** El febo prepara su nuevo andar sobre su carro de bellos alazanes blancos, coronados con crines de fuego, avanzando incansablemente sobre el firmamento, haciendo huir con aquellas lineas doradas, la oscuridad nocturna, asomando con briosa sagacidad por entre montes y valles, alumbrando la vista a los sempinternos dioses que observan mudos el ir y devenir de los humanos, a veces tomando participacion, ha veces siendo netamente pasivos, y mientras en el cielo el febo camina sin receso e inexorable paso, abajo una silueta es recortada contra esas mismas lineas doradas, lleva un manto a modo de cubierta, que porta una capucha que cubre su rostro, dejando apenas visible la parte de un rostro enmarcado por las vetustas marcas del tiempo y la vejez, el cabello es blanco, mas no se sabria decir si en tiempos anteriores habia tenido color, su rostro, escondido por la penumbra proyectada por aquellos ropajes es rustico y adusto, frio, labrado por la inclemencia del tiempo y los elementos de la tierra, sin embargo se mueve con soltura y fuerza, camina con paso firme, ondeando aquella cabellera al viento, se adentra por las escalinatas aledañas al poblado de Rdorio, buscando pasar desapercibido al entrar en el santuario, lejos de aquella guardia que se ha colocado a raiz de los ultimos acontecimientos, pues las fuerzas de Hades ya habian intentado adentrarse en el santuario, aunque todavia sin grandes avances, sabia de antemano que aquel camino era poco transitado, y que nadie podria verle, asi que con paso apurado se adentra llegando ya casi a las afueras del santuario, se detiene unos instantes para admirarlo mientras susurra casi al viento -- Tiempo ha, que no habia vuelto a este lugar.... ¿ el tiempo no pasa por ti verdad ? -- como si de repente el lugar pudiera escucharle, mientras observa aquellas columnas epicas y labradas, algunos recuerdos viajan en su mente, y una sonrisa triste y amarga aparece, para despues recuperar su desicion y avanza -- No es bueno ocultarme, pero para los fines que tengo que cumplir, por el momento es necesario -- vuelve a recitar en un soliloquio, sigue avanzando con tranquilidad **

** Los ojos quedan ocultos por aquella capucha, mientras se escucha un suave siseo -- tsk -- y una de las manos que va dentro de aquel manto se aprieta [ -- no puedo revelar mi identidad, al menos no por ahorita -- ], piensa, -- No puedo, debo de entregar un aviso al patriarca -- responde con laconismo sin inflexion en la voz, el aire mueve los contornos de aquella capa, pero no logra levantarlos lo suficiente para que se descubriera el rostro de aquel extraño visitante, -- de ello, dependen la vida de muchas personas en el santuario -- indica como argumento, mas sabe bien que poco valdran las palabras, con el toque de queda, todo mundo es sospechoso, lamentó entonces no haber seguido la otra ruta que tenia, sacrificando distancia por velocidad, ahora debe de tomar una accion, enfrentar a un santo, o dar un rodeo que ponga en mas peligro a los habitantes de la tierra**

** El de la capucha no se mueve, mas bien piensa como deberia de pasar, pues la informacion que posee debe de estar lo mas pronto posible en manos de su hermano, el patriarca, el febo sigue inexorable, aquel camino sobre el firmamento mientras abajo aquel guerrero amenaza al recien llegado, sin embargo este no se mueve; -- Por favor, necesito pasar -- mas que peticion, parece ruego, que pasaria si el rostro de aquel guerrero fuese visto, por aquel con quien se ha topado, que reacciones tendria, sin embargo, no se mueve, tendra que luchar si es lo que se necesita para pasar, su cosmo comienza a manifestarse como abvirtiendo al santo de oro lo que puede pasar si no accede a su suplica **

** Todo pasa en un abrir y cerrar de ojos, la velocidad con que se mueve el astado, es facil vista por el extraño visitante, y como si de una presa de hierro se tratatara, su mente bloquea con sutil movimiento aquella patada, misma que le proyecta unos centimetros hacia atras, pero cuidando directamente que no se de cuenta que ha sido su poder mental, el que le ha protegido de aquel golpe directo, sin embargo, se sabe que entre los elites dorados, en mayor o menos medida, se puede reconocer dichas habilidades, los cabellos albos se mueven en conjunto con aquella estela, mientras que la voz cascada vuelve a escucharse -- En verdad os digo, que no deseo pelear... dame paso por favor -- ahora se escucha con autoridad y con fuerza, como si de una orden se tratara, mas consabido es, que dentro de todos los doce caballeros dorados, con quien habia venido a topar, era uno de los mas necios en cuanto a sus deberes cumplidos, por lo que el anciano meditaba ya aquella posible lucha, si aquel santo no mermara en sus intenciones de no dejarle pasar **

** El febo silane, sigue inexorable su camino sobre el firmamento, abajo un suave murmullo nace de los labios del de cabellos albos -- Tsk -- mientras por debajo de la penumbra de aquella capucha unos ojos observan los movimientos, de su oponente, su cuerpo se tensa, y aquellos cabellos se mecen en el contoneo perfecto, pulcro y hasta armonioso al evitar aquellos golpes, no moviendose mas que lo necesario de aquel lugar, su torso se hecha hacia atras evitando la primera patada, pasando el botin dorado a escasos milimetros de su nariz, posteriormente seguido de aquel movimiento se sesga apenas cuarenta y cinco grados hacia su derecha bajando suavemente la diestra bloqueando con la muñeca apenas perceptiblemente y al final su cabeza se ladea lo suficiente para evitar el golpe al rostro, sin apenas moverse de su sitio, una suave sonrisa aparece por debajo de aquel umbral, y una voz imperiosa se escucha -- ¿ No deberias de estar usando esas fuerzas en destruir a los espectros ?, -- susurra aquel sujeto, que ahora se rodea de un aura que emite una sensacion de paz, armonia, pero tambien de firmeza y poderio, ¿ Pero quien es este sujeto, que puede pelear de igual a igual a un santo dorado ?, lo que si es seguro, que aquel extraño visitante, conoce la esencia del cosmo, pues aquella aura argelina comienza a rodearle suavemente, -- Y bien, ¿ Que haras Erushido, de la Constelacion de Capricornio, me dejaras pasar.... o seguiras intentando detenerme? -- la voz se escucha resonante, mientras espera la respuesta, aquella aura se erige suave delimitando todo su cuerpo, la brisa mueve con suavidad los holanes y pliegues de aquellos ropajes que se mueven al igual que el viejo, en un acompasado movimiento **

** Entendiendo que es enevitable la lucha, el anciano actua en forma inmediata, sintiendo con suavidad la celeridad del ataque del dorado, y como si fuera en un pestañeo, aquel cuerpo cancino y viejo, cubierto por una manta hasta la testa ocultando aquella cara, se mueve, o mejor dicho, desaparece del rango de ataque del sujeto, e inmediatamente aparece apenas unos instantes despues justo sobre el costado de aquel salaz guerrero dorado, lanzando la pierna sobre el punto ciego del movimiento generado por aquel, buscando conectar sobre las costillas y desestabilizarlo al mismo tiempo, la extremidad relumbra de una luz blanca, pura, pero firme y segura  **