la actualidad lo que se conoce y se usa como
mandil.

Otra de las circunstancias por las que se cree que la masonería
moderna, puede ser un encadenamiento íntimo de las fraternidades
dionisiaca y esenia, consiste en que en el seno de dichas
agrupaciones tampoco se admitía a las mujeres.

Se tiene la certeza de que aquellas prácticas similares a las
masónicas de hoy, inculcadas por medio de la fundación de agrupaciones
consagradas al estudio y desarrollo de las obras materiales, así como
a ejercer la caridad y demás actos de filantropía y beneficencia, pasó
en esa forma, del Asia Menor a la Península de los Balcanes, para
después extenderse por toda Europa.

También se asegura que el célebre sabio griego Pitágoras, adquirió de
la fraternidad esenia, los procedimientos científicos, además de la
aplicación de los ceremoniales, con que posteriormente revistió a su
escuela filosófica y de esoterismo; puesto que sus métodos son
idénticos, a las fórmulas y doctrinas tradicionales de los cuerpos
filosóficos, para ambas instituciones.

Sin embargo, no todos los historiadores masónicos, admiten que
Pitágoras haya introducido nuestra Orden en el territorio europeo
según se pretende hacer creer; sino que su origen viene de las
cruzadas. Sostienen su dicho, apoyándose en que la masonería era
completamente desconocida, en el antiguo continente todavía durante el
período del cristianismo, por lo que solamente puede haberse fundado
hasta la época en que la propagaron los caballeros cruzados antes
dichos; pero hasta que regresaron de la Tierra Santa, puesto que ya
habían sido iniciados en sus misterios por los judíos en Palestina.

Los mismos autores que desechan esta hipótesis, tratan de hacer valer
su criterio, con fundamento en que la primera Cruzada tuvo
verificativo en el año 1075 motivo por el que encuentra
incuestionablemente comprobado que el primero que convocó a una
asamblea masónica en la ciudad de York, fue el príncipe Edwin; en el
año de novecientos veintiséis; o sean ciento treinta y nueve años
antes que tuviera lugar la primera cruzada, rumbo a la Tierra Santa en
el Asia Menor.

Es indudable pues ya sea de un modo o de otro, que las asociaciones
gremiales masónicas, sus sistemas de organización y funcionamiento se
extendieron por toda Europa; encadenándose con las fundadas en Asia y
en África, ya fuera por medio de la conquista de los ideales
democráticos o a causa de la propaganda científica y de las ciencias
secretas.

Por lo que respecta al Continente Americano, es casi seguro porque así
ha quedado demostrado, que la masonería se fundó simultáneamente en el
Antiguo y en el Nuevo Continente, puesto que lo denuncia, la presencia
de las pirámides de Teotihuacán, Chichén Itzá, Uxmal, Palenque,
Cholula y otras más en México; cuya identidad y similitud, van con las
de Egipto, eso puede comprobarse fácilmente, puesto que dichas
construcciones parece que tuvieron usos similares, o cuando menos
existe entre ellas cierta hermandad arquitectónica, comprobada por
medio de los estudios arqueológicos hechos sobre las referidas
estructuras que vienen a demostrar, que existieron esos lazos
fraternales de aquellas épocas, aun cuando por lo que respecta al
lenguaje jeroglífico, varían como es natural.

Las semejanzas aludidas bien pueden ser una prueba elocuente, de que
en el continente Americano, se fundaron también agrupaciones de
obreros, artesanos, arquitectos y demás, con una organización similar,
a la que adoptaron las de Asia, África y Europa, aunque tampoco
existiera en aquella época el encadenamiento fraternal, precisamente
por haber perdido el probable contacto continental primitivo que debe
haber existido entre Asia y América.

Los anteriores razonamientos nos hacen creer que los toltecas,
aztecas, mayas y tlaxcaltecas, practicaban los rituales masónicos,
puesto que sus sabios y sacerdotes poseían muy vastos conocimientos
sobre la astronomía y demás ciencias naturales; porque tenemos varias
demostraciones palpables, como lo es el calendario azteca, las propias
pirámides y la traducción de infinidad de inscripciones jeroglíficas,
que aparecen grabadas en los templos, monumentos y sepulcros de sus
antiguas ciudades.

Todo lo anteriormente expresado no deja de ser sino una serie de meras
hipótesis fundadas más o menos en argumentos científicos, pero que
también han sido objeto de duras y variadas discusiones, sin que se
haya llegado a establecer un razonamiento concreto en pro o en contra
de tal aseveración.

Veamos ahora en qué circunstancias ha venido transformándose la
antigua, en moderna masonería, que según se ha podido demostrar, sólo
se vino perdiendo su encadenamiento a través de los siglos a causa de
la constante persecución de que ha sido objeto, por parte de la
intromisión de las creencias fanáticas religiosas y sectarias; me
refiero a las de origen netamente oscurantistas y retardatarias,
aunque también se debió a las prohibiciones dictadas por los gobiernos
despóticos, autócratas y totalitarios, y por último, a las épocas de
la decadencia provocada por esas mismas causas, en que se vio envuelta
la masonería al intervenir directamente sobre los asuntos políticos.

Los motivos para que nuestra institución haya sido perseguida y aun
prohibida desde la más remota antigüedad, se debe a que siempre ha
propagado entre sus miembros y aun dentro del ambiente del mundo
profano, las enseñanzas científicas; a fin de combatir al oscurantismo
y velar por las libertades sociales; esas sublimes doctrinas, han sido
dadas a conocer de conformidad con las exigencias de las diferentes
épocas que ha vivido la humanidad, y también de acuerdo con la cultura
de los pueblos; es decir, que en todo tiempo las tendencias de la
masonería, han sido las de luchar en contra de las tiranías,
protegiendo siempre al débil, en contra del más fuerte, señalando a
cada quien sus deberes, así como la forma en que deben hacer respetar
sus derechos, para que de esa manera, sepan que existen los medios en
que puede vivir la humanidad en completa armonía.

Saber respetar, para conseguir ser respetado; es la manera de poder
apreciar la principal circunstancia que nos ha traído como
consecuencia natural, que nuestra institución sea la más perseguida
por los gobiernos arbitrarios, por los cacicazgos despóticos; para
contrarrestar ese ambiente de hostilidades gratuitas, para defenderse,
para poder continuar esa grandiosa labor contra el fanatismo  y liberal
dentro del orden democrático. Alcoseri. Se tiene que proceder a esa selección
cuidadosa de sus elementos e implantar los medios secretos, para
propagar sus principios, preceptos, máximas y doctrinas; ésta es la
causa por la cual antiguamente nada se había escrito a ese respecto;
por el contrario, cuando se consideraban descubiertas las actividades
masónicas, en cualesquier lugar, se procedía desde luego a destruir
todo aquello que pudiera revelar su existencia; esto, como es de
suponerse, fue una de las principales circunstancias que originaron la
falta de datos precisos o concretos sobre su existencia, evolución y
encadenamiento a través de los siglos, hasta nuestros días.

Ahora veremos cómo viene desarrollándose esta serie de persecuciones
gratuitas y se justificará razonablemente la causa de lo obscuro de su
historia.

Principiaremos por remontarnos hasta el año 706 a.C., que fue la época
en que la masonería floreció en Egipto y demás pueblos del Asia Menor;
se sabe que en aquellos tiempos fue cruelmente perseguida por sus
implacables enemigos los monarcas tiranos y opresores de los pueblos,
tales como Nabucodonosor, quien ordenó el exterminio de los masones y
la destrucción total de sus templos, toda clase de herramientas,
emblemas, símbolos y alegorías; esto contribuyó a que la misma
fraternidad se encargara también de hacer desaparecer todo rastro
comprometedor, y como es de comprender, esa situación igualmente
contribuyó a que se perdiera cuando menos temporalmente, su
existencia; así como los datos auténticos sobre sus usos y
costumbres.

En aquella época Sedecías, el Gran Maestro de la Orden, al frente de
sus más fieles obreros, trató de defenderse y lo hizo heroicamente en
contra de sus perseguidores, por lo que aquella desigual lucha se
tornó terrible, y nuestros hermanos tuvieron que ser vencidos, por la
superioridad numérica y ventajosa de las hordas salvajes e ignorantes
a las órdenes del tirano, quienes todo lo destruyeron a su paso. A los
que cayeron prisioneros los sujetaron con cadenas cuyos eslabones
afectaban la forma triangular, para demostrar con esos aquellos
hombres, el desprecio que sentían por el DELTA SAGRADO.

El cautiverio de dichos hermanos, duró sesenta años, o sea, hasta
cuando Zorobabel ascendió al trono, en el año 676 a.C., quien
inmediatamente decretó que todos los masones fueran libertados, a la
vez que fueran también repatriados los que habían logrado huir; una
vez reunidos, procedieron inmediatamente a reorganizarse, pero ya bajo
otros sistemas, formando nuevas y más fuertes agrupaciones de obreros
libres, principiando desde luego, a la reconstrucción de sus demolidos
templos; pero esta vez, procedieron a trabajar con la TRULLA en una
mano y la espada en la otra.

Sin embargo, como resultado de aquellas frecuentes dispersiones,
provocadas por la tenaz persecución de los enemigos de la masonería,
resultó que muchos de sus agremiados emigraron, diseminándose por
todas partes del mundo conocido hasta entonces; pero llevado siempre
consigo las ideas, las prácticas y las enseñanzas socialistas y
democráticas, que posteriormente lograron propagar hasta la misma
Europa.

También se tienen datos de que los cuerpos organizados en el Viejo
Continente, fundaron primero en Alemania, allá por el año 871, algunas
sociedades de artesanos que adoptaron el nombre de GUTTEN LODGE con
apariencia netamente gremiales, no obstante que dentro de sus
actividades, inculcaban a sus adeptos, las ideas del socialismo
democrático y se reconocían como ahora lo hacemos nosotros por medio
de signos, palabras y tocamientos, sus útiles y demás medios de
adiestramiento e instrucción, los constituían una serie de cuerpos
geométricos, sus herramientas de trabajo consistían en la cuchara,
martillo, cincel, regla, escuadra y demás, pero como también fueron
perseguidos los miembros de esas agrupaciones optaron por celebrar sus
sesiones dentro del más absoluto secreto y en lugares tan sólo
conocidos por ellos.

Pero debido a la siempre tenaz persecución de que fueron objeto las
logias alemanas, muchas de ellas fueron descubiertas y disueltas; sus
obreros se dispersaron por todo el continente europeo hasta llegar a
las Islas Británicas, en donde aunque estaban todavía desmoralizados,
no perdieron su entereza, ni sus deseos de proseguir su labor
benéfica; y resolvieron continuar trabajando hasta lograr enrolar nada
menos que al príncipe Edwin, quien una vez iniciado, obtuvo el permiso
del rey de Inglaterra, su hermano, para fundar una gran logia en la
ciudad de York, acto que tuvo verificativo mediante la reunión de una
gran asamblea, por el año 926, siendo Edwin el Gran Maestro de la
Orden en el reino; en esa época se fundaron logias en todo el país y
debido a ello, la masonería tuvo una época de gran florecimiento
dentro del Imperio Británico; recibió entonces el sistema masónico el
nombre de RITO DE YORK; no tardó mucho en caer bajo la acción de la
política, y de entre su seno, surgieron algunos soberanos tales como
Guillermo III, en el año 1702, pero una vez en el trono
lamentablemente descuidó a la institución, puesto que en toda
Inglaterra solamente trabajaban escasas cuatro logias residentes en el
Gran Oriente de Londres; circunstancia por la que nuestra orden volvió
a decaer; esta vez no se trataba de las persecuciones, sino de la
apatía reinante entre sus elementos, al grado de que pronto vino la
anarquía, fue entonces cuando se hizo necesario emancipar a nuestra
institución de la política, lo que se pudo conseguir hasta el 24 de
junio de 1717, fecha en la que la confraternidad, tuvo que organizar
una Gran Logia Libre e Independiente, bajo la acertada autoridad y
dirección del gran maestro Anthony Sayer; se constituyó con el
concurso de masones bien intencionados y seleccionados; esta
organización desarrolló una labor por demás digna y ejemplar, fue la
que orientó e implantó los sistemas orgánicos, principios, dogmas y
doctrinas que hasta la fecha se practican no sólo en aquel país, sino
en el mundo entero, llevando como base a los antiguos y aceptados
preceptos fundamentales, contenidos en los LAND-MARKS.

Posteriormente, se fundaron ya, en forma oficial, los Grandes Orientes
de Francia, Suiza, Italia, Alemania y España bajo los mismos
lineamientos, tenido lugar dichos actos por el año de 1721; no cabe
duda que después de la creación de los grandes cuerpos antes aludidos,
la historia fundamental de la masonería actual, se encuentra
documentada definitivamente desde el 24 de junio de 1717.

La fundación de la masonería en América, y sobre todo por lo que
respecta a México. Se tiene conocimiento de que la primera logia que
se instaló en el continente, después de la conquista, fue por el año
1806, en el puerto de Veracruz, desde esa fecha ya se tienen datos más
o menos precisos, sin embargo, algunos historiadores masónicos,
aseguran que fue en la ciudad de México; pero lo cierto es que tampoco
a ese respecto existe unidad de criterio; por ello asegurar con
exactitud esta última afirmación resulta algo aventurado, porque
existen datos irrefutables, para afirmar que la cuna de la masonería
mexicana y aun de la propia América, es el puerto de Veracruz, y la
primera logia que se fundó en dicha ciudad fue bajo los auspicios del
rito YORKINO, que prevaleció en forma dominante en todo el país, hasta
el año de 1813, fecha en que los masones españoles, introdujeron en la
entonces colonia de Nueva España, el rito escocés antiguo y aceptado;
parece que fue en la ciudad de México, en donde se fundaron los
primeros cuerpos masónicos pertenecientes a ese rito, de donde
posteriormente se extendió por medio de la instalación de otras logias
por todo el territorio nacional, y más tarde también al resto del
Continente Americano.

Pero con el tiempo de la misma manera sucedió que la masonería
mexicana de ambos ritos, con casi la totalidad de sus logias
establecidas en aquella época, desgraciadamente también cayeron bajo
la influencia de la política imperante en el país; aquellos cuerpos
masónicos fueron perdiendo su popularidad como logias libres e
independientes, desmoronándose irremisiblemente, a causa de la
renuncia de muchos de sus buenos elementos, causando ello la más
completa desorganización.

Como en ese tiempo, ya en México, existían dos grandes logias, la
YORKINA y la ESCOCESA, mismas que entre sí, casi nunca llevaron
estrechos lazos de fraternidad como en la actualidad, resultó que la
Gran Logia del rito Yorkino por el año de 1820, trató de reorganizar
sus elementos con el fin de ver si era posible emanciparse por
completo de la política, pero como todas sus demás logias se
encontraban diseminadas y también desorganizadas, no le fue posible
lograr sus propósitos; circunstancia por la cual, muchos de sus
referidos cuerpos, aisladamente pidieron nueva carta patente pero esta
vez directamente a la Gran Logia de Nueva York, lo que consiguieron,
quedando entonces bajo el control de aquel alto cuerpo extranjero.

Como no terminó ahí el estado caótico de la masonería mexicana,
resultó que muchos de los hermanos pertenecientes a ambos ritos, no
conformes con la situación que prevalecía dentro del seno de las
grandes potencias de la masonería en México, optaron por el año 1823,
consagrarse a fin de entablar pláticas y discutir la conveniencia de
fundar o de instalar en el país, una masonería de origen netamente
mexicano; después de grandes debates y acaloradas discusiones, no
llegaron a ningún acuerdo.

Por aquella época, no obstante los estragos que causó la guerra de
Independencia, así como las constantes luchas intestinas posteriores,
la situación de nuestra Orden continuó en plena decadencia; aun cuando
tuvo Grandes Maestros como don Guadalupe Victoria, don Vicente
Guerrero, don Guadalupe Gómez Pedraza, don Valentín Gómez Farías, don
Javier Echeverría, don Nicolás Bravo, don Benito Juárez; en cuya época
o sea hasta el año 1858, poco antes de la guerra contra el imperio de
Maximiliano de Austria, fue cuando el gran patricio convocó a una gran
asamblea a la que asistieron representaciones de la mayoría de las
grandes logias en los Estados; después de acalorados debates y largas
discusiones, se resolvió crear el famoso RITO NACIONAL MEXICANO; el
cual se enfrentó al funcionamiento del ESCOCES y del YORKINO; sin
embargo, en esas condiciones continuó sus trabajos la masonería
mexicana, teniendo al frente en diferentes períodos a los Grandes
Maestros, don Melchor Ocampo, don Sebastián Lerdo de Tejada, don
Porfirio Díaz, don Ignacio Altamirano y otros.

Lamentablemente y al igual que en otros tiempos, poco a poco la
masonería mexicana se hizo nuevamente instrumento de los políticos;
como consecuencia inmediata volvió el desprestigio y la disolución en
sus filas, por lo que más tarde se declaró su desaparición, no
obstante a que hasta la fecha todavía existen una que otra logia que
aún practica ese ceremonial de origen mexicano.

Vino desde luego la reorganización de las grandes logias de los ritos
Escocés y Yorkino, que hasta nuestros días continúan trabajando
regularmente.

Haciendo un resumen de lo ya tratado y aclarado, llegamos al
convencimiento de que la historia de la masonería universal, tiene su
origen en las antiguas agrupaciones gremiales Democrático-Socialistas,
Dionisiacas y Esenias, por lo tanto, bien puede ser que nuestra
actual institución, tal y como lo conocemos ahora, constituya la
continuación de aquéllas en que se adaptaron los grandes ideales;
puesto que son preceptos y doctrinas que se han venido propagando a
través de los siglos y las edades, hasta llegar a nosotros en forma de
lo que ahora conocemos como nuestra grande y augusta institución; lo
único que se había perdido, es el encadenamiento, anteriormente roto a
causa de las persecuciones de que siempre ha sido objeto nuestra
orden, a la que ahora reconocemos como una agrupación única; pero con
las variantes propias del progreso y el modernismo, cuya evolución
dentro de las actividades humanas nos han traído otros tiempos, otras
costumbres; y otras modalidades, además de los adelantos propios de la
actual civilización; por lo tanto, no nos queda más que exclamar;
¡LOOR A LA SUPREMA MASONERIA!

Escrito por  el Q:.H:.  ADOLFO TERRONES BENITEZ

Y el Q:.H:.ALFONSO LEON GARCIA

http://groups.google.com/group/secreto-masonico



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