*Suave y bajo perfecto control la respiración del Samurái refleja la concentración de este, bajo los destellos efímeros de las señales y de los cables cortados. “Parece que tú también entiendes la premura de esta batalla” La espalda sube y baja conforme la respiración se hace más profunda, llenando no sólo de más oxígeno al sangre, sino también de mayor energía, misma que se canaliza por cada parte de su cuerpo, en una ligera contracción muscular, casi instintiva. “Necesito conseguir de esas gemas, no sólo eres muy hábil, sino que estás incluso mejor armada” Una ligera sonrisa interrumpe este momento de quietud en el rostro y cuerpo del espadachín. De repente un alborozo de aire refleja la alteración en la concatenación energética del pelirrojo, en tanto que su postura cambia adelantando su pierna izquierda, flexionándola profundamente, recogiendo así mayor estática y potencia en sus músculos. El brazo diestro se apoya sobre la empuñadura de su sable, mientras el rostro apunta hacia un lugar vacío justo por delante de sus pies. En dicha posición permanece unos cuantos instantes, mientras que el viento a su alrededor parece llevar sin rumbo establecido, de un lugar a otro pequeños rastros de polvo. – Argggh!!! – Con este grito, inicia una avanzada extremadamente veloz en unos cortos pasos, mismos que dan la ilusión de la desaparición del cuerpo del Samurái, y justo en el extremo del robot, ahí donde estuviera su cabeza, las dos piernas se acoplan con gran firmeza, para luego impulsar con potencia el cuerpo del Samurái, y en dicho vuelo el lado izquierdo se contrae alterando el avance lineal, dando lugar a una rotación sobre su mismo eje, y en ese momento, abalanzándose en un curso semi horizontal, adelanta la espada en el ángulo preciso por delante de él, y en un instante separa un tanto la empuñadura, dejando libre una sección corta de la hoja metálica y sobre esa superficie aquella luz que reflectan los fuegos aunados por la joven, se reflejan, y el ángulo de recepción de aquella luz es el preciso para que su reflejo apunte directamente a la altura de los ojos de ella, buscando inundar los fotoreceptores de señales nerviosas. Y entre ese reflejo de luz, la rotación continúa, para que en un instante otra nueva contracción en el lado izquierdo , acerque a este lado del cinto la vaina y la espada fuertemente sostenidas una por la mano izquierda y la empuñadura de la otra por la derecha. – RYü KAN SEN… - Un brillo azulado vuelve a rodear delicadamente al cuerpo del samurái, y en seguida de la hoja que surge veloz y oblicua respecto del eje vertical de la dama, también con un brillo azulado aun más fuerte y vistoso. – TSUMUJI!!! – Un resplandor cual si fuese una onda, surge desde la hoja completamente al descubierto, mientras avanza en un arco sibilante de gran resplandor y poder. El cuerpo del pelirrojo se ve casi en caída sobre el lado diestro de la joven, y desde ese punto junto a la cadera de ella, la hoja relampagueante de la Sabakatou avanza hacia la joven, hacia el sector de la espalda y nuca, con una velocidad que arremete en conjunto con la potencia del brazo y la fuerza centrífuga de aquella rotación.*

* “Eh??, no los vi llegar” Razona el pelirrojo, cuando encuentra interrumpido su ataque por dos figuras extrañas a dicha escena. “Otra vez tu magia Tifa, sólo ella te da esperanzas de ganar en realidad” Razona con cierta frustración al encontrar aquella resistencia y tras el choque de espadas, el joven samurái, interpone el pie derecho sobre el suelo, al punto que se impulsa, aprovechando además la energía desprendida las técnicas encontradas. En su nueva posición escruta la escena buscando a las figuras recién aparecidas como a la invocadora, respirando gradualmente más calmoso, controlando su cuerpo y dejando que nuevamente sus músculos se estiren acoplándose a su tamaño normal después del anterior esfuerzo. “Ahora debo pelear contra 3 oponentes a la vez… No será fácil, pero en realidad sigue siendo ella mi objetivo, los otros dos caerán si ella cae.” Y con ese pensamiento los ojos violetas se fijan con fuerza sobre la joven, mientras que la espada vuelve al cinto y la diestra reposa expectante sobre su hemisferio.*

*Erguido con la vista fija en ambas siluetas, el pelirrojo da un medio paso hacia atrás con la pierna izquierda, dejando que la rodilla de dicho miembro avance un tanto por la flexión. “Tifa, has sido siempre muy impulsiva” un ligero brillo de algunos cables sueltos resuena en aquel sitio reflejándose en la mirada violácea de este joven espadachín. “Aun con tu nueva invocación no dejaré que me derrotes” Y en ese preciso instante detalla las siluetas de ambos, y en ese preciso instante flexiona todo su cuerpo, aumentando la energía potencial de dicha posición, mientras sujeta con fuerza la empuñadura del Sabakatou. – Técnica Batto Jutsu! – Y con este grito, esta aclaración, la mano derecho desenvaina la espada con gran fiereza y velocidad, mientras que el torso y piernas orientan su cuerpo un tanto más hacia el suelo y suceden dos ráfagas de luz azulada, la primera que impacta sobre el sustrato en un ángulo preciso que genera una hondonada, cuya materia es despedida hacia las dos figuras y la segunda ráfaga, ataca el sustrato en un semi circulo por delante del pelirrojo, elevando ambas no sólo una pared de piedras, sino también de polvo que somete toda la escena a completa falta de visión. “Tan cerca…”*

Himura Kenshin - Samurái Vagabundo

*La fracción de tiempo en que el gigante desborda su espada sobre las piedras, recrea aun mayores condiciones para cubrir la escena de polvo y detritos en todas partes. En ese preciso instante, más por el sonido que por otra indicación el pelirrojo capta tanto el salto de la convocadora, como el ataque de la bestia, y aprovechando ese escenario ya oscuro por las luces de emergencia, y ahora aun más denso por el polvo y detritos; el joven realiza un despegue rápido y preciso envainando su espada y dirigiéndose nuboso por los ataques precedentes, opacando su figura en una serie de movimientos precisos y zigzagueantes entre aquellas hondonadas y nubosidades. “Tifa, un arma es una herramienta útil sólo para tus objetivos, pero no puedes confiarte como lo haces con esas ilusiones que son en realidad un arma de doble filo” Con este razonamiento, la tensión muscular de este joven va incrementándose en cada despegue, mientras permanece oculto, de forma que no siquiera sus cabellos rojizos sean notorios en medio de esa escena de destrucción y confusión; y a cada salto, la inercia y potencia de sus músculos se incrementa, al igual que la tensión sobre su brazo derecho, especialmente los músculos de la mano. “Tus ilusiones en realidad no me preocupan, la fuerza en sí misma es inútil, aunque son un obstáculo, no son mi objetivo... Sigues siéndolo tú Tifa.” Entre las sombras, una ligera sonrisa se dibuja en el rostro del espadachín, misma que no dura casi nada, así como él, que no dura más de un instante en cada posición entre sus saltos horizontales por al base de ese lugar derruido.*

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*El polvo por efecto de la gravedad y del aire que se filtra en aquel escenario, va asentándose, hasta que la visibilidad parece restaurarse por completo, pese a algunas partículas que parecen seguir flotando en el aire. “Tifa, me parece que has decidido atacar directamente. Conozco tu habilidad y también el poder de tu magia. Pero eso no hará que frustres mi camino”. Con este pensamiento el pelirrojo aguza aún más sus piernas y espalda, como si fuese una flecha rojiza por aquel lugar, la respiración se oye acompasada con cada impulso, y un rumor cuál si fuese un silbido recorre el lugar, en tanto que cada rechazo es acompañado por una presión exacta para amortiguar y salir despedido en otra dirección, de esta forma a cada impacto se oye un sonido relativamente apagado, y la silueta del joven apenas se hace visible en un lugar, más es el sonido el que delata la posición anterior a cada salto, recorriendo de esta forma todo el lugar, trazando todas las posibles figuras geométricas alrededor de aquella que lo enfrenta. – Tifa, has creado dos figuras sólo como defensa y luego los has hecho desaparecer, espero que con ese te des cuenta que únicamente tú puedes pelear tus batallas, aunque esas figuras sean parte de tus habilidades, no lograrás expresar todo tu poder si tú misma no lo diriges… Aunque todo eso ya lo sabes y creo que lo has decidido en este momento. – Palabras que se oyen desde cada rincón de ese lugar, mientras que el sonido apagado de cada impulso continúa reproduciéndose casi instantáneamente desde varios lugares a la vez. – Esta es la velocidad de la técnica Batto Jutsu, no sólo para desenvainar, sino también para desplazarse, por eso recibí hace tantos años el sobrenombre de Battousai.  – Cierta amargura se oye en las últimas palabras, sin embargo el conjunto de esta oración pretende expresar la naturaleza de estos movimientos. “No importa mi sobrenombre, la verdad es que he decidido trazar un destino diferente para mí” Algunos recuerdos fluyen en su mente, dándole un cariz aún más animoso a sus movimientos, aumentando con ello tanto la inercia como la energía cinética de su cuerpo, y aunque no pudiese apreciar, una sonrisa delicada y casi melancólica se fija en su rostro.*

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*Apenas unas muescas se van formando en el piso, paredes y los restos del mobiliario y cristalería de ese sitio en cuanto los pies o bien uno u otro se posan con tal velocidad que dichas muescas son visibles pasados unos instantes cuando por completo el cuerpo ha abandonado esa posición. “Así que has decidido buscarme… Al fin lucharemos uno a uno y al fin podré conocer tu máximo poder Tifa. Es momento que tus sentimientos exploten y des todo de ti” con este pensamiento el movimiento es aún más veloz, exigiendo la máxima potencia del Samurái, en cuyo rostro perlas de sudor aparecen y un ritmo agitado en a respiración da a entender el esfuerzo realizado por este personaje. “No puedo rendirme, ni desfallecer…” con este pensamiento inhala profundamente aire y en ese momento capta una sensación conocida. – Tifa, me alegra que vengas por mí, ambos sabemos que ya es tiempo de que todo esto termine. – Exclama con sutileza en tanto la velocidad de sus pasos le permite evadir con el espacio y tiempo justo las arremetidas de su contrincante, sin embargo sectores de sus pantalones anchos, así como de su kimono caen, mostrando en  los filos un ligero congelamiento. – Lastimosamente has empleado una vez más tus habilidades mágicas… - En ese preciso instante un brusco cambio en el ángulo de salto ubican al samurái a la espalda de la dama. - … Y aunque tu espada congelada puede ser más mortal, también es rastreable no sólo por las sendas de frío, sino también por ese olor característico del hielo, dos aspectos que he conocido bien de esa habilidad tuya. – Terminadas esas palabras, el brazo derecho se cruza y cierra el puño con una fortaleza excepcional, resaltando cada músculo del antebrazo, así como los nudillos de dicha mano. Coordinando pie izquierdo con brazo derecho, en cuanto el primero pica sobre el suelo el segundo se abalanza con una velocidad tremenda, y en este juego de movimientos hace parte la mano izquierda elevándose a la par que lo hace su homóloga. Como un rayo una figura cruza  en línea recta el espacio,  avanzando con violencia hacia el punto exacto en donde se unen los omoplatos de la dama, justo sobre la quinta vértebra, y en cuanto este rayo se desplaza mortalmente el pie derecho vuelva a picar sobre el suelo abalanzando al samurái en una dirección completamente diferente, dejando en gran suspenso la avanzada peligrosa y potente de la vaina de la katana del joven pelirrojo que se ha vuelto a perder de vista.*

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