Hasgard aparece por primera vez hablando con Dohko en la casa de Tauro sobre la misteriosa actitud de Asmita. Es maestro de tres aspirantes a santos: Salo, Senlisa y Teneo, a los cuales les debe su gran tenacidad. Se enfrenta a los espectros muertos por Alfabika, entre ellos Byaku del Nigromante, Mariscal de Minos, y los destruye sin dificultad alguna; luego llega Kagaho de Bennu buscando a Dohko, pero Aldebaran le hace frente. En la batalla, Aldebaran le demuestra su poder utilizando su Great Horn. Luego trata de convencer a Kagaho de que no debería estar del lado de Hades ya que no tiene nada que ver con los espectros. Pero Kagaho lo golpea y lo ataca con su técnica Crucify Ankh quemándole la cara y quitándole un ojo. Dohko llega al lugar y al ver al Santo de Tauro a punto de morir, se enfurece y está a punto de pelear con Kagaho, sin embargo Aldebaran se libera del Crucify Ankh y utiliza Titan´s Nova, su más poderosa técnica, lo vence y regresa al santuario acompañado de Dohko y de sus alumnos. Se encuentra junto a Sísifo de Sagitario cuando Hades llega al Santuario y se enfrenta contra Violate de Behemont, sin que esta pelea tenga un ganador (Hades escapa del santuario llevandose a sus espectros). Dias despues del ataque de hades en el santuario Aldebarán reaparece en el templo de Virgo despidiendose de Asmita mientras analizaba la situación al salir del templo sospecha algo raro sobre el santuario como la presencia de murcielagos. Mientras que entrenaba con Tenma es atacado por 2 asesinos (Cube de Dullahan y Wimber de Murciélago), en una dura batalla muere bajo el Death Messenger de Cube no sin antes acabar con sus dos oponentes. El tenía una personalidad fuerte pero amable con un gran sentido del honor actuando como un maestro para todos aquellos que lo conocian en especial con los más jovenes incluso con sus oponentes.
**Los rayos dorados del sol matutino se cuelan por entre los pilares que refuerzan y sostienen las doce construcciones de estillo griego, en las que se representan las doce constelaciones mas importantes del Zodiaco y en las cuales se distribuyen uniformemente doce guardianes en cuyas vestiduras doradas se guarda la refulgencia furiosa del mismo Sol, siendo la segunda de ellas en donde se focaliza la atencion del momento, y en cuyo interior yace de pie la efigie dorada de su respectivo protector, manifestandose en una silueta bastante solida y fornida que se deja ver en aquel sitio, sindo la misma correspondiente a un ente aparentemente abstracto, pues del mismo solo se percibe una maciza torre de oro puro, con dos antebrazos cruzados majestuosamente frente a sus pectorales y un par de filosos y curvados cuernos rematando sobre su cabeza**
**La aparicion de aquella entidad espectral frente a sus ojos, aun prosodicos bajo el manto de sombras que su yelmo produce, hace que en sus labios gruesos y pronunciados se dibuje una sonrisa en lo que su ronca y profunda voz invade el segundo partenon cuando este proclama -De ninguna manera permitire que llegues mas alla de Tauro con vida, sucio espectro.. Vete de aqui si no quieres que te enseñe a respetarme!-. Sus antebrazos se mantienen cruzados frente a su pecho, mientras que desde su gigantesco cuerpo comienza a dimanar una tenue llamarada de luz dorada, en la que se representa el perfecto conocimiento del cosmos poseido por el titanico guerrero. La presion ejercida por su cosmoenergia hace que su larga cabellera violacea se agite por los aires, al igual que su larga capa que pende tras su espalda, sostenida por sus anchas hombreras en las que al igual que en sus rodillas y codos, se dejan apreciar detalles picudos, cuyas puntas titilan con fuerza al contacto de la luz que el Taurino produce, con la fuerza del universo interior que arde en su espiritu**
**Al ver que el espectro se niega a retirarse, el gigante decide cruzar sus brazos a la altura de su cintura, dejando que su cosmoenergia fluya al maximo posible y se concentre en sus fornidos antebrazos, que se mantienen cruzados hasta subir a la altura de su abdomen. Al llegar ahi, un enorme destello de luz se suscita, tan profundamente brillante y cegador que pareciera que el caballero de Tauro estuviera abrazandose al Sol, para luego soltarlo al descruzarse sus brazos y ejecutar un medio giro por encima de su cabeza, extendiendose al maximo posible de su largo, con sus palmas abiertas y en su voz un atronador rugido -Si asi lo quieres... Gran cuerno!-. Desde el centro de cada una de sus manos se proyecta hacia el frente un rayo dorado, entremezclandose entre si para generar una sola masa de energia luminiscente que viaja a la misma velocidad aplicada a la Luz en el vacio, llevando en aquel golpe la misma fuerza que posee la embestida del legendario animal, el bufalo de los cuernos de oro e intentando aplicar aquel mortal golpe sobre el pecho de su oponente, buscando derribarlo con violencia**