*Viejas montañas se erigían sobre un horizonte que ha desaparecido de la vista de la efigie que arriba con ímpetu en un nuevo paraje, desconocido previamente, uno en donde se desatará el final de aquella situación tenaz, después de tantos caídos, tantos sueños e ilusiones, recabando con ello el ánimo de un ejército entero. – Al fin… Hades, ha llegado la hora – Sólo esto exclama, sólo estas palabras se oyen de su boca y esto resume la intención de ese que porta la protección de la Sétima Casa del Zodiaco, ese a quien le han encargado el manejo de las Doce Armas. Y en tal camino, sólo los pasos s escuchan, alternados, equidistantes en tiempo y espacio, augurando la determinación de aquella misión del Guardián de la Balanza, quien perfila con sus ojos marrones la dirección e su camino, avanzando se denuedo, con el corazón henchido de la decisión que ahora recae en estos momentos precarios, sobre toda la humanidad, sobre todas las formas de vida, ahí donde la orbe resalta la pintura espectral y bella, que ha de sumir en la oscuridad a las almas mismas. “Hermanos, seguiremos hasta el final, por Athena”. Cierto fuego rechista en esos ojos, y cierta tensión delicada figura en una sonrisa fútil, en tanto que continua adentrándose, siendo el primero de entre quienes han sobrevivido, cuál si fuese el estandarte de una tropa justiciera.*

Dohko de Libra

*El trote continuo, con ese retintín cíclico y preciso del taconeo, se detiene de pronto. La tez del Dorado se eleva hacia la voz inesperada. – Y tú quién eres? – Interpela directamente hacia el rostro de aquel mentado, más de repente observa alguna similaridad en este personaje. “Su rostro, puedo sentir que lo conozco, sin embargo no puedo recordarlo de ninguna parte, quién será” Piensa de esta forma, en tanto que yergue su postura, dejando los brazos caídos a los lados, más cierto aire combativo hacen notar la premura en esta efigie. – No tengo tiempo para perderlo contigo, debo avanzar y entrar al primer Templo – Y con esta exclamación los puños se cierran, más no da un paso, sintiendo alguna sensación que lo hace permanecer en aquel lugar, con el fin de averiguar acerca de esta situación. “Esto es muy raro, creí que deberíamos pelear dentro de los Templos… Este sujeto debe ser un Espectro de todas formas y deberé enfrentarlo antes de que llegue Athena”, sólo en este punto, el entrecejo se arruga y la rigidez y estoicismo hacen verse en al mirada fija del Santo de Athena.*

*El garbo y la parsimonia del Librano no se transforman en otra característica evidente, mientras mantiene la mirada sobre aquel sujeto. “Qué!?... Ha dicho que soy el Maestro de su hijo?... “ En ese momento los ojos del Librano resaltan de gran sorpresa, como si una luz cruzase por su mente, en un momento de lucidez y comprensión. – Por eso! Por eso creía que te reconocía! Te pareces a Tenma… Has dicho que eres su padre?... No es posible, todo ellos eran huérfanos cuando los encontré y nunca hubo ningún registro acerca de su familia… Es muy extraño. – Confuso argumenta estas palabras, mientras alguna tensión se aglomera en su cuerpo, como evidencia de esta situación. “No sólo su apariencia, sino sus palabras son muy extrañas, por qué habla del futuro? Que clase de poder tiene este Espectro? Logro sentir gran fuerza proviniendo de él…” La mirada se tensa aun más, y acerada no deja de fijarse en ese que es objeto de sus pensamientos. – Aun no me has dicho quién eres… Pero de todas formas debo derrotarte cuanto antes. – Y con esto algunos corpúsculos esmeraldas nacen con completa naturalidad y fluidez desde su cuerpo, en tanto que la capa blanca se mece suavemente por efecto de esta energía que fluye suave y cálida. "Athena, Tenma y lso otros están cerca, si él en realidad es el padre de Tenma, muy probablemente lo desconcentrará, debo impedir a toda costa este encuentro, el Santo de Pegaso es el único que ha herido a un Dios desde la mitología, y aun más en esta época con tantos lazos cruzados"*

*”Sabe mi nombre!” la reacción es casi inmediata en este Dorado. “No puede ser… Es un Espectro muy extraño y además tiene un poder inmenso…” Razona de esta manera, mientras que su cuerpo parece rechistar ante lo mencionado por el oponente, constriñendo sus músculos en una reacción instintiva ante la amenaza velada. – Eres un sujeto realmente perverso, acaso te crees con la autoridad para dominar la vida de las personas como marionetas? No me derrotarás Youma, debo avanzar y lo haré! – Y con esto, la mirada proyecta furor y furia que se acrecientan en los matices esmeraldas que cobran mayor intensidad y volumen, a la par que el brillo que recrean es mucho más notorio, en tanto que dicha expresión de energía pareciera recrearse como lenguas de energía pura que ascienden y enarbolan la figura del Santo de la Balanza, cuyos puños se adelantan y se aprietan con tenacidad. “Debo tener cuidado con él, no sé de que será capaz, pero no es un Espectro cualquiera” De repente a la espalda del Librano se plasma una figura altiva, potente y poderosa, la faz rugiente de un Tigre Oriental, llameante y lúcido como el aura del Atheniense, Tigre que somete a su entorno a la presión de su pesado y profundo rugido, mismo que resume la actitud determinada del Guardián de la Séptima Casa. – Youma, prepárate, porque deberás devolverte con el orgullo de tus palabras a la era de la cuál perteneces. -*

*”Insolente… Aunque ese comportamiento hostil lo he reconocido en Tenma, probablemente de este sujeto venga ese lado belicoso… Aunque en el fondo la diferencia es enorme, mientras Tenma pelea por defender a sus amigos, siempre listo a demostrar su fuerza, este sujeto pretende dominarlos a todos… Es extraño, aunque probablemente ahí esté la relación con Mephisto, y ante él, sólo una cuestión puede resultar” Con este razonamiento un ligero rechinar de dientes se detiene, mientras tanto la figura del Dorado refulge con mayor ímpetu, en una alborada esmeralda, potente y de gran resplandor y volumen, con la alba capa meciéndose casi sin control, así como sus cabellos marrones. – Youma, has olvidado que a veces los directores de las obras, en realidad no son más que actores secundarios de otro gran escenario! – Entonces cada milímetro del cuerpo Atheniense, se alumbra con gran candor, especialmente la diestra, en tanto que la presión energética que libera, causa algún desbalance en la ruta de los vientos y un movimiento inusual en piedras y rastrojos de mármol. Con intrepidez, extiende un salto con gran precisión a un pilar cercano al del demonio del Inframundo, mientras que toda su silueta se enmarca en aquel albor verdoso, rasgando el aire con aquel puño flamígero. Apenas haciendo contacto con este pilar, sus piernas generan un rechazo tal que la superficie de apoyo de la estructura columnar, se destruye, y en carrera directa y aérea, con una potencia inusitada, propia de la élite del Ejército de la Diosa de la Guerra. – ROZAN… - En ese punto, toda su figura se ilumina aun más fuerte, mientras que el brazo derecho se pega aun más al costado. – RYU HI SHO!! – Un rugido se libera ene l entorno, al punto que al respaldo del Dorado, un Dragón parece apropiarse de su brazo diestro, dándole así al guía de arranque, la dirección e su embate y al potencia de su avanzada, movimiento lustroso y brillante, que se desarrolla en dirección del costado diestro del Espectro, en tanto que la presión del aura verdosa ilumina aquel entorno, seccionando sectores del lejano suelo y de las cercanas columnas, en tanto que la furia del Dragón, arremete con potencia de la mano del puño dorado.*