.Presentacion
**Era una calida noche de verano, con apenas una fresca brisa de gentiles besos de lluvia acaricicando el santuario de Athena. Apesar de que el astro poeta se habia ocultado ya, y el cielo teñido de matices negros y azules marinos, un agradable calor se sentia en aquellas tierras griegas. La dama de plata bañaba con sus rayos los 12 partenones zodiacales, quebrantando las sombras y pintando todo de blanco. Y presicamente ahi, en el santuario de Athena, donde los mas valientes hombres entrenan para convertirse en caballeros defensores de la justicia, el amor y la justicia. Y es precisamente en aquel lugar;hogar de los santos, los que desgarran el cielo con las manos y destruyen la tierra con sus pies; es donde esta historia se desarrolla. Y justo fuera de la casa de capricornio, el decimo recinto del zociaco, es que se ve a una figura pasearse tranquilamente entre los viejos caminos de piedra y los pequeños brotes de plantas que ahi crecern. Su adonico cuerpo era bañado por los besos de brisa, aunque esto no parecia molestarle en absoluto al joven, quien solo contemplaba al cielo, a la dama de plata, pensativo. Su humanidad era cubierta por una de las legendarias armaduras de oro, la cual brillaba como un pequeño sol en aquellos momentos de luna, y a su eslapda una capa tan blanca como la nieve jugueteaba al compas de el calido viento que recorria aquella noche. Su rostro era atractivo, de tez clara y cabello tan negro como la misma noche, mientras que susn ojos adquirian tonalidades miel bajo la luz de la luna. Su cabeza era cubierta por un yelmo facilmente reconocible, adornado por dos largos cuernos asemejando a los de una cabra de ensueño. Era claro quien era aquel personaje. El guardian de el decimo recinto de el zodiaco, el caballero dorado con el don de la espada legendaria, El Cid de Capricornio. Guerrero valiente y orgulloso, solo los de su estipre podran enfrentarse al mal**
.Elevacion
**Fue entonces que, en aquella noche tan apacible y aun siendo acariciado por la fresca vrisa en aquella calurosa noche de verano, que el santo se quedo inmovil. Ya no recorria, como paseante de la vida, los exteriores de su templo en Grecia, y aquella mirada perdida en el horizonte se habia convertido en una mueca de seriedad impenetrable. Fue entonces que de las sombras, y como con la velocidad de un rayo, tresfiguras conocidas en el santuario se postraron frente al caballero de oro fuera de la decima casa de el zodiaco, dejandolo rodeado. Sus cuerpos eran iluminados poruna luz purpurea que ellos mismos emitian, sin embargo sus cuerpos eran cubiertos por armaduras familiares para el de la cabra celeste. Eran tres caballeros de plata, que dias atras, habian sido enviados a una mision de la cual no habian regresado y se presumia su muerte. El exsanto lider parecia ser el caballero de la constelacion de Cerbero, acompañado por el santo plateado de Auguria, y el de Perseo. Los tres elevaban su cosmos, ahora lleno de rabia y rencor y cubierto de la delicada capa de muerte, frente al dorado de capricornio. Entonces Cerbero se atrevio a hablar ronca y rasposa...-Somos antiguos santos de Athena... Muertos en batalla... Que recobraron la vida por gracia y poder del señor Hades... Venimos ahora por la cabeza de Athena... Muevete, santo de oro, o nuestra furia caera sobre ti tambien...- Fue entonces que una mueca sonriente, llena de saracsmo, se dibujo en el rostro de el de capricornio, que al compas de las palabras que dijo a continuacion, una luz del color de el sol comenzaba a rodearlo lentamente, adquiriendo con cada palabra mas y mas fuerza...-Nadie puede vencernos. Solo los santos de dorados podemos proteger fielmente a Athena... Incluso despues de muertos debemos serle fieles...- Entonces al terminar estas frases, el cuerpo de el de capricornio rompia cada sombra con la luz dorada la cual emitia, como un digno santo dorado al servicio de Athena. Incluso la luz purpurea emitida por los tres fallecidos era nada comparada con el pequeño sol de capricornio. El santo de capriconio tenia claro que la conquista y la lucha nunca acabaran, es por eso que la luz del sol y la fuerza del cielo estaran siempre para guiar al guerrero**
.Ataque
**Como un sol, la luz dorada se extendia por todos lados, emitiendo fuerza y poder, ante la cual temblaban los resucitados. Fue entonces que, guiados por el miedo y tal vez, un inconciente deseo hacia la muerte, los tres santos de plata se avalanzaron al mismo tiempo en contra de El Cid. SIn embargo este, con un trio de movimientos por su ahora extendida y tenza mano, y un susurro gentil casi al viento, el cual llevaba un legendario nombre...-Excalibur...- Fue en ese presiso instante que por control de el de la cabra celeste, tres aces de luz delgados y avanzando como truenos, impactaron a los santos resucitados, dejandoles un corte certero y mortal. Antes de haber estado a la distancia apropiada para atacar, la tecnica de El Cid ya los habia vencido, dejando a los tres tirados en el piso, bajo la fresca lluvia, mezclando su sangre con el agua que de arriba caia. El santo de cerbero, con sus ultimas fuerzas habia levantado su cabeza, y mirado con unos tranquilos y apacibles ojos claros al de capricornio, diciendole simplemente...-Gracias... Seremos santos de Athena hasta el final...- Y en ese presico instante, la vida que a los 3 les habia sido concedida por Hades, acabo. Y ahora con la luz de su cosmos extinguida, el santo de capricornio, sumido en melancolia, recojio los cadaveres de sus hermanos de plata y , ayudado por su cosmos, logro abrir tres tumbas por un costado de la casa de capricornio, donde ahora descansan los santos de plata. Contemplativo, y un poco deprimido por la desicion y nueva muerte de sus camaradas athenienses el santo solo pensaba en el dios de los muertos. -Forjador de Infiernos...¿Te sientes feliz en tu trono de muerte?¿Sentado sobre los huesos de estos guerreros? Se bien que te saboreas en la sangre de la batalla...- Entonces, en un instante, despues de haber dejado enterrados los cuerpos de sus camaradas, pronuncio al viento, como ultima plegaria para los de plata...-Adios hermanos... Adios, Santos de Athena...-Y volvio dentro de su templo y casa zodiacal. El Cid sabia que esta guerra acababa de comenzar, y que la gloria exigia conquistas y el futuro...sacrificios**
Atte.
[[ Sin riesgo en la lucha, no hay gloria en la batalla ]]
|