**El viento
cálido se hizo presente en el mundo terrenal, llevándose consigo las hojas
verdes y partículas de polvo que se desprendían del suelo solitario que
dominaba el Partenón, donde doce casas custodiadas por grandes guardianes se
alzaban en pura ostentación, recibiendo a pleno día la luz solar, su calor que
hacia brillar cada un de sus paredes sin intervención ninguna en la bóveda celeste,
que a pesar de mostrar nubes a lo alto del cielo y avecillas surcando el
azulado terreno no lograban interrumpir el paso de su presencia en la tierra,
dominaban lugares oscuros, dejando que las sombras tomaran en su posesión apenas
un pequeño porcentaje de esquinas donde el suelo y las paredes eran sus
principales presas, sobre todo lugares que se mantendrían cerrados, tal cual
fuese el sexto templo custodiado por el signo de virgo, este se alzaba como si
fuese la misma edificación la que dejara salir energía, el ambiente no era
pesado, una paz inconfundible se sentía a penas subir las escalinatas y
acercarse a 3 metros de distancia de la entrada, era un panorama único, el
ambiente cambiaba de un paso a otro, circunstancias que quizá sorprenderían a cualquier
extraño o visitante, sin embargo dentro de la misma casa se situaba la razón de
tan magnifico cambio, una presencia que se mantenía al centro con un resplandor
doráceo en su fisonomía, delineando a detalle cada parte de su cuerpo pudiendo
descubrir que era femenino y no masculino, una posición que sentenciaba
tranquilidad se mostraba relajada dejando caer tras suyo sus cabellos áureos en
conjunto de un vaivén por una tela blanquecina que colgaba de sus hombros, sus
orbes cerrados se encontraban en signo de completa meditación, dándole al lugar
la debida protección al fundir su cosmos elevado con todo su alrededor,
haciendo de dos esencias diferentes una sola y armoniosa; situada la amazona de
virgo en la legendaria posición de loto agudizaría sus sentidos al privarse de
uno, la vista, siendo entonces que aquel porcentaje correspondido a sus orbes
fuese repartido entre los sentidos restantes y de esa forma estar alerta a
cualquier cambio o visitante que tan solo se acercase en aquellos instantes**
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