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« Grecia: Desafío en Jamir
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De: Lady Athena (Mensaje original) |
Enviado: 07/03/2013 14:37 |
Han pasado algunos meses desde que Shion de Aries pidió autorización para regresar a Jamir para llevar a cabo cierta diligencia.. Su cosmos aparentemente ha desaparecido y esto ha generado la preocupación de Athena. Ante esto, se pide a la amazona dorada de Acuario y a la amazona dorada de Sagitario dirigirse hasta Jamir en búsqueda de su colega lemuriano; sin embargo, al llegar se encuentran con un lugar desolado y cubierto por una extraña atmósfera que genera ciertas perturbaciones, la cual provoca un cambio en las personalidades de las amazonas y hace que brote en ellas un gran deseo bélico.
Ambas deberán llevar una pequeña batalla hasta el punto en que vayan nuevamente recobrando la normalidad y reporten lo hallado en dicha zona. Es decir, deben tratar de no salir mortalmente heridas y para ello harán gala de sus mejores estrategias ( conozco a las dos y se que darán un gran espectáculo ).
EXTRA: si alguién adicional ( algun espectro u otro caballero ) desea entrar en el conflicto lo puede hacer sin perder la línea del tiempo, del lugar y del contexto de la misión...
Inquietudes o preguntas ya saben donde ubicarme :).... Suerte mis queridas guerreras!!
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Bueno como Athena no dijo quién comenzaba supongo que lo tendré
que hacer yo ^^
**La amazona de Sagitario ha sido llamada
ante Athena pues al parecer tiene una misión para la dorada, siendo así que la
doncella de la novena casa zodiacal de inmediato llega ante la Diosa de la Sabiduría
y se inclina ante ella; atenta escucha la petición de su Diosa e inmediatamente
parte a cumplir con aquel mandato –no se
preocupe Athena-sama en breve le traeré noticias sobre el caballero de Aries-
dice aquella mujer que sin perder un minuto más despega su vista del suelo y se
yergue cual orgullosa amazona, coloca su diestra mano en el pecho –con su permiso- dictamina con firmeza
mientras que da media vuelta y se aleja de la presencia de la Diosa,
emprendiendo inmediatamente su viaje a Jamir. Tras un tiempo la figura de una
dama finalmente se acerca al territorio
de los lemurianos, donde el azulado cielo es el testigo silencioso que observa
los acontecimientos en dichas tierras “hmmm
será que ya estoy cerca” se pregunta para sí misma mientras que sigue su
avance en las polvorientas veredas que conducen al hogar del maestro del
caballero de Aries, lugar en el que reina la paz y tranquilidad más es el metálico
sonido que producen sus botines los que interrumpen la quietud que se respira
en esas tierras en las que Eolos viaja libremente por cada uno de los rincones
del lugar llevando un ligero olor a muerte que al instante alerta los sentidos
de aquella mujer que intenta enfocar su vista para observar el corto camino que
se muestra ante ella, mismo que de a poco comienza a llenarse de una extraña y
densa neblina que impide la correcta visibilidad “¿pero qué sucede?” medita tras aspirar un poco de aire…**
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De: Valkyr |
Enviado: 14/03/2013 07:27 |
** Hacía varias horas que había abandonado la sala patriarcal y la acrópolis ateniense en sí misma, llevando a cuestas la encomienda transmitida por la propia diosa. Una fugaz escala en la casa circular había precedido su viaje, el motivo de la misma y objeto de su deseo descansa ahora sobre su regazo; embriagado en longevo conocimiento grabado eternamente en las hojas solemnes de pergamino con su crudo color resguardadas entre las cubiertas azures. A pesar de las demoras había logrado llegar con antelación, la mirada de furtivo gris devora con avidez singular las letras a tinta. Genuinamente elegante, sentada al filo de un breve peñasco, yace deslumbrante revestida en la forja acuariana exultada con el brío marino de largos mechones azul turquesa, entretanto sus dedos albinos pasan taciturnos las hojas mientras aguarda por el arribo quien es su compañera de expedición.
Paralelo a ello, la dama acuariana se cuestiona la verdadera naturaleza dentro de la enigmática desaparición del carnero dorado tras su llamado, bien sabida es su reputación impoluta entre la orden, lo cual aumenta el misterio que encierra el propósito mismo de la campaña. Es entonces que dentro de su percepción cósmica aparece una presencia familiar obligándola a elevar la mirada en aquella dirección. Una brisa inusual y silente surca la tierra tibetana elevando etérea una cortina de arena en los colores febriles que ostenta aquel lugar propio de los alquimistas de cristal. La hechicera glacial por un ínfimo instante se antoja ausente mirando a la nada incorporándose por inercia con el libro bajo el brazo, volviendo en sí tras la breve ensoñación la embarga un sólido mal presentimiento cimentado en un desconocido frenesí que disimula perfectamente lanzándose al vacío apenas adivina la circunstancia latente frente a la novena guerrera en pro de auxiliarla. El golpeteo de sus pasos cesa abrupto, percibiendo un donaire mortecino en la neblina que gana dominio, mismo que oscilaba en la brisa de momentos antes crispándole los sentidos -Sagitario ten cuidado, cómo bien sabrás… esto no es normal - describe a la expectativa, desglosando en su raciocinio el fenómeno.**
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** A los oídos de la Amazona llegan los
vocablos emitidos por su compañera de armas mismos que provocan que la doncella
detenga su análisis al igual que su andar, girando lentamente su tallo para
buscar rápidamente a la otra guerrera “ella
tiene razón, este ambiente no es para nada normal” medita ligeramente mientras
jala lentamente el aire por la nariz analizando cada detalle intentando poder
comprender lo que sucede “esto es
bastante raro” piensa mientras que sus rojizos ojos toman una tonalidad aun
más profunda –¿pero qué?- murmura al
tiempo en el que se lleva su diestra a la cabeza “¿qué sucede aquí?” intenta analizar la situación mientras que su
vista se vuelve ligeramente borrosa; por unos segundos permanece en esa postura
para luego volver a erguirse como cual orgullosa guerrera, rápidamente intenta
ubicar a su compañera, tras encontrarla comienza una frenética carrera en dirección
a ella, “¿pero que estoy haciendo?”
profundiza en sus pensamientos a la par de que su puño diestro se coloca a la
altura de su cintura, con el cual pretende golpear el cuerpo de la amazona…**
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